Enfermeras durante la pandemia: ¡°Quisimos ayudar sin condiciones¡±

Alicia Teruel y M¨®nica Le¨®n regresan al CAP Manso de Barcelona tras una ma?ana de atender a pacientes en su domicilio. En la terraza del edificio Le¨®n se saca un sobre del bolsillo. Lo abre y saca una carta que una mujer le dio el d¨ªa anterior tras recibir una vacuna contra el coronavirus. ¡°Gracias a la vacuna podremos vernos con m¨¢s tranquilidad con mis hijos y con mi nieto. Agradezco vuestro compromiso y trabajo, que os aseguro que no ha pasado desapercibido¡±, lee. Teruel sonr¨ªe. ¡°Hacemos lo que hacemos por cartas como esta¡±.

Teruel y Le¨®n forman parte de las m¨¢s de 7.100 enfermeras formadas por la Generalitat para vacunar contra la covid. Los mi¨¦rcoles hacen una jornada complementaria, el doble turno de toda la vida. Pinchan por la ma?ana y realizan su tarea habitual por las tardes. ¡°Cuando buscaban a profesionales para empezar a vacunar ni nos lo pensamos¡±, explica Teruel. ¡°Y no sab¨ªamos ni las condiciones ni nada. Dijimos s¨ª a todo. Queremos aportar nuestro trabajo para que no enfermen ni mueran m¨¢s personas por covid. Cada vacunado es uno m¨¢s a este lado de la l¨ªnea. Es el sentir general¡±, reivindica.

La tarea de las enfermeras es imprescindible para alcanzar un ritmo de administraci¨®n de m¨¢s de 300.000 dosis semanales en el ¨²ltimo mes y medio. Los resultados de la inmunizaci¨®n son rotundos: los brotes han desaparecido de las residencias y la pandemia parece controlada en Catalu?a. Los datos epidemiol¨®gicos actuales son los mejores desde verano y los ¨ªndices de mortalidad, los m¨¢s bajos desde julio del 2020. ¡°La respuesta de las enfermeras ha sido una maravilla¡±, celebra Le¨®n.

El Departamento de Salud manda una convocatoria semanal de las plazas habilitadas seg¨²n el n¨²mero de dosis disponibles y las profesionales se apuntan a trav¨¦s de un aplicativo. ¡°Nosotras hacemos una jornada extra, pero tenemos compa?eras que hacen m¨¢s turnos¡±, explican. Por su tarea, las profesionales reciben entre 18 y 23 euros la hora, seg¨²n su antig¨¹edad y posici¨®n.

Le¨®n, de 43 a?os, empieza a vacunar los mi¨¦rcoles en Fira de Barcelona a las ocho de la ma?ana y acaba a la una del mediod¨ªa. Y no para. A las dos comienza su jornada laboral ordinaria, hasta las 20.30 horas. ¡°Tengo que comer con un tupper o hago un men¨² corriendo para llegar a todo¡±, admite. ¡°Y llego a casa cansad¨ªsima¡±. Teruel lo tiene un poco m¨¢s complicado porque acaba en el punto de vacunaci¨®n a la misma hora que deber¨ªa empezar su horario habitual. Ella se desplaza en bici para poder llegar a todos lados. ¡°Todo esto vale la pena, y a veces no se dan cuenta del trabajo que hacemos¡±, reivindica Teruel. ¡°Ahora hemos recuperado la actividad habitual: asumimos las visitas presenciales, hacemos atenci¨®n a domicilio, a las residencias del barrio, atendemos visitas urgentes, a los cr¨®nicos... No paramos¡±.

Una de las primeras tareas que hicieron las enfermeras de la atenci¨®n primaria fue localizar y citar a todas aquellas personas cuya actividad qued¨® afectada por la pandemia. ¡°La covid lo par¨® todo, y aquellos pacientes que tienen enfermedades cr¨®nicas dejaron de venir¡±, explica Teruel. ¡°Nos pregunt¨¢bamos que hab¨ªa sido de ellos, porque para nosotras eran personas habituales. Tuvimos que localizarles y citarles de nuevo, uno a uno, para ir recuperando la actividad¡±.

M¨¢s reconocimiento

La pandemia ha visibilizado m¨¢s que nunca las tareas del colectivo, y su sensaci¨®n es que la gente las valora m¨¢s que antes. ¡°El reconocimiento social ha cambiado¡±, admite Le¨®n. ¡°Siempre hab¨ªa ciertas diferencias con los m¨¦dicos, por ejemplo, pero ahora los pacientes te ven diferente. En los hospitales saben que les hemos cuidado en los peores momentos, y fuimos casa por casa atendiendo a las personas mayores, que estaban solas. Ahora la sociedad valora m¨¢s nuestra figura, pero a¨²n falta que ocurra en los medios y a otros niveles¡±. El colectivo comparte ese reconocimiento con los administrativos que las acompa?an en los puntos de vacunaci¨®n. ¡°Su trabajo es supernecesario¡±, aplaude Le¨®n. ¡°Antes, una enfermera ten¨ªa que estar con un ordenador para registrar y comprobar los datos de cada persona, y esto limitaba las manos para pinchar¡±, explica, ¡±pero el Departamento habilit¨® en tiempo r¨¦cord la figura del administrativo y nos liber¨® para dedicarnos exclusivamente a la vacunaci¨®n¡±.

Cerca del CAP Manso, en la calle Cal¨¤bria, el Departamento habilit¨® el espacio de la antigua sede de ONCE como punto de vacunaci¨®n. Una decena de personas hacen cola para entrar. ¡°Cuando llamamos a los pacientes y les convocamos, algunos usuarios se nos ha puesto a llorar en el tel¨¦fono¡±, explica Le¨®n. ¡°Y a veces nos encontramos la familia entera a las afueras del recinto esperando a su abuelo. Verlos salir por la puerta tan contentos es emocionalmente muy bonito¡±.