Salir de fiesta en Barcelona: entre el botell¨®n y el reguet¨®n
La primera noche con ampliaci¨®n horaria de las discotecas no cambia los h¨¢bitos de los j¨®venes, que acumulan meses de encuentros en la v¨ªa p¨²blica


Del botell¨®n al reguet¨®n van 100 metros. Son los que separan la playa del Somorrostro, en la Barceloneta, y las discotecas del paseo mar¨ªtimo, donde coexisten los dos mundos del ocio nocturno barcelon¨¦s. Beber sobre la arena incumpliendo las ordenanzas municipales o en una sala de baile sin poder bailar y a 10 euros la copa, esta es la cuesti¨®n. Que rima con restricci¨®n.
No parece sencillo ser joven en ¨¦poca de pandemia. Y en Catalu?a, a¨²n m¨¢s, porque el ocio nocturno sigue limitado a los espacios exteriores y el baile sigue prohibido, a pesar de que la Generalitat de Catalu?a propone peque?os avances para el sector de la noche. De momento, los horarios de las discotecas se ampl¨ªan hasta las tres de la madrugada en espacios exteriores desde este jueves, lo que a fin de cuentas sigue limitando la oferta l¨²dica: seg¨²n c¨¢lculos de las patronales del ocio nocturno, ¨²nicamente un 5% de los establecimientos puede abrir cumpliendo las normativas.
El problema de las restricciones es que han cambiado tanto en los ¨²ltimos meses que incluso los m¨¢s interesados las desconocen. Ricard, Ousman y Osama tienen 20 a?os, han llegado hace unas horas desde Matar¨® y Canet de Mar -¡±?la que se lio en el Canet Rock!¡±-, donde viven, y caminan por la arena pasada la medianoche con un cubata de pl¨¢stico cada uno en la mano. ¡°?En serio que ahora las discotecas abren hasta las tres?¡±, se preguntan. Siguen poco la actualidad, dicen, y van a lo suyo, que es salir tanto como les permita su econom¨ªa. Ricard trabaja en la hosteler¨ªa, Osama estudia jardiner¨ªa y Ousman se qued¨® sin plaza de formaci¨®n profesional. ¡°Ayer ya estuvimos aqu¨ª y toda la playa estaba mucho m¨¢s llena de gente¡±. Esta noche se observan pocos grupos cerca del mar. El tr¨ªo considera que la ampliaci¨®n del horario de las discotecas ha vaciado la arena de botellones, aunque ellos mismos dudan de su tesis. ¡°Si no abren los interiores, y no se puede bailar, la gente ir¨¢ igualmente a la calle a beber¡±.
A pesar de que la apertura es m¨ªnima, el ambiente se anima. A partir de la una de la madrugada se producen las primeras colas para entrar en las discotecas. Y con la muchedumbre y el ir y venir de copas, pasa lo que pasaba antes de la covid: la gente necesita acercarse para hablar, las pieles se rozan y las distancias caen. Cada noche es primavera a la tercera copa.
Los camareros se esfuerzan en recordar a los clientes que la mascarilla es obligatoria y solo puede bajarse para consumir. Pero con un cubata en la mano, la coartada es indestructible. Tampoco parece f¨¢cil evitar el baile, tambi¨¦n prohibido. El ritmo de la m¨²sica no ayuda y las caderas van solas. Existe, sin embargo, una sensaci¨®n generalizada de control en la mayor¨ªa de las salas.
¡°No vendr¨¢ mucha m¨¢s gente que otros d¨ªas¡±, asegura un portero de una discoteca
Los porteros de dos discotecas admiten que la ampliaci¨®n horaria no ha congregado a m¨¢s clientes. ¡°Estar¨¢n m¨¢s rato, pero no vendr¨¢ mucha m¨¢s gente que en otras noches¡± concluyen. Y los trabajadores, explican, son los mismos que en las ¨²ltimas noches, aunque estar¨¢n en el local hasta el cierre. ¡°Esta ampliaci¨®n es un parche. Hasta que no abran los interiores no podremos recuperar la actividad normal¡±, insisten. La Federaci¨®n Catalana de Asociaciones de Restauraci¨®n y musicales (Fecasarm) y la Federaci¨® Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon) reivindican ¡°volver al horario normal de cierre¡±. De otro modo, a?aden, ¡°no se podr¨¢ combatir los graves problemas de altercados p¨²blicos que se est¨¢n dando en Catalu?a¡±. El Ayuntamiento de Barcelona presiona desde hace semanas para reabrir tambi¨¦n los espacios interiores, y el Departamento de Salud admite que su reapertura no queda lejos, e insiste en explorar el uso del certificado de vacunaci¨®n. Uno de los responsables de una de las salas asegura que el horario de de actividad actual sirve ¡°para cubrir gastos y poco m¨¢s¡±.
La salida se produce progresivamente y el paseo mar¨ªtimo se llena de taxibicis y de vendedores ambulantes. Tres chicas suecas salen de uno de los locales y compran tres cervezas por 4,5 euros. ¡°Ahora seguiremos un rato m¨¢s, que este fin de semana volvemos a casa y hay que aprovechar¡±. Y caminan hacia la playa, a 100 metros, donde ya no llega el reguet¨®n. Empieza su propio botell¨®n.
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