Antoni Dalmau, pol¨ªtica y cultura de la cordialidad
Pol¨ªtico y escritor, quienes m¨¢s le conocieron coinciden en destacar su bonhom¨ªa, que se manifestaba en una sonrisa sin postizos
![12/01/1996 Barcelona. Antoni Dalmau, pol¨ªtico y escritor, fotografiado en la azotea del Ayuntamiento de Barcelona. Foto: Carles Ribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6BOMHIK7GSMNFGOYLEWCVECYPA.jpg?auth=2290b7b917dc1a16cfe4d58bce291d68ad78e4775041d8a0ac5077899bd2a3fa&width=414)
¡°Otro mundo no solo es posible, sino necesario¡±, as¨ª terminaba un art¨ªculo que Antoni Dalmau i Ribalta -junto con Jordi Borja, Pere Vilanova, Eul¨¤lia Vintr¨® y Joan Subirats- firmaba en este diario en 2004, en defensa de una pol¨ªtica de apoyo a la cooperaci¨®n internacional y como miembro de la ONG Cooperaci¨®. Una muestra de los m¨²ltiples intereses que ocupaban a Dalmau (Igualada, 1951) y que descubre su vida, desgraciadamente truncada este mi¨¦rcoles.
Pol¨ªtico y escritor, quienes m¨¢s le conocieron coinciden en destacar su bonhom¨ªa, que se manifestaba en una sonrisa sin postizos. A prop¨®sito de uno de sus libros -Cartes a un jove pol¨ªtic. Qu¨¨ pots fer pel teu pa¨ªs- una voz an¨®nima resumi¨® con acierto algunos de los trazos m¨¢s relevantes de su talante: lenguaje llano, sin estridencias, pero sin camuflajes o mentiras, respetuoso con las distintas opiniones, de la m¨¢xima franqueza... Su alma de novelista e historiador aparec¨ªa tanto cuando escrib¨ªa una narraci¨®n, para la que se documentaba en todos sus extremos, como cuando resolv¨ªa que aquel material conven¨ªa presentarlo como un ensayo hist¨®rico. Y lo dotaba del atractivo de un relato, sin perder rigor, pero lejos de una pedante solemnidad acad¨¦mica. V¨¦ase, como ejemplo de ello, sus elaboraciones novelescas en torno a los c¨¢taros o el ensayo sobre el caso Rull, una investigaci¨®n, de la que me hab¨ªa hablado satisfecho, sobre un personaje poco conocido que se desliz¨® desde la militancia ¨¢crata a la traici¨®n, como confidente de gobernadores civiles. Un caso de terrorismo lucrativo que termin¨® en el pat¨ªbulo y que Dalmau aprovecha para dibujar un fresco de la ¨¦poca de principios del XX. Tambi¨¦n tradujo al catal¨¢n autores tan dispares como Fernando Savater, Stephen Hawking o Am¨¦lie Nothomb y ¨¢lbumes de Els Barrufets.
Fundador y director de Revista d¡¯Igualada, nacida en 1999, supo aglutinar un n¨²cleo de personas relevantes de la ciudad para recuperar un ef¨ªmero proyecto de publicaci¨®n cultural de 1929. La solidez de este empe?o lo demuestra la edici¨®n del n¨²mero 69 a finales del a?o pasado.
Igualada, obviamente, estuvo presente en algunas de sus m¨¢s queridas ocupaciones. Junto a Mar¨ªa Teresa Miret y Marta Vives trabaj¨® siete a?os documentando todas las calles de su ciudad. Buscando el origen de su nomenclatura, la biograf¨ªa de los personajes que la pueblan y se?alando las edificaciones importantes. Dalmau estaba atento a Igualada...y a su ciudadan¨ªa. Dedic¨®, por ejemplo, muchas horas a estudiar la guerra civil y el primer franquismo en la Anoia y hab¨ªa perseguido y documentado la triste peripecia de muchos exiliados de la comarca. Ahora, estaba trabajando en una biograf¨ªa sobre el industrial, impulsor de actividades culturales y artista Pere Borr¨¤s Estruch (1887-1953), sobre el que buce¨® en el archivo personal que Borr¨¤s hab¨ªa mantenido en su casa modernista. Su pasi¨®n por la cultura le llev¨® a comprometerse con muy distintas entidades. Presidi¨® la fundaci¨®n del Teatre Lliure durante 25 a?os (1988-2013), fue patrono de la fundaci¨®n privada Centre Internacional de M¨²sica Antiga-Cima impulsada por Jordi Savall y Montserrat Figueras o perteneci¨® a la junta del Orfe¨® Catal¨¤. En pleno esc¨¢ndalo del caso Millet y tras admitir, en un art¨ªculo en El Peri¨®dico, que ¡°aparecer tradicionalmente como un mito intocable, casi sagrado, rayando a veces el t¨®pico m¨¢s gastado y m¨¢s nost¨¢lgico, y vernos arrastrados despu¨¦s por las p¨¢ginas de sucesos de un modo tan poco honorable ¨Cincluidas la memoria y la saga de uno de los fundadores¨C, no resulta nada f¨¢cil de administrar¡±, Dalmau defend¨ªa en el mismo texto la necesidad de una regeneraci¨®n cultural.
Antoni Dalmau estudi¨® Derecho y ejerci¨® la abogac¨ªa hasta 1982. Durante la ¨²ltima etapa del franquismo se comprometi¨® con la ense?anza del catal¨¢n (en 2016, firm¨® el pol¨¦mico manifiesto sobre la lengua del grupo Koin¨¦). En 1975 ya militaba en Converg¨¨ncia Socialista de Catalunya y, entre 1978 y 1992, perteneci¨® a la Comisi¨®n Ejecutiva Nacional del PSC, partido en nombre del cual ocup¨® distintos cargos: concejal en los ayuntamientos de Igualada y Barcelona, donde colabor¨® con Pasqual Maragall, o diputado de la Diputaci¨®n de Barcelona, entidad que presidi¨® entre 1982 y 1987. Tambi¨¦n fue vicepresidente del Parlament. En 2013 rompi¨® con el PSC, discrepando de lo que consideraba tibieza catalanista del partido y de su posici¨®n con respecto al proceso independentista. No retorn¨® a la pol¨ªtica activa, pero en 2019 cerr¨® la lista de Esquerra Republicana en las elecciones municipales de Igualada.
Profesor de Ciencias de la Comunicaci¨®n en la universidad Ramon Llull, sus intervenciones en los debates pol¨ªticos pertenecen a una malograda escuela de la que deber¨ªan aprender quienes piensan que la raz¨®n se sostiene con discursos ripiosos y enfurecidos. Partidario de la conciliaci¨®n y de una persistente cordialidad, Antoni Dalmau deja muchos amigos de muy distintos credos y convicciones.
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