Los ocupantes de la nave incendiada en Badalona se trasladan al solar del edificio

Una veintena de personas que hab¨ªan malvivido en la nave incendiada en Badalona el 9 de diciembre donde murieron cuatro personas y que llevaban semanas acampadas en la calle, burlaron la noche de este mi¨¦rcoles el inminente desalojo de la acampada trasladando sus tiendas de campa?a al solar donde se erig¨ªa la nave demolida. Un integrante de la red de apoyo a los afectados calificaba este jueves el movimiento de ¡°jugada maestra¡±, despu¨¦s de que un tribunal hubiera autorizado al Ayuntamiento de Badalona, encabezado por Xavier Garc¨ªa Albiol, a efectuarlo.

¡°Hemos evitado el desalojo porque ya no hay nadie a quien desalojar en la rambla de Gorg y hemos venido a un solar privado donde los propietarios jam¨¢s han denunciado la okupaci¨®n ante la precaria situaci¨®n que est¨¢n viviendo todas estas decenas de seres humanos¡±, advert¨ªa la misma persona a EL PA?S.

El pasado 9 de diciembre ard¨ªa la antigua nave ocupada, situada en la confluencia de las calles Guifr¨¦ y Tortosa de Badalona. All¨ª viv¨ªan m¨¢s de 100 personas, de las que cuatro murieron entre las llamas. La nave qued¨® afectada estructuralmente y se fue demolida en un tiempo r¨¦cord. Decenas de okupas, algunos de ellos llevaban viviendo en la nave desde hac¨ªa m¨¢s de 10 a?os, se quedaron sin un lugar donde guarecerse. Los servicios sociales del Ayuntamiento ofrecieron albergues durante, al menos, un mes para los afectados, pero muchos recelaron del ofrecimiento del alcalde del PP, Xavier Garc¨ªa Albiol, y sospechaban de un posible intento de separar al colectivo. Adem¨¢s, entre ellos hay muchas personas que no tienen regularizada su situaci¨®n en Espa?a, por lo que tem¨ªan que ir a estos albergues podr¨ªa representar su expulsi¨®n. Al final, tres decenas de afectados ¡ªla mayor¨ªa procedentes de Senegal y Gambia¡ª decidieron montar un campamento de tiendas de campa?a en la rambla de Gorg.

Yaya tiene 32 a?os y es de Gambia. Viv¨ªa en la nave desde 2009 y pudo escapar de las llamas. Es ayudante de cocina y carnicero. Tiene los papeles en regla pero, ahora, no tiene trabajo. ¡°Me fui a la acampada porque all¨ª estamos unidos y visibilizamos nuestra situaci¨®n. Es una manera de hacer evidente c¨®mo venimos a Europa jug¨¢ndonos la vida y el trato que recibimos, c¨®mo no tenemos derechos por no tener papeles y nos quitan la posibilidad de trabajar legalmente y, por tanto, la posibilidad de comer¡±, lamenta Yaya.

Garc¨ªa Albiol, tras comprobar que la acampada se estaba cronificando en la rambla de Gorg, solicit¨® al juzgado el ¡°desalojo forzoso¡±. El 24 de diciembre el ejecutivo municipal pidi¨®, mediante una notificaci¨®n, que desmantelaran el campamento alegando que no ten¨ªan permiso para acampar en la v¨ªa p¨²blica y que se estaban saltando el toque de queda nocturno. El alcalde aseguraba que no ten¨ªa sentido la acampada ya que el Consistorio hab¨ªa ofrecido alojamiento, desayuno y comida durante un mes. El mi¨¦rcoles el juez del Juzgado Contencioso n¨²mero 6 de Barcelona daba la raz¨®n a Albiol. El magistrado advert¨ªa de que hab¨ªa habido altercados en la acampada y de que la zona era de inter¨¦s p¨²blico por lo que ordenaba el su desalojo. Ante un desahucio inminente los acampados decidieron trasladarse al solar de la calle Guifr¨¦ con Tortosa de Badalona

¡°Ayer vinieron muchos guardias urbanos a intentar que nos fu¨¦ramos pero necesitamos seguir protestando¡±, advierte Ibu, de 30 a?os y originario de Senegal. Ibu est¨¢ empadronado en la nave pero todav¨ªa le falta un a?o y medio de padr¨®n para comenzar a pensar en la regulaci¨®n de su situaci¨®n.

Ahora la acampada, de m¨¢s de una quincena de tiendas de campa?a, se encuentra en un solar que es propiedad privada y, a menos que los due?os del terreno denuncien, no hay ninguna orden que permita desalojarlos. La finca pertenece a una empresa vinculada a los exjugadores de baloncesto Antonio Medianero y Xavi Fern¨¢ndez que, pese a que en 2009 ya les hab¨ªan ocupado la nave, nunca denunciaron la ocupaci¨®n.

¡°Ayer, cuando vinimos, la Urbana intent¨® echarnos pero no lo consigui¨®. Ahora esta acampada seguir¨¢ siendo un lugar desde el que continuaremos reivindicando los derechos que parece que aqu¨ª no tenemos algunos seres humanos. Hemos intentado de todo, incluso alquilar pisos, pero en cuanto ven que somos africanos no nos los alquilan. Hay mucho racismo que queremos denunciar¡±, advierte Yaya.