Un bar para Raimon Obiols y Jordi Pujol
Can Pascual es una referencia de la Nova Esquerra de l¡¯Eixample y de los seguidores periquitos del barrio
La primera vez que entr¨¦ en Can Pascual como periodista me sent¨ª coprotagonista de uno de esos thrillers de Nueva York en los que los tejemanejes del Ayuntamiento se resuelven en un reservado de Little Italy. El bar ya lo conoc¨ªa como vecino: es el reducto espanyolista del barrio ¡ª¡°espanyolista¡± por el club de f¨²tbol. Frente al televisor del establecimiento, sentado en su barra, con un gintonic y engullendo sus excelentes patatas bravas, he celebrado y sobre todo he sufrido las ¨²ltimas temporadas del Espanyol, mi equipo y el de Marc Ferrer, el propietario. Pero en aquella primera ocasi¨®n que me present¨¦ como periodista, la cosa fue diferente, porque fui conducido a las profundidades del local, a un comedor en el que, seg¨²n mis fuentes, se organizaban concili¨¢bulos secretos del Partit dels Socialistes de Catalunya, el PSC.
El comedor de Can Pascual no tiene nada de especial: es de techo bajo e iluminaci¨®n artificial, con mesas, vajillas y manteler¨ªa de est¨¦tica discreta pero funcionales; a un lado, los ba?os y un peque?o sal¨®n privado. Nada llama la atenci¨®n excepto un viejo tirador de vino a granel, el vino de la casa. En ese comedor, de un restaurante sobre todo frecuentado por familias y matrimonios jubilados del barrio, me aseguraron mis fuentes que se salv¨® al socialismo catal¨¢n. Las cosas no fueron as¨ª, pero la investigaci¨®n me sirvi¨® para conocer mejor a Ferrer.
Todo parti¨® de un soplo: en Can Pascual se reun¨ªan hist¨®ricos del PSC, los hermanos Font, Raimon Obiols y sus seguidores del colectivo Nou Cicle. Algunos obiolistas de peso abandonaron el barco del partido al inicio de la carrera independentista, cuando el PSC de Pere Navarro se hundi¨® electoralmente en 2012 y tuvo que rectificar su apoyo a un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. El caso m¨¢s relevante de exobiolista incorporado a las filas del nacionalismo catal¨¢n es el de Joan Ignasi Elena, el actual consejero de Interior. Otros se quedaron en el PSC gracias a almuerzos terap¨¦uticos con el carism¨¢tico Obiols. Pero estos ¨¢gapes y sesiones de coaching ¡ªy ah¨ª es donde fallaron mis fuentes¡ª se produjeron en otro restaurante, no en Can Pascual. Los c¨®nclaves en Can Pascual eran para disfrutar de una charla entre amigos, sin presiones.
Todo esto fue en un tiempo que parece lejano, antes de la pandemia. El coronavirus lo trastoc¨® todo. A Ferrer lo pill¨® con el pie cambiado: renov¨® de arriba abajo el bar Can Pascual un mes antes de decretarse el estado de alarma, en marzo de 2020. Ahora se llama El nou Pascual pero el barrio sigue llam¨¢ndole Can Pascual. La previsi¨®n de Ferrer es que necesitar¨¢ entre seis y ocho a?os para pagar las deudas contra¨ªdas con una inversi¨®n que desembols¨® coincidiendo con una ca¨ªda estrepitosa de los ingresos. Por eso los aficionados periquitos del barrio le perdonamos cuando justifica que, si coinciden un partido del Bar?a y uno del Espanyol, muy a su pesar tendr¨¢ que sacrificar la retransmisi¨®n de nuestro club porque m¨¢s clientes le trae el rival ¡ªa escasos metros hay varias pe?as blaugranas. La pela es la pela, dec¨ªan los catalanes de antes, cuando el seny iba por delante de la rauxa.
Otra virtud tradicionalmente atribuida a los catalanes que demuestra Ferrer es la discreci¨®n. Frente a Can Pascual tiene el despacho ni m¨¢s ni menos que el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol. ?Bajan a comer alg¨²n d¨ªa el president o los miembros de su s¨¦quito? Ferrer ni confirma ni desmiente. La paradoja es que la n¨¦mesis de Pujol, antes que Pasqual Maragall, fue Obiols. Pujol y Obiols protagonizaron duelos en la historia de la pol¨ªtica catalana como los del doctor Moriarty y Sherlock Holmes en la literatura o Messi y Cristiano Ronaldo en el f¨²tbol.
Pese a su distinguida clientela socialista, Can Pascual no debe su nombre al exalcalde y expresidente de la Generalitat. Pascual era uno de los dos hermanos procedentes de Castell¨®n que fundaron el negocio en 1971, exactamente hace medio siglo. Veinticinco a?os despu¨¦s, los Ferrer lo adquirieron. En las primeras d¨¦cadas, la clientela sobre todo la compon¨ªan trabajadores de la construcci¨®n y de la antigua f¨¢brica que ten¨ªa Bayer en aquella manzana. El Can Pascual del siglo XXI ha sido sobre todo un lugar para un p¨²blico familiar, de almuerzo el domingo con los abuelos, con la parienta o de tomar algo con los amigos antes de la cena. Ferrer ha querido rejuvenecer el p¨²blico, y lo ha conseguido, pero las caras son casi siempre las mismas: la propietaria del estanco de la esquina, el vecino que baja cada ma?ana a desayunar su bocadillo de jam¨®n de Salamanca¡ Una tarde del pasado julio, de las seis mesas que estaban ocupadas, las seis estaban ocupadas por fijos de Can Pascual.
En un bar de costumbres, en el que los camareros llevan casi dos d¨¦cadas vinculados a la casa, ?qu¨¦ queda de los or¨ªgenes? Ferrer rastrea el establecimiento, reformado por completo, convencido de que no encontrar¨¢ nada de la prehistoria de los hermanos de Castell¨®n. Pero s¨ª, da con ello: un exprimidor de naranjas de la marca Santos. ¡°No hay recambios y tengo que apa?arme con alguna chapuza, pero funciona como el primer d¨ªa¡±, dice orgulloso el propietario de Can Pascual.
Este electrodom¨¦stico Santos entr¨® en funcionamiento, seg¨²n estimaciones de Ferrer, cuando Pujol y Obiols empezaban a atizarse ret¨®ricamente en el Parlament. Los dos viejos pol¨ªticos llevan muchos a?os sin verse ni hablarse, confirm¨® hace unas semanas a este periodista el exl¨ªder socialista. ?Podr¨ªa producirse el reencuentro? En terreno neutral, en una mesa en Can Pascual.
El nou Pascual
A?o de fundaci¨®n: 1971.
Propietario: Marc Ferrer.
Plato recomendado. Huevos estrellados al estilo Pascual: huevos fritos con salsa muselina de ajo, patatas horneadas y laminadas.
Bebida recomendada: vino blanco Galv¨¢n Godello.
La mejor hora para ir: 20:30, antes de cenar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.