La Plana del Corb

El viaje vale la pena, pero hay que reservar entrada: en el kil¨®metro 162 de la carretera C-12, de Lleida a Balaguer, el complejo industrial de La Plana del Corb alberga la primera instalaci¨®n permanente en nuestro pa¨ªs de Chiharu Shiota (1972), una de las m¨¢s grandes artistas japonesas contempor¨¢neas. Shiota es una instaladora formidable, ha representado a su pa¨ªs en la Bienal de Venecia y una instalaci¨®n suya ha acompa?ado estos d¨ªas dos recitales del Viaje de Invierno de Franz Schubert en el Liceu. Vayamos por orden.

El proyecto del Hermitage disgusta al Ayuntamiento por motivos que no se me escapan, pero con pocas razones

Primero, Shiota. Naci¨® en Osaka y estudi¨® bellas artes en Kyoto. Luego fue disc¨ªpula de otras dos artistas gigantescas, Marina Abramovic y Rebecca Horn. Hace un cuarto de siglo que vive y trabaja en Berl¨ªn mientras organiza los hilos y objetos de sus instalaciones. ¡°El arte no tiene g¨¦nero¡±, ha dejado dicho Abramovic, incorrecta y certera, pues al final cuenta la calidad est¨¦tica, no el g¨¦nero ¡ªo el sexo, uno ya no sabe qu¨¦ escribir para que no se enfade casi nadie. Y Shiota est¨¢ de acuerdo con su maestra: ¡°Me veo a m¨ª misma mayormente como artista¡±, ¡°sigo buscando y m¨¢s que tejer, dibujo en el aire¡±, ¡°todas mis instalaciones arrancan con una experiencia personal, con una emoci¨®n, luego quiero expandirlas en algo universal¡±. En el caso de la instalaci¨®n del Liceu, que se llama Last Hope (?ltima esperanza), la experiencia inicial fue el incendio de un piano, pero su sublimaci¨®n merece otra visita, esta vez al Liceu mismo: la instalaci¨®n de Chiharu Shiota, en el Sal¨®n de los Espejos, est¨¢ abierta al p¨²blico los mi¨¦rcoles y los s¨¢bados por la ma?ana y las entradas pueden adquirirse en la web del Liceu mismo. Una nueva cita que vale mucho la pena. A m¨ª me la recomend¨® taxativo otro amigo artista, Josep Garcia, excelente lacador de Urushi, una pr¨¢ctica japonesa, tenaz y milenaria.

Segundo, el Viaje de Invierno, Winterreise, de Franz Schubert (1797-1828), fueron dos tardes, el ocho y el nueve de junio, con Tareq Nazmi y Gerold Huber. Devastado por la s¨ªfilis, Schubert compuso este ciclo de 24 canciones al final de su vida. Aunque pensadas para tenor, las versiones can¨®nicas de mi generaci¨®n eran casi cualquiera de las bastantes que grabara el bar¨ªtono Dietrich Fischer-Dieskau (1925-2012), posiblemente el mejor cantante de Lieder de su ¨¦poca. Su pianista de referencia fue Gerald Moore (1899-1987) y la despedida que le dedicaron el propio Dieskau, Elisabeth Schwarzkopf y nuestra Victoria de los ?ngeles en Londres, en el a?o 1967, es la grabaci¨®n que me permito recordar a cualquier viejo aficionado y recomendar a todos los j¨®venes.

Tercero, ¡°El Liceu de les Arts¡±. Otro Garc¨ªa, V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director art¨ªstico del Liceu, se ha propuesto abrirlo a las artes, como acaba de hacer con este Viaje de Invierno, y convertirlo en un gran centro del arte y de los artistas. M¨¢s all¨¢ de la ¨®pera, pero partiendo de ella, el futuro que propone es digno de apoyo: acaba de salir al rescate del proyecto de abrir en Barcelona una franquicia del Museo del Hermitage, una idea que disgustaba a la administraci¨®n municipal por motivos que no se me escapan, pero con pocas razones. A veces el urbanismo de guerra ¡ª¡°t¨¢ctico¡±, lo llaman, precisamente¡ª da miedo. Dejar hacer es una propuesta muy b¨¢sica: un museo no poluciona y sus accesos se pueden encauzar bien.

Toca ahora apoyar al arte joven, a los artistas j¨®venes cuya obra ma?ana veremos reflejada en el Liceu

Y acabo, en cuarto lugar, como empec¨¦: la Fundaci¨®n Sorigu¨¦, radicada en Lleida, es el alma de la instalaci¨®n de La Plana del Corb, en Balaguer, una ma?ana bien empleada, que luego pueden completar con una visita al museo de arte contempor¨¢neo que la misma fundaci¨®n tiene en la ciudad de Lleida: Antonio L¨®pez, William Kentridge, Julie Mehretu, Anselm Kiefer, Doris Salcedo, Daniel Richter, Cristina Garc¨ªa Rodero, Vik Muniz, Bill Viola¡­ Esta gente ha comprado sobre seguro, desde luego, pero lo ha hecho bien, con una idea clara, con un proyecto definido y sostenido durante un cuarto de siglo.

Esta es gran parte de la Catalu?a que funciona, la que nos interesa a muchos, una tal que arranca de Lleida, pasa por Balaguer y se encuentra a s¨ª misma en Barcelona con una instituci¨®n que ha resuelto velar por las artes all¨ª donde haga m¨¢s falta, m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica peque?a y de sus palabras grandes: instalaciones de hilos de lana con hojas de partituras entre los mejores espejos de la ciudad. Toca ahora apoyar al arte joven, a los artistas j¨®venes cuya obra ma?ana veremos reflejada en el Liceu.