¡°No nos iremos hasta que todos tengan sitio para vivir¡±
Una residencia del Eixample, amenazada tras la venta del inmueble, consigue una suspensi¨®n del desahucio
No hay muchas residencias de ancianos ¡°blancas¡± en Catalu?a, aquellas en las que la covid 19 no ha entrado en ning¨²n momento de la pandemia. Una de ellas es la residencia Nostra Senyora de Meritxell, de Barcelona, que por su reducido tama?o (25 plazas y 10 trabajadores) y gracias al seguimiento estricto de los protocolos, ha conseguido evitar el coronavirus. Pero justo cuando ya est¨¢n todos los ancianos vacunados y cuando ya ha pasado todo el esfuerzo del aislamiento social que ha permitido sortear la epidemia, sobre la residencia pende una nueva espada de Damocles, de la mano del mercado inmobiliario y una orden de desahucio. Previsto para este mi¨¦rcoles, ha sido suspendido in extremis, dando m¨¢s tiempo a las familias para encontrar una soluci¨®n para los usuarios.
La directora del centro, Francesca Naranjo, es estricta con el protocolo anticovid: no puede entrar en la residencia nadie que no sea trabajador o familiar, y seg¨²n unas normas concretas. ¡°Con lo que nos ha costado, y ahora que nos tenemos que ir, ya os digo que van a salir todos tan bien como entraron¡±, zanja en la puerta de la residencia.
El centro ocupa dos plantas de una finca en la Gran Via de Barcelona, justo enfrente del edificio hist¨®rico de la Universidad de Barcelona. ¡°No tenemos m¨¢s vecinos, porque el resto eran pisos tur¨ªsticos¡±, explica. Naranjo lleva 15 a?os como directora de esta residencia en la que hay plazas privadas y plazas financiadas mediante las fundaciones Nostra Senyora de Meritxell y C¨¢ritas. En octubre de 2019, la familia propietaria del edificio comunic¨® a Naranjo que hab¨ªan vendido el inmueble. ¡°Me qued¨¦ en blanco, ?c¨®mo pod¨ªan venderlo con gente dentro y sin avisar?¡±, explica. Desde entonces, no ha ingresado ning¨²n usuario nuevo, ya que no se sab¨ªa qu¨¦ ocurrir¨ªa con el centro. Ello le ha conllevado menos ingresos, ya que actualmente, de las 25 plazas posibles, solo hay 14 ancianos.
En un principio, la fundaci¨®n Nostra Senyora de Meritxell se mostr¨® interesada en comprar el inmueble para continuar con la actividad de la residencia, pero el nuevo propietario, una empresa inmobiliaria, propuso una cifra astron¨®mica: 24 millones de euros. Ante la negativa, la propiedad sigui¨® con la b¨²squeda de comprador. Lleg¨® la pandemia y, cuando se termin¨® el contrato de alquiler, la inmobiliaria solicit¨® el desahucio de la residencia. Surgi¨® un comprador, el fondo de inversi¨®n Singh Propco III. Y en noviembre de 2020 el juez fij¨® la fecha de desahucio para este mi¨¦rcoles 3 de marzo.
¡°Las familias se pusieron muy nerviosas, claro, hab¨ªa que buscar en poco tiempo un sitio nuevo. Yo ya he dicho que de aqu¨ª no nos vamos hasta que encontremos para cada uno un buen sitio para vivir. Vamos, por encima de mi cad¨¢ver¡±, afirma Naranjo. Explica el caso de una usuaria que, tras morir su marido de un paro card¨ªaco en el mismo centro, deber¨¢ volver a vivir con su hija en un piso que han tenido que alquilar expresamente por esta circunstancia.
El pasado domingo, y tras unos d¨ªas en los que la directora y las familias han estado denunciando el caso, el juez revis¨® la orden de desahucio y decidi¨® suspenderla ya que quien la hab¨ªa solicitado era el antiguo propietario, con lo que si el nuevo propietario quiere proceder de la misma forma, tiene que presentar una nueva solicitud. ¡°Una suspensi¨®n no implica que est¨¦ totalmente parado, el problema sigue ah¨ª. Ahora tenemos m¨¢s tiempo y herramientas para abrir una mesa de negociaci¨®n con la propiedad, y con el Ayuntamiento o la Generalitat como mediadores¡±, explica una portavoz de la plataforma Xarxa d¡¯Habitatge de l¡¯Esquerra de l¡¯Eixample, que ha acompa?ado a Naranjo en la campa?a de denuncia.
La directora tiene pensado retirarse. ¡°Yo entiendo que el edificio se ha vendido, pero necesitamos tiempo y herramientas para irnos¡±, a?ade. Pero la plataforma vecinal cree que la residencia no tendr¨ªa que cerrar y que el edificio deber¨ªa expropiarse: ¡°Es muy duro para estos abuelos quedarse sin su casa¡±.
Pese a que en la residencia no hay financiaci¨®n p¨²blica, el departamento de Asuntos Sociales de la Generalitat se comprometi¨® a atender a las familias. Encontrar¨¢ un equipamiento residencial alternativo para siete de los usuarios, mientras que el resto ya est¨¢ en v¨ªas de encontarar una soluci¨®n propia.
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