Sumergidos en la sinfon¨ªa de las pinceladas de Rothko
El Teatre Akad¨¨mia se convierte en el taller del pintor let¨®n en ¡®Red¡¯, bajo la direcci¨®n de Guido Torlonia
El Teatre Akad¨¨mia de Barcelona se ha convertido en el estudio del pintor Mark Rothko. Llu¨ªs Soler da vida al pintor let¨®n establecido en Estados Unidos y Ferran Vilajosana a Ken, el joven disc¨ªpulo, en la obra Red, del guionista John Logan (Gladiator, de Ridley Scott, El aviador, de Martin Scorsese...) dirigida por un encantado Guido Torlonia, director art¨ªstico de la sala. ¡°Un texto fant¨¢stico¡±, comenta Torlonia. ¡°Me resulta f¨¢cil imaginar a Rothko como un director de orquesta que dirige una sinfon¨ªa cuando pinta¡±. Y esa sinfon¨ªa teatral, acompa?ada por Mozart y Schubert, plantea la raz¨®n de ser del arte. Casi nada. El ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico han llevado a prorrogar funciones en la sala de la calle Buenos Aires hasta el 23 de enero. ¡°Est¨¢n surgiendo oportunidades para hacer algunos bolos por Catalu?a¡±, adelanta el director.
Red es, adem¨¢s, un homenaje a la artista y dise?adora de joyas Elsa Peretti, mecenas del Teatre Akad¨¨mia, fallecida el 21 de marzo del a?os pasado y aut¨¦ntica inspiradora de la representaci¨®n de este texto: ¡°Una obra intelectualmente estimulante y al mismo tiempo, tremendamente entretenida¡±, revela Torlonia que dijo Peretti cuando ella vio la versi¨®n de Michael Grandage con Alfred Molina y Eddie Redmayne, en Nueva York, en 2010. ¡°Ella era tambi¨¦n artista y consideraba esta obra la mejor manera de representar a un pintor y su creatividad¡±, a?ade Torlonia, que explica que las cosas no fueron f¨¢ciles, porque los derechos (¡°car¨ªsimos¡±) no siempre estuvieron libres. Por fin se consiguieron, solo en catal¨¢n, muy poco antes de comenzar la temporada 2020-21. ¡°Escrib¨ª un correo a Logan y me contest¨® que se sent¨ªa orgulloso de la conexi¨®n con su amiga Peretti¡±, recuerda el director.
Levantar este montaje no es sencillo. ¡°Se pasan mucho rato pintando¡±, dice Torlonia. ¡°Y es dif¨ªcil pintar cada d¨ªa sobre el escenario, as¨ª que aprovechamos al m¨¢ximo la renovaci¨®n de nuestro teatro hecha durante la pandemia, que, adem¨¢s de crear nuevas gradas de butacas, se centr¨® en renovar la parte t¨¦cnica, ya sea para, en caso de nuevos confinamientos, poder trabajar en streaming, y para dotar el espacio de una moderna instalaci¨®n el¨¦ctrica, de sonido, de v¨ªdeo... La inversi¨®n de la Fundaci¨®n Peretti fue importante y generosa¡±. Ahora se recogen los frutos: ¡°Conseguimos que el p¨²blico se sumerja en el taller de Rothko, parece que los dos personajes pinten sobre los espectadores, que tienen una visi¨®n id¨¦ntica a la de los creadores, gracias a las proyecciones, a las luces, a la m¨²sica...¡±
La obra se centra en finales de los a?os 50 del siglo pasado, cuando Rothko, pintor meditativo, casi m¨ªstico, recibe el encargo de pintar unos murales en el edificio del restaurante Four Seasons de Nueva York, en el rascacielos Seagram. El dilema entre el defensor del arte puro e inmortal que ten¨ªa que sobrevivir al artista en los grandes museos, y la oferta, claramente comercial (¡°le ofrecieron 34.000 d¨®lares de la ¨¦poca!¡±), est¨¢ servido. ¡°Pero Rothko ve¨ªa ese reto como una manera de trabajar con los grandes arquitectos del momento, como Mies van der Rohe o el interiorista Philip Johnson, que estaban transformando la manera de construir, con espacios abiertos, acristalados, dando vida a los edificios. Algo as¨ª como lo que hizo Miguel ?ngel con la Capilla Sixtina y como conceb¨ªa Rothko el arte¡±.
Doble duelo
Los tormentos de Rothko se equilibran, de alguna manera, con los nuevos aires que representa su disc¨ªpulo. ¡°Estamos en la ¨¦poca en que irrumpe el pop art, aparecen Andy Warhol, Roy Lichtenstein...¡±, subraya Torlonia. ¡°Y mientras para Rothko un frasco de sopa no deja de ser algo c¨®mico, algo sobre lo que no puedes meditar horas al contemplarlo, para Ken representa una nueva forma de expresi¨®n¡±.
Este duelo entre los personajes se traslada tambi¨¦n a los actores. ¡°Llu¨ªs Soler [¡®He logrado mucha informaci¨®n sobre el personaje desde su dif¨ªcil ni?ez en Rusia y, por lo tanto, puedo acercarme de un modo muy real¡¯, declara el actor] trabaja de una manera cl¨¢sica, en cambio Ferran [Vilajosana] es m¨¢s intuitivo¡±, explica el director. ¡°Igual que Rothko y Ken, Llu¨ªs y Ferran tienen dos maneras de trabajar diferentes y eso es lo que enriquece la obra, un poco de sal y otro poco de az¨²car y el equilibrio es perfecto¡±.
No hay mensaje en Red. No conviene explicar el desenlace (¡°quien sienta curiosidad y no pueda acudir al Akad¨¨mia, puede consultar tranquilamente los hechos¡±, sugiere Torlonia), pero el director se queda con una frase de Rothko en la que expresaba su gran temor: Que un d¨ªa el negro se coma al rojo. ¡°Habla de la muerte, del arte... tiene much¨ªsimos significados¡±, dice.
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