Identidad y memoria devuelven los versos internacionales a Barcelona
El festival cierra en el Palau de la M¨²sica la cita del Barcelona Poesia, que ha convocado a cerca de 5.000 personas a pesar de las restricciones
Los cruces generados entre identidad y memoria podr¨ªan ser la ¨²nica figura com¨²n del caleidoscopio de media docena de voces y estilos que este martes (20 horas) conformar¨¢n el regreso, tras su suspensi¨®n en 2020 por la pandemia, del Festival Internacional de Poes¨ªa, XXXVI edici¨®n con la que se cerrar¨¢ la 24? cita del Barcelona Poesia, que desde el 7 de mayo ha congregado, a pesar de las limitaciones sanitarias, la notable cifra de casi cinco mil espectadores, seg¨²n el balance provisional de sus directores, Mireia Calafell y Josep Pedrals.
¡°Escribir es una forma de restaurar un pa¨ªs que no existe, una reconstrucci¨®n personal, familiar, de memoria ¨ªntima, y tambi¨¦n eso, una restauraci¨®n de un Congo en el fondo inexistente, un estado con nueve fronteras internas¡±, repasa Fiston Mwanza Mujila, congole?o de 40 a?os afincado en Austria, desde donde se ha desplazado para poner voz a unas composiciones que beben formalmente del kasala recitado en la tribu de sus padres. El autor de, entre otros libros, la novela Tranv¨ªa 83 sintetiza la importancia que cobrar¨¢ la identidad en el tradicional acto en el Palau de la M¨²sica de Barcelona, que alcanzar¨¢ el m¨¢ximo aforo permitido: 870 localidades, de las que quedan muy pocas ya disponibles.
La b¨²squeda de la esencia de uno, de d¨®nde es y ad¨®nde quiere pertenecer es, tambi¨¦n, el primero de los cuatro leit motiv que cita la poetisa Miren Agur Meabe, la voz l¨ªrica del momento en euskera. Ella misma a?ade ¡°la resemantizaci¨®n del espacio dom¨¦stico y la reubicaci¨®n del deseo sexual de la mujer¡±, como otros ejes de sus versos, salidos del reciente C¨®mo guardar ceniza en el pecho y siempre pespunteados por referencias culturales y una iron¨ªa que ¡°frena mi caudal l¨ªrico, siempre cargado de fango, rocas y basura¡±, lanza provocadora esta maestra de oficio.
Fruto de la herencia y mezcolanza de fen¨®menos migratorios es hija tanto la obra de Samantha Barendson como la de Athena Farrokhzad. La primera, nacida en Espa?a, de madre argentina y padre italiano, pero afincada en la francesa Lyon, mezcla los tres idiomas en textos po¨¦ticos de cadencia narrativa que declama con intensidad. La segunda vive en Suecia, adonde lleg¨® con su familia huyendo de su Ir¨¢n natal tras la revoluci¨®n de 1979. En ella, los pensamientos pol¨ªticos se entremezclan con los morales y es muy frecuente la cita de otros: ¡°Me interesan realidades diferentes a la m¨ªa, me gusta pasearme por los escritos de esos otros, escucharlos y profundizar en ellos; en ese sentido, busco el ideal griego de la polifon¨ªa, no s¨®lo soy yo¡±, asegura quien tiene ¡°un reto vital¡± al volver a participar en un festival por vez primera desde la pandemia.
La representaci¨®n dom¨¦stica recaer¨¢ en los dos extremos del arco vital y literario; por un lado, en un veterano como Ram¨®n Andr¨¦s (Pamplona, 66 a?os), alquimista de una poes¨ªa sensible, cercana, filos¨®fica y profunda a la vez, que bien refleja su ¨²ltimo poemario Los ¨¢rboles que nos quedan, de donde sacar¨¢ algunos de los versos que recitar¨¢. Por otro, en la mitad del ciclo biol¨®gico y literario de Andr¨¦s estar¨¢ Jaume Coll Marin¨¦ (Muntanyola, 32 a?os), que s¨®lo ha requerido de un par de poemarios y especialmente de uno, el tambi¨¦n arb¨®reo Un arbre molt alt (doble premio: Ausi¨¤s March i Cavall Verd), para convertirse en ¡°una promesa muy evidente¡± de las letras catalanas, como le define Pedrals. La ligaz¨®n de la naturaleza y el ser humano se adhieren a sus versos tras ¡°dar vueltas de tuerca a una lengua que han pensado y honrado Verdaguer, Riba, Carner o Mar?al y a la que intento estrujar para construir mis im¨¢genes¡±, define quien tambi¨¦n es bajista del grupo de pop-rock Obeses.
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