La cartofilia, una desconocida
El Cercle Cart¨°fil de Catalunya agrupa a coleccionistas e investigadores de la tarjeta postal ilustrada
La ¡°cartofilia¡± es el nombre que, pr¨¢cticamente en toda Europa, identifica el coleccionismo de tarjetas postales ilustradas. En los Estados Unidos, en los a?os cuarenta del siglo pasado, se introdujo el t¨¦rmino ¡°deltiologia¡±. En cualquier caso, ninguna de las dos palabras est¨¢n admitidas ni por la Real Academia de la Lengua Espa?ola ni por el Institut d¡¯Estudis Catalans. Y han tenido tiempo de escucharlas porque ¡°cartofilia¡± es un t¨¦rmino que nace en Francia a finales del XIX. Aunque hay autores que expanden el territorio sem¨¢ntico de estos vocablos e incluyen, por ejemplo, el amor a los mapas y que la Sociedad Cartof¨ªlica Australiana admite como socios a los coleccionistas de cromos¡ el Cercle Cart¨°fil de Catalunya est¨¢ dedicado a la investigaci¨®n, promoci¨®n y divulgaci¨®n de la tarjeta postal ilustrada, estrictamente. Y en el libro Els inicis de la targeta postal a Catalunya, Andorra i Balears, un monumental trabajo del historiador y actual presidente de la entidad, Ramon Pla, y del historiador y director de la revista del Cercle, Jaume Tarr¨¦s, se deja muy claro que no se puede hablar de tarjeta postal si no es para la ¡°comunicaci¨®n escrita en una cartulina sin sobre mediante el servicio postal de correos¡±. Pla dice que la cartofilia busca la historia gr¨¢fica de una zona a trav¨¦s de la postal, investiga la obra de un fot¨®grafo, de un editor, el tratamiento de una tem¨¢tica¡ ¡°La cartofilia es una gran desconocida¡±.
La historia de la postal se considera que empieza con la propuesta formal que el prusiano Heinrich von Stephani hace en la Conferencia Postal de su pa¨ªs en 1865. No prosper¨® porque el director de correos las consider¨® un atentado al secreto de las comunicaciones. De todos modos, los austr¨ªacos, explica Tarr¨¦s, recogieron la idea y en octubre de 1869 emit¨ªan las primeras postales. Eran tarjetas sin im¨¢genes con el franqueo imprimido. Son las llamadas entero postales, de las que se ocupa la enterofilia. La primera tarjeta postal ilustrada se edit¨® con motivo de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs de 1889. En Espa?a, en 1905, Correos autoriz¨® dividir el reverso de las tarjetas en dos mitades mediante una raya vertical para separar el mensaje del nombre y la direcci¨®n del destinatario. ¡°Cuando salieron las primeras tarjetas postales con im¨¢genes estaba prohibido escribir en el dorso, donde figuraba solamente la direcci¨®n, y se ten¨ªan que aprovechar rincones que dejaba la imagen o hacerlo sobre la misma imagen¡±, comenta Tarr¨¦s.
La historia de la postal en Espa?a, siguiendo el libro de Tarr¨¦s y Pla, est¨¢ llena de nombres catalanes. El primer decreto creando la postal es de 1871 con V¨ªctor Balaguer de director general de Correos y Tel¨¦grafos. El decreto las conceb¨ªa, pero no se fabricaron hasta que en diciembre de 1873 el Gobierno de la Primera Rep¨²blica aprob¨® hacerlo en r¨¦gimen de monopolio. Narc¨ªs Monturiol era el responsable de la F¨¢brica Nacional del Sello y la grabaci¨®n litogr¨¢fica de los primeros ejemplares la hizo Joaquim Pi y Margall, hermano del presidente de la Rep¨²blica. ¡°El monopolio p¨²blico¡±, subraya Tarr¨¦s, ¡°se acab¨® en 1887. Oscar Hauser y Adolf Menet, impresores suizos instalados en Madrid, fabricar¨¢n el 1894 la primera postal sobre Barcelona, dedicada a cuatro vistas de la ciudad. Otros impresores extranjeros se establecer¨¢n en Barcelona y tambi¨¦n aparecer¨¢n los editores locales¡±.
En la literatura de aquella ¨¦poca, se habla del coleccionismo de postales trat¨¢ndolo de ¡°sport¡±. Con la incorporaci¨®n de artistas a la creaci¨®n de ilustraciones para postales (desde Antonio Utrillo o Alexandre de Riquer a Ramon Casas) nace otro concepto singular: el ¡°peque?o cartelismo¡± que pod¨ªa tener una motivaci¨®n est¨¦tica, publicitaria¡ Son las postales con im¨¢genes propias que editan fabricantes de sifones, papel de fumar o de An¨ªs del Mono, seguramente la m¨¢s popular.
El crecimiento de las ciudades, la mejora del transporte y la aparici¨®n del turismo explican el fulgurante ¨¦xito de la postal a principios de siglo. Un ¨¦xito que se ha ido apagando con la fotograf¨ªa en los m¨®viles, la comunicaci¨®n digital instant¨¢nea¡. Y los clubes cart¨®filos, obviamente, han seguido la misma tendencia. El c¨ªrculo de Catalu?a lo crearon en 1980 un grupo de coleccionistas. Fue el primero desde la guerra civil y sigue siendo el ¨²nico en Espa?a. ¡°De hecho, cart¨®filos del resto del Estado son socios de nuestra entidad¡±, precisa Pla. En total, son unos ochenta miembros y lo que m¨¢s preocupa es la ausencia de juventud. ¡°Las inquietudes, ahora, son diferentes¡±.
¡°Hay que recordar que la postal populariz¨® la fotograf¨ªa cuando su soporte era fr¨¢gil, las c¨¢maras eran escasas y se hac¨ªan pocas copias. La postal, con sus grandes tiradas, abarata la foto y permite, aspecto importante para los archivos, que ahora se encuentren im¨¢genes que habr¨ªan desaparecido¡±. El Cercle ha hecho donaci¨®n de su fondo bibliogr¨¢fico y de publicaciones al Ateneu Barcelon¨¨s, su revista se encuentra en muy determinadas bibliotecas, fomenta la investigaci¨®n, ayuda a quien pide informaci¨®n y, cuando pase la pandemia, recuperar¨¢ su trabajo de divulgaci¨®n. Por ejemplo, colabora con el ayuntamiento de la Ametlla del Vall¨¨s en el Museu Virtual de la Targeta Postal de Catalunya que, hoy por hoy, no tiene sede f¨ªsica. En Internet presenta una muestra de 7.000 postales.
Pla destaca que la historia de la postal abriga otras muchas historias. Y lo resume en dos ejemplos. Uno: en 1938, cuando los bombardeos de Barcelona, la quinta columna enviaba a una estafeta de Marsella controlada por los franquistas postales de la ciudad donde se?alaban con cruces los edificios destruidos. Era una manera de documentar su eficacia. Y otro: Hace a?os, una abuela japonesa encontr¨® en la tienda de Joan Cort¨¦s de Girona tres postales de su ciudad, Nagasaki. Eran de la fruter¨ªa familiar. Su emoci¨®n fue inmensa. No solamente porque reconoci¨® parientes suyos. Aquellas postales eran una prueba para poder recuperar la propiedad del terreno. Con la bomba nuclear desapareci¨®, tambi¨¦n, toda la documentaci¨®n y cuando la municipalidad rehizo el padr¨®n, un vecino influyente reclam¨® como suyo el solar donde estaba la tienda de la abuela.
La postal, un documento. Aqu¨ª est¨¢ el fundamento de la cartofilia.
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