Debilidad por las urnas
Ninguno de los tres ¨²ltimos presidentes puso las urnas teniendo la oportunidad legal y democr¨¢tica de hacerlo. Y as¨ª llevamos consumidos cinco a?os y cuatro meses
¡°Govern, Parlament, President, posin les urnes¡± clam¨® Carme Forcadell l¡¯Onze de setembre (2014). Y Artur Mas las puso el 9 de noviembre posterior sin car¨¢cter vinculante. Eran las urnas para la consulta por la independencia de Catalunya. El final de un eufem¨ªstico proceso participativo apuntado por el ¡°Pacte per la Llibertat¡± suscrito como acuerdo de la investidura de dos a?os antes. El provocado por unos resultados que le restaron doce esca?os y cien mil votos a CiU porque algunos de sus ¡°influencers¡± le hab¨ªan sugerido al l¨ªder que aquel era el momento de arrasar. ?l se lo crey¨®, apareci¨® en los carteles cual Mois¨¦s mandado separar las aguas del Mar Rojo y el esp¨ªritu b¨ªblico le castig¨® neg¨¢ndole la entrada a la tierra prometida y se?al¨¢ndole como el hacedor de errores posteriores. En su propia jerga marinera, su br¨²jula no le marc¨® el rumbo a ?taca como pretend¨ªa. Quiz¨¢s porque no record¨® que al inicio de su poema musical, Llu¨ªs Llach advierte que para llegar all¨ª no hay que forzar la traves¨ªa. ¡°Has de rogar que el camino sea largo, que seas viejo cuando fondees en la isla¡±. Marcado contraste con quienes empezaron a corear prisas. Malos navegantes.
Aquellas urnas simb¨®licas le costaron condena judicial por desobediencia a Artur Mas pero tambi¨¦n a Joana Ortega, Irene Rigau y Quico Homs. El juicio, que se ver¨ªa en febrero del fat¨ªdico 2017, hab¨ªa sido precedido por las elecciones de setiembre de 2015. Impulsadas como plebiscitarias por falta de aval legal al refer¨¦ndum pretendido, se forz¨® la coalici¨®n de Junts pel S¨ª con la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras y el apoyo incondicional de ?mnium y la Assamblea convirtiendo en diputadas a Muriel Casals y Carme Forcadell que ser¨ªa elegida Presidenta del Parlament. Congregaron m¨¢s de un mill¨®n seiscientos mil sufragios pero no alcanzaron la mayor¨ªa suficiente. Larga y dura negociaci¨®n con las CUP apurando hasta el tiempo de descuento para acabar cediendo a favor de otro candidato a president porque para los anticapitalistas Mas hab¨ªa sido el l¨ªder de los recortes y el abanderado de la austeridad a la que los grandes poderes f¨¢cticos obligaron para superar la grave crisis financiera. Se pudo haber dejado transcurrir el plazo y que el mecanismo legal actuara para convocarse nuevos comicios pero ¡°lo que las urnas no nos dieron se ha corregido a trav¨¦s de las negociaciones¡± seg¨²n el mismo Mas. Y as¨ª fue como paso de la astucia a la papelera de la historia.
Ah¨ª se congela la cronolog¨ªa de la ¨²ltima vez que un president de la Generalitat convoc¨® unas elecciones legales y democr¨¢ticas, sin tacha ni reproche porque se quer¨ªa emprender el largo y tortuoso viaje hacia la independencia. Vino Carles Puigdemont, que con la resaca del 1-O de los disgustos, eligi¨® la confrontaci¨®n en el segundo del match point. Pudo haberlo evitado. Horas antes parec¨ªa convencido de que la salida del atolladero eran las urnas. Las cr¨®nicas dicen que ERC le amenaz¨® con tildarle de traidor. Lo peor para un patriota. Se declar¨® fugazmente la independencia, el gobierno espa?ol impuso el 155 y Rajoy, cual el comandante cubano del son, acab¨® con la diversi¨®n y mand¨® votar.
Quim Torra tom¨® el relevo al frente de un ejecutivo marcado por compa?eros tristemente ausentes y ¨¦l mismo se consider¨® un vicario que acab¨® tom¨¢ndole el pulso al cargo llevado por su bienintencionada voluntad de servicio p¨²blico durante la primera parte de la pandemia. Demasiado tarde. Hace ahora un a?o, disgustado con tanta deslealtad a su alrededor, dio por agotada la legislatura. Sab¨ªa que pod¨ªa ser inhabilitado por desobediencia al negarse a retirar la famosa pancarta del balc¨®n de la Generalitat. De nada le sirvi¨® hacerlo tarde y mal. La Junta Electoral hab¨ªa iniciado un proceso que le mandar¨ªa a casa unos meses despu¨¦s sin que firmara antes el decreto disolviendo la legislatura. Dicen que obedeci¨® a un acuerdo con Puigdemont en Colliure, frente a la tumba de Machado, cuando ¡°est¨¢ el sol en el ocaso. Suena el eco de mi paso, ?eres t¨²? Ya te esperaba. ?No eras t¨² a quien yo buscaba?
Si realmente quer¨ªan ganar tiempo lo consiguieron. Tanto, que entr¨® en vigor el procedimiento legal. Y ahora que ten¨ªamos cita para el d¨ªa de San Valent¨ªn, la pandemia aconseja otra demora judicializada. El bloque independentista, imbuido por el efecto Illa, contraataca se?alando al gobierno espa?ol con un 155 encubierto cuando curiosamente de existir aquel esp¨ªritu y a partir de la experiencia responder¨ªamos ante las urnas antes de lo que desear¨ªan quienes tanto las reclaman.
Estos son los hechos crudos que pueden no gustar pero que ah¨ª est¨¢n, matizables pero tozudos, para explicar que, pudiendo, ninguno de los tres ¨²ltimos presidents puso las urnas teniendo la oportunidad legal y democr¨¢tica de hacerlo. Y as¨ª llevamos consumidos cinco a?os y cuatro meses.
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