La huelga de ¡®riders¡¯ y las quejas de los restaurantes cercan el modelo de Glovo
Los establecimientos lamentan tener que pagar comisiones de hasta un 40% por pedido
El modelo de las plataformas de reparto a domicilio afronta un doble reto que ata?e a dos de sus pilares: la relaci¨®n laboral con los repartidores, en revisi¨®n tras la entrada en vigor de la ley rider y que ha implosionado con la exitosa huelga en Glovo; y la relaci¨®n con los restaurantes. Empujados a usar estas plataformas de reparto durante el confinamiento para asegurar un m¨ªnimo de ingresos, muchos establecimientos se dan cuenta de que la situaci¨®n ha cambiado: ahora que la gente ya no quiere estar en casa, ha bajado la demanda online, pero las comisiones que tienen que pagar a las plataformas siguen siendo muy altas ¡ªde hasta un 40% por pedido¡ª, lo que ha hecho que algunos ya se planteen abandonarlas o buscar otros mecanismos.
Claudia Calder¨®n es la propietaria y cocinera del restaurante El rinc¨®n de la abuela venezolana, en el barrio de Sagrada Familia de Barcelona. Un tiempo antes de la pandemia hac¨ªan reparto a domicilio mediante Glovo y Deliveroo, pero suspendieron el servicio por una mala experiencia y porque no era de primera necesidad. Al estallar la pandemia, lo que era secundario se convirti¨® en casi obligatorio. ¡°Al principio repart¨ªamos nosotros mismos, nos compramos un patinete y nos contactaban por WhatsApp. Pero pronto vimos que necesit¨¢bamos una estructura m¨¢s grande¡±, explica. Contactaron con Glovo: ¡°Pero las comisiones eran alt¨ªsimas, de un 35%. Realmente, para nosotros es casi perder dinero, pero estamos en un mundo competitivo, en el que tienes que estar en todos los sitios, y m¨¢s en plena pandemia, las empresas lo sab¨ªan y se aprovecharon¡±, lamenta. De momento contin¨²an aunque tambi¨¦n trabajan con M¨¢sdelivery, que cobra cuotas m¨¢s bajas. Un portavoz de Glovo asegura que las comisiones actualmente no son superiores a un 35% y que la relaci¨®n con los restaurantes es prioritaria para la empresa.
Cerca de este restaurante est¨¢ Cal M¨¤rius 449, que hace meses decidi¨® crear su propia aplicaci¨®n de reparto para obtener m¨¢s beneficios. ¡°Con las plataformas, todo el rato pagas: la comisi¨®n, alt¨ªsima, el IVA lo pagas t¨², las bolsas, el packaging de los pedidos... y hasta que nos quejamos, nos cobraban 150 euros cada mes como canon, tuvieses pedidos o no. Era como un impuesto revolucionario¡±, exclama Mario Ponce, el propietario. Contin¨²a trabajando con Uber Eats, Glovo y Just Eat adem¨¢s de tener su propia aplicaci¨®n, porque considera que, mientras tenga un m¨ªnimo beneficio, tiene que hacerlo por la publicidad. ¡°Pero es como trabajar para el enemigo, porque sus cocinas y supermercados nos hacen la competencia¡±, afirma.
Algunos ya se plantean dejarlo. El restaurante El Platillo, en el centro comercial de la Illa, estaba con Deliveroo (que tras la ley rider ha decidido dejar de operar en Espa?a) y pagaba una cuota de 15 euros al mes m¨¢s una comisi¨®n del 25% por pedido. ¡°Tienes que incrementar el precio del producto, porque no puedes asumir estos gastos, y tampoco quieres bajar la calidad. No nos iba muy bien, y nos dijeron que si pag¨¢bamos m¨¢s nos posicionar¨ªan mejor en la app. Lo dejamos correr¡±, explica Elena Garc¨ªa-Ruano. Carles Centelles, del restaurante-pescader¨ªa Ribera Manero, se hizo de todas las plataformas durante el confinamiento. ¡°Todo el mundo se volvi¨® loco y se hizo de las apps. Fue bien, pero tampoco fue para tanto¡±, explica. Centelles cree que el modelo puede funcionar para una pizzer¨ªa o sitio de bocadillos, pero no para un restaurante de producto caro. ¡°Ahora lo que tenemos es malestar, por las comisiones altas. Por los pedidos que tenemos, lo podemos hacer nosotros mismos¡±, detalla. Tanto en su caso como en el de Calder¨®n, Just Eat ha identificado el malestar y les ha hecho una oferta con comisiones m¨¢s bajas.
El paro de los repartidores, pendiente de la negociaci¨®n
Las plataformas tienen una corta historia, pero parece que ya se encuentran en un momento crucial de adaptaci¨®n a un nuevo marco. Nacidas, la mayor¨ªa, en la d¨¦cada de 2010, aprovecharon la alta penetraci¨®n de los tel¨¦fonos inteligentes en la poblaci¨®n para redefinir, mediante la tecnolog¨ªa, el tradicional servicio de reparto a domicilio. La mayor¨ªa implementaron un modelo laboral en el que los repartidores no eran asalariados sino aut¨®nomos. Tras pasar por los juzgados y la Inspecci¨®n de Trabajo, la ley rider viene a certificar que la relaci¨®n es laboral.
Glovo opt¨® por un modelo h¨ªbrido en el que algunos repartidores, como los que trabajan para los supermercados de la empresa, son contratados mediante Empresas de Trabajo Temporal. El sindicato CC OO convoc¨® una huelga para reclamar contratos en la empresa, y el alto seguimiento oblig¨® a cerrar los seis Glovomarket que hay en Barcelona. Este fin de semana la huelga se pospuso para facilitar las negociaciones, que siguen en curso.
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