Jaume Cabr¨¦ regresa a la novela con una f¨¢bula de jabal¨ªes y falenas
¡®Consumits pel foc¡¯, que aparece a los 10 a?os del ¨¦xito de ¡®Jo confesso¡¯, sale con una tirada de 25.000 ejemplares y traducciones ya a nueve idiomas
Las obsesiones o im¨¢genes recurrentes en la vida de un escritor suelen acabar asomando en sus obras. Jaume Cabr¨¦, en su etapa de escultista a finales de los a?os 50, ten¨ªa el sobrenombre de ¡°El jabal¨ª ce?udo¡± y, a lo largo del tiempo, ese animal se le ha ido apareciendo incluso en la vida real, por los alrededores de Matadepera, donde reside. Uno de muy jovencito es ahora uno de los narradores clave de Consumits pel foc (Proa), la novela con la que, tras los relatos de Quan arriba la penombra (2017), regresa al g¨¦nero a los 10 a?os de su celebrada Jo confesso (m¨¢s de cien mil ejemplares vendidos; traducciones a 31 lenguas). Con aires de f¨¢bula, que refuerza la presencia notable de animales como falenas o lagartijas, a la voz del ray¨®n se suma la desasosegante peripecia de Ismael, cultivado profesor de lengua y literatura, de infancia infeliz, que vive una situaci¨®n l¨ªmite agravada por una p¨¦rdida de memoria.
¡°Sab¨ªa que ten¨ªa un punto de disparate tener un personaje as¨ª y dudaba si seguir, pero un amigo israel¨ª, Zvi Katz, me dijo: ¡®?Y qu¨¦? La literatura es libre¡¯; y as¨ª consolid¨¦ al jabal¨ª¡±, asegura el escritor, mostrando por videoconferencia desde su abigarrado pero ordenado despacho una foto con su amigo, del mismo modo que luego recupera una carpeta del grosor de un antiguo list¨ªn telef¨®nico, con material escrito descartado. ¡°El texto ha pasado por distintas redacciones; nunca he tenido la capacidad de imaginarme toda una novela en la cabeza; necesito probarlo y ver si funciona o no, si ese hilo es pobre o no; todo lo he testado cinco o seis veces¡±, asegura.
¡°Si no me los creo yo, el lector tampoco se los cree¡±, sostiene el autor de Les veus del Pamano sobre los personajes. ¡°Si conf¨ªas en ellos, son una ayuda y una caja de sorpresas: ?ser¨¢n capaces de hacer tal o cual cosa? Y eso lo aprendes mientas escribes; al final vi que el ray¨®n pod¨ªa convivir sin hacer sombra al protagonista oficial¡ Y es que el narrador siempre tiene las claves de los otros personajes¡±, instruye el antiguo profesor de lengua y literatura, ¨²nico rasgo oficialmente autobiogr¨¢fico en la obra que traspasa a su hom¨®logo de papel, expulsado de una academia al escribir unos versos en catal¨¢n en la pizarra. ¡°Me ocurri¨® en 1971¡±, recuerda.
Como le ocurre al Adri¨¤ de Jo confesso, que s¨®lo puede llegar a la realidad a trav¨¦s del relato, del poder de la par¨¢bola, en Consumits pel foc su protagonista, que sufre amnesia y apenas sabe qui¨¦n es, se reconoce en el mundo apenas citando un sinf¨ªn de personajes de ficci¨®n literaria que todo el mundo cree, por cierto, que provienen del cine: Madame Bovary, doctor Zhivago, Medea, el Hans Castorp de La monta?a m¨¢gica de Thomas Mann¡ No en vano, ¨¦l va diciendo a la gente: ¡°Llamadme Ismael¡±, como hace el narrador de Moby Dick al inicio del libro. El jabal¨ª, a su vez, se permite incluso reflexiones cercanas a la teor¨ªa de la relatividad, el espacio y el tiempo, que Cabr¨¦ entresac¨® de la Breve historia del tiempo, del astrof¨ªsico Stephen Hawking.
En ese contexto, sin ser una novela con el grosor psicol¨®gico de las anteriores y estar m¨¢s marcada por una sucesi¨®n de acciones y situaciones cosidas con una tenue trama de intriga criminal, Cabr¨¦ desliza sutilmente mensajes, como la amnesia del personaje que quiz¨¢ sea met¨¢fora mayor de estos tiempos desmemoriados o el gui?o de que en la ficci¨®n est¨¦ hoy, a lo mejor, la vida real. ¡°Eso lo pens¨¦ mientras escrib¨ªa, pero no era consciente de que mi intervenci¨®n fuera tan expl¨ªcita y directa; he explicado una historia y un ambiente, sin ninguna otra pretensi¨®n¡±, difumina el autor.
¡°Vivo sin presi¨®n alguna: tengo una edad y ninguna prisa para sacar libro porque arrepentirse de haber publicado algo es muy bestia; me pas¨® una vez con un cuento y dije que no me ocurrir¨ªa m¨¢s¡±, asegura el autor barcelon¨¦s, que este mes cumplir¨¢ 73 a?os siendo la voz de la narrativa catalana contempor¨¢nea m¨¢s internacional, como muestran sus ya 100 traducciones en todo el mundo. Consumits pel foc, del que se han lanzado 25.000 ejemplares en catal¨¢n, cuenta ya con nueve traducciones contratadas, entre ellas el castellano (Destino), con 10.000 ejemplares.
La novela, que con sus apenas 180 p¨¢ginas es de las m¨¢s cortas del autor (¡°si dudaba y ve¨ªa que no llevaba a ning¨²n sitio, aunque me gustara, lo quitaba: es la primera vez que he depurado tan a lo bestia un texto¡±), desprende una atm¨®sfera de regusto beckettiano entre la angustia y el absurdo, el puro sinsentido de vivir a tientas, un punto crepuscular y donde merodea la muerte. ¡°Quien no tiene un relato coherente es sospechoso¡±, reflexiona Ismael, que, como todos y todo en la obra, se expresa con un estilo preciso, poco adornado. ¡°Damos vueltas en la noche y seremos consumidos por el fuego¡±, se sentencia hacia el final del libro, recordando a las falenas. Cabr¨¦ asegura que nunca escribir¨¢ sus memorias porque ¡°ya estoy en el estilo¡±, dice. ¡°As¨ª es, pero no s¨¦ exactamente qu¨¦ dice ahora el estilo de m¨ª¡±, vuelve a difuminar, como buen fabulador.
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