El peor oficio m¨¢s viejo del mundo
Llega al TNC, con la fuerza de un cicl¨®n, ¡®Prostituci¨®n¡¯, gran montaje de Andr¨¦s Lima y Albert Boronat con las inmensas Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste
Lo que vemos en la escena no es la vida real, es teatro, pero todo lo que cuentan Camen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste ¡ªtres inmensas actrices¡ª en Prostituci¨®n, se basa en testimonios reales. Los autores y directores de la obra, Andr¨¦s Lima y Albert Boronat, no han necesitado inventarse nada m¨¢s duro para sacudir la conciencia del espectador con una veracidad que estremece. En este gran montaje, h¨¢bil en la mezcla de g¨¦neros y de esp¨ªritu brechtiano ¡ªen el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) hasta el 23 diciembre¡ª, las descargas de humor alivian la dureza extrema que soportan las prostitutas ejerciendo el peor oficio m¨¢s viejo del mundo. Un retrato demoledor que a nadie puede dejar indiferente.
Con la fuerza de un cicl¨®n, Prostituci¨®n llega al TNC tras su gran ¨¦xito en el Teatro Espa?ol de Madrid (entre el 13 de marzo y el 11 de abril pasados). La pieza se presenta como un espect¨¢culo ¡°teatral-musical-documental¡± y en ella se mezclan g¨¦neros diversos, desde el documental televisivo al cabaret y la revista. Sobre textos de Amelia Tiganus, Juan Cavestany, Ver¨®nica Serrada, Boronat y Lima, y los testimonios de Ana Mar¨ªa, Isabela, Luc¨ªa, Alexa, Alicia, Lukas y la se?ora Rius, el mosaico teatral ¡ªde la calle al escenario¡ª se abre con los datos estad¨ªsticos que sit¨²an a Espa?a como ¡°capital europea de la prostituci¨®n¡±.
En su primera aparici¨®n, Carmen Machi se interpreta a s¨ª misma entrevistando a una prostituta con dos hijos, Ana Mar¨ªa, a la que da vida Nathalie Poza. La qu¨ªmica es total y en su di¨¢logo, sincero y conmovedor, brota la emoci¨®n pura del teatro. El sello de Lima, su arte contando historias, ilumina una puesta que juega con la inmediatez en la pasarela del patio de butacas y ambienta los relatos m¨¢s duros frente a una habitaci¨®n con forma de contenedor m¨®vil situada en un pol¨ªgono.
Los testimonios son demoledores. ¡°Mi trabajo es hacer que la gente se corra¡±, dice Luc¨ªa ¡ªCarolina Yuste, sensacional en todos los registros. Durante dos horas, las historias se suceden, y el retrato de la injusticia, la hipocres¨ªa, la miseria y la violencia machista tiene tal fuerza que solo el humor, la m¨¢s genuina v¨¢lvula de escape teatral, rebaja la presi¨®n. Machi proporciona la primera bocanada de aire fresco dando vida a Isabela, un travesti nicarag¨¹ense: te hace re¨ªr sin esconder su drama interior. Grande.
Testimonios a favor de la regulaci¨®n (fragmentos de Durmiendo con su enemigo, de Virginie Despentes (Machi); relatos de crudeza asfixiante, como el de la activista rumana Amelia Tiganus (Poza), que fue vendida por 300 euros a un proxeneta espa?ol y escribi¨® un libro abolicionista, La revuelta de las putas, que retrata todas las violencias y miedos que soportan ante ¡°el desamparo del Estado proxeneta y de la sociedad c¨®mplice¡±.
Hay testimonios (pocos) de varios chaperos que interpretan, sin resultar cre¨ªbles, dos mujeres: Yuste encarna a Lukas y la pianista Laia Vall¨¦s ¡ªa su cargo corre, con imponente energ¨ªa, la m¨²sica en directo¡ª ofrece con elegancia un relato con el maravilloso Just a Gigolo como hilo conductor.
El otro momentazo musical, digno de una opereta de Brecht y Weill con alma castiza, es Pichi, la joya de la revista Las Leandras que Machi canta (hay que verla, porque es ¨²nica) en una escena digna de Berlanga en que, entre polvo y polvo, tres putas, sentadas en unos bidones, hablan y discuten sobre sus experiencias con vitri¨®lico humor.
No se escucha la voz de los puteros ¡ªsolo aparecen en v¨ªdeos proyectados en las paredes de una habitaci¨®n¡ª, ni de proxenetas y los llamados empresarios de la industria del sexo: es, pues, un retrato incompleto ¡ªno estar¨ªa nada mal un Prostituci¨®n II sobre el otro lado del asunto¡ª de una lacra social que sigue creciendo y atrapando a las mujeres con violencia e impunidad. Pero teatralmente, es un montaje soberbio.
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