La ¨²ltima joya de La Rambla
Jaume Doncos, de la Casa Beethoven, pide a la Administraci¨®n que controle el tipo de negocios y los alquileres desorbitados que se pagan en el paseo
Un retrato a l¨¢piz del rostro de Beethoven con mascarilla, acompa?ado de las palabras por favor en cuatro idiomas ¡ªcatal¨¢n, castellano, ingl¨¦s y alem¨¢n¡ª saluda recostado en un atril a quienes se adentran en este maravilloso templo dedicado a la m¨²sica enclavado en La Rambla. ¡°Queda claro con el dibujo ?verdad?¡±, desliza Jaume Doncos, de 59 a?os, que, junto a su hermana ?ngels, lleva toda la vida atendiendo en este m¨¢gico local mientras le dice a un cliente que est¨¢ al llegar la partitura que pidi¨® de Granados.
Fundada en 1880 como Casa Guardia y rebautizada en 1915 con su nombre actual, Casa Beethoven est¨¢ llena de instrumentos, libros, cuentos, dos pianos, cajitas de m¨²sica, discos de vinilo, CDs, retratos, carteles de ¨®pera, bustos de Wagner o Beethoven y, sobre todo, de partituras. 80.000 t¨ªtulos atestan sus estanter¨ªas y muchas ya amarillentas, como seductores legajos de una vieja biblioteca. 30.000 de ellas son piezas que ya no se editan. ¡°Podr¨ªa estar aqu¨ª dos siglos y no acabar¨ªa de ordenar¡±, dice Jaume, que pas¨® muchas horas en este para¨ªso de los mel¨®manos durante el confinamiento.
Casa Beethoven ¡ª¡±me preguntan por qu¨¦ Beethoven ?Y por qu¨¦ no?¡±¡ª es casi la ¨²nica tienda de partituras que resiste en Barcelona tras el impacto de Internet. Profesores y alumnos se las descargan. ¡°Viendo c¨®mo sufren los comercios, es un peque?o milagro y una suerte estar y haber estado aqu¨ª¡±, dice Jaume sobre el negocio, propiedad de la familia. ¡°Escanear un libro de 300 p¨¢ginas puede ser una paliza pero una sonata de Beethoven, de 10, no¡±.
Pero no toda la m¨²sica escrita est¨¢ en la red y ah¨ª est¨¢ Jaume buscando como un explorador en el mercado una pieza de Tchaikovsky o Tatuaje, una copla de Concha Piquer. ¡°Me encanta este trabajo. Se trata de que cuando una persona te pida una vez al a?o una partitura de Txostokovic o Mompou se la puedas ofrecer porque para ella es lo m¨¢s importante¡±, subraya. ¡°Y que repita. Me gusta cuando me dicen que no est¨¢ en Internet y yo lo tengo¡±.
Con una clientela de estudiantes, cantantes pero tambi¨¦n de los turistas, esta familia de m¨²sicos ¡ª¨¦l toca el violonchelo¡ª ha tenido que pedir un cr¨¦dito al caer su recaudaci¨®n un 40%. Jaume es profesor especializado en m¨²sica pero solo ha ejercido tres meses. Ahora se ha apuntado a la bolsa de trabajo por si necesita hacer suplencias. ¡°La vida es un poco teatro y ense?ar puede ser un acto creativo. No hay que memorizar 70.000 millones de conceptos sino ense?ar a los ni?os a ser independientes y libres¡±, dice.
Partidario de desacralizar la m¨²sica cl¨¢sica ¡ª¡±Beethoven est¨¢ muy bien pero tambi¨¦n los Bee Gees¡±¡ª y de despojarla de elitismo, Jaume es, desde luego, un esp¨ªritu libre que habla sin tapujos. Tiene dudas sobre el ¡°misterioso¡± mensaje an¨®nimo que corri¨® en la red que animaba a la gente a comprar en la tienda para evitar ¡°cerrar¡±. No era verdad y dice Jaume que no les ayud¨®: cost¨® desmentirlo y hubo gente que crey¨® que hab¨ªa cerrado.
Digno heredero de la rebeld¨ªa y fraternidad a la que apelaba el genio de Bonn, dice que le avergonz¨® que se confinara a todo el mundo menos a Amazon, y ver a j¨®venes ¡°esclavizados¡± repartiendo comida en bici. La C¨¢mara de Comercio le lleg¨® a sugerir una alianza con el gigante y replic¨®: ¡°Antes me pongo a fregar: es un trabajo tan digno como el m¨ªo¡±.
No vive mucho La Rambla y la observa como si estuviera, dice, en ¡°la cueva de Plat¨®n¡±. El d¨ªa del atentado cobij¨® a turistas y les puso a Chopin. Pronto se cercior¨® de que la mejor m¨²sica entonces era el silencio. Le duele que el paseo haya perdido la ¡°magia¡± de cuando paseaba con su abuelo y lamenta el cierre de la camiser¨ªa Chacon, el Viena o musical Emporio, reconvertida en una casa de cambio. Ha recibido una ayuda de la Generalitat durante esta crisis pero se distancia de los comercios emblem¨¢ticos. ¡°No soy muy partidario. No es justo ni democr¨¢tico. No soy mejor que el que lleva 10 a?os aqu¨ª siempre que paguen sueldos dignos a los empleados¡±, matiza. Ve incomprensible que se paguen en La Rambla 14.000 euros al mes por un local porque as¨ª arrasan con todo. ¡°Seguimos aqu¨ª porque el local es nuestro. Sino ya no estar¨ªamos. Si la Administraci¨®n quiere ayudar que controle¡±, afirma en alusi¨®n a que el origen de esas sumas desorbitadas sea limpio. ¡°Seguro que as¨ª no cerrar¨ªan tantas tiendas como estas¡±.
Con carteles de llibertat presos pol¨ªtics, Doncos est¨¢ desenga?ado de los pol¨ªticos de izquierda y especialmente de los independentistas por perder la ocasi¨®n de hacer ¡°un pa¨ªs mejor¡±. Fue ¨¦l quien aconsej¨® a una amiga protestar en Sant Jaume con esta pancarta: ¡°Volem cobrar els ERTO. No ens humillieu m¨¦s¡±. Nadie de la plaza la escuch¨®. Luego se hizo una foto con esa pancarta y envi¨® un mensaje en la red a siete pol¨ªticos, entre ellos Quim Torra, Ada Colau o Pablo Iglesias. A su edad espera tener paz, tiempo para leer y mirar las musara?as. Y que Casa Beethoven sobreviva al embate tecnol¨®gico aunque ve dif¨ªcil el relevo generacional por parte de su hija y sobrinos. ¡°Y si cierra¡±, afirma tranquilo, ¡°no ser¨¢ ning¨²n drama¡±.
Los datos
A?o de Fundaci¨®n: 1880.
Producto estrella: La sonata Claro de Luna de Beethoven. Y los Nocturnos de Chopin.
Proyecto: Sobrevivir y organizar actividades culturales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.