Monta?as de basura cercan a los 32.000 vecinos de Salt
Tras 20 d¨ªas de huelga de operarios de los residuos, la situaci¨®n en el municipio de Girona es cada vez m¨¢s insostenible
Los 32.000 vecinos de Salt, en Girona, est¨¢n cansados e indignados de que monta?as de basuras les cierren el paso por las aceras, que tengan que andar a diario ¡°entre porquer¨ªa¡± y aguantar un olor ¡°asqueroso¡±. Desde el d¨ªa de Navidad, la treintena de empleados de la empresa concesionaria del servicio de recogida de basuras ¡ªFomento de Construcciones y Contratas (FCC) Medio Ambiente¡ª est¨¢ de huelga y la suciedad, de todo tipo, se amontona en calles y plazas. La plantilla reclama renovar un convenio caducado con mejoras laborales y salariales, la contrataci¨®n del personal eventual y la renovaci¨®n del plan de riesgos laborales. Las tres mediaciones ¡ª¡°Solo tres en 20 d¨ªas¡±, lamentan desde CC OO¡ª han fracasado. El Consistorio pide que las dos partes acerquen posiciones, pero por ahora est¨¢n en polos opuestos.
El Ayuntamiento, con el republicano Jordi Vi?as al frente, cree que no se est¨¢n cumpliendo los servicios m¨ªnimos ¡ªlos huelguistas lo niegan¡ª y el pasado d¨ªa 29 abri¨® un expediente sancionador a la empresa por causar graves problemas de salud p¨²blica y salubridad. Como en 15 d¨ªas no se limpi¨® ning¨²n contenedor y se acopiaban toneladas de residuos, el Consistorio anunci¨® multas de 100.000 euros y amenazaron, con el permiso de Trabajo, con contratar a una empresa externa. FCC empez¨® a trasladar a Salt por las tardes a camiones y empleados de otras ciudades como Manresa o Matar¨®. CC OO consider¨® que se vulner¨® su derecho de huelga y denunci¨® el caso a la Inspecci¨®n. El mismo d¨ªa dos inspectores fueron a Salt a identificar a los operarios que hac¨ªan la recogida.
Desde el s¨¢bado, dos camiones y una furgoneta con una docena de trabajadores limpian las monta?as de suciedad alrededor de los contenedores. Junto a los restos org¨¢nicos se acumulan colchones, inodoros o neveras. Un gran operativo policial formado por media docena de patrullas de mossos y de la Polic¨ªa Local les escoltan para que puedan cumplir su tarea sin ser increpados y ser tachados de esquiroles.
Inicialmente, parte de la poblaci¨®n entendi¨® las reivindicaciones de la plantilla, pero su visi¨®n ha cambiado con el aumento de la suciedad, el hedor y con que haya trascendido justo ahora que los basureros cobran supuestamente entre 1.600 y 2.300 euros. La gente, enfadada, considera la situaci¨®n una ¡°verg¨¹enza¡± y ve que tienen ¡°buenos sueldos¡±. ¡°Con la que est¨¢ cayendo deber¨ªan agradecer tener trabajo¡±, afirma un vecino. Uno de los barrenderos, en servicios m¨ªnimos, lo niega: ¡°Dicen cosas que no son, dan sueldos en bruto¡±. Y aclara que cobra 1.260 euros y que los pocos que pasan de 2.000 son los conductores de cami¨®n y con 30 a?os de antig¨¹edad. Salt es una de las poblaciones con un nivel de renta m¨¢s bajo de Catalu?a y con mayor porcentaje de inmigraci¨®n y desempleo. CC OO ha abierto una caja de resistencia para ayudar econ¨®micamente a los basureros.
Younes trabaja en un colmado de la Pla?a Llibertat: ¡°Cada vez hay m¨¢s basura delante de la puerta y la gente ya no pasa por aqu¨ª, por los residuos y el mal olor. El lunes llovi¨® e hizo viento y toda la plaza se llen¨® de porquer¨ªa¡±. Ese d¨ªa, Elder sal¨ªa de la guarder¨ªa de buscar a su hija con el carricoche y describe as¨ª la situaci¨®n: ¡°Bolsas, botellas, cajas, botes. Hac¨ªa mucho viento y todo lo que volaba nos pegaba por enfrente, por detr¨¢s¡¡±.
Hedor insoportable
A Imad, encargado de Saltech, empresa de telefon¨ªa, cercana al Consistorio, le afecta mucho la situaci¨®n. La isla de contenedores que tiene a metros de su tienda ha ardido dos veces. Una farola result¨® da?ada y dej¨® sin iluminaci¨®n p¨²blica tres calles. As¨ª estuvieron tres d¨ªas. ¡°A partir de las seis de la tarde, ya no entra nadie: da miedo pasar por esta calle¡±, cuenta. La encargada de una tienda de ropa, Vanesa, apunta: ¡°No hay mantenimiento de aceras y toda la suciedad queda esparcida y da muy mala imagen¡±. Y empiezan los olores y otras cosas, lamenta, ¡°como la presencia de ratas¡±.
Maria ?ngels lleva a pasear a Joaquim, un anciano del geri¨¢trico: ¡°No podemos pasar con la silla de ruedas por algunas calles. Es vergonzoso, incluso salen ratas y hace una peste insufrible¡±. Dolores, que necesita un andador y vive enfrente de unos contenedores y de un mar de hojas ca¨ªdas de los ¨¢rboles, mezcladas con latas, mascarillas, botellas y hasta cabezas de gamba, remacha: ¡°No se deber¨ªa permitir la mierda que hay aqu¨ª. Cuesta avanzar con el andador a riesgo de caerte¡±. Para no empeorar la situaci¨®n, parte de la poblaci¨®n ha optado por no reciclar y guardar el cristal, el pl¨¢stico y los cartones en casa. Tambi¨¦n lo hacen comerciantes. El bazar Chino del paseo, por ejemplo, acumula kilos de embalajes. Adem¨¢s, otros empresarios, con negocios pr¨®ximos a Girona, optan por cargar los restos org¨¢nicos en sus veh¨ªculos y depositarlos en la ciudad vecina.
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