Aragon¨¨s, un presidente angustiado
La percepci¨®n entre los independentistas es que el Gobierno ha adoptado un enfoque administrativo tras enfriar el conflicto con los indultos

El punto muerto en que se halla la Mesa de di¨¢logo entre los gobiernos de la Generalitat y de Espa?a se ha convertido en la preocupaci¨®n dominante del presidente Pere Aragon¨¨s en el momento en que se cumple el primer a?o de las elecciones al Parlament. La solemnidad con que quiso subrayarlo en su conferencia del lunes pasado en Montju?c no alcanza, sin embargo, la potencia del aviso lanzado 11 d¨ªas antes en el Congreso, cuando los 13 diputados de su partido, Esquerra Republicana, dejaron en minor¨ªa al gobierno de Pedro S¨¢nchez en una de las votaciones m¨¢s importantes de la legislatura, la de la reforma laboral. Una inesperada carambola salv¨® el proyecto trabajosamente negociado por la vicepresidenta Yolanda D¨ªaz y abort¨® la crisis, de la que los republicanos habr¨ªan sido causantes directos. Pero Gabriel Rufi¨¢n, el portavoz de los republicanos reiter¨® la amenaza el mi¨¦rcoles en las Cortes al propio S¨¢nchez: ERC est¨¢ dispuesta a dejar caer al Gobierno si se cierra la expectativa de negociaci¨®n sobre el fondo del conflicto pol¨ªtico catal¨¢n.
La percepci¨®n entre los independentistas es que, despu¨¦s de enfriar el conflicto catal¨¢n mediante el indulto de los l¨ªderes presos, hace ya ocho meses, el Gobierno de S¨¢nchez ha adoptado para este asunto un enfoque administrativo. Traspasos, inversiones, infraestructuras, etc¨¦tera. Ya estamos negociando cosas, dicen sus portavoces. Es f¨¢cil comprender el motivo. La permanente gresca preelectoral insensatamente orquestada por el PP para lo que resta de legislatura es el escenario menos propicio para afrontar seriamente la cuesti¨®n catalana.
Esta expectativa provoca angustia entre los republicanos. Si no logran avances significativos en la negociaci¨®n pol¨ªtica con S¨¢nchez, Aragon¨¨s carece de argumentos para aguantar la presi¨®n de Junts y el apoyo de los diputados de la CUP, que fue indispensable para lograr su investidura. La permanencia de la CUP en la mayor¨ªa parlamentaria ha durado menos de un a?o.
Sin bazas para defender ante el universo social independentista el apoyo de ERC al Gobierno de S¨¢nchez, saltan al primer plano todos los intereses contrapuestos entre ERC y Junts, los desacuerdos y disputas dom¨¦sticas que paralizan la actuaci¨®n del Gobierno de la Generalitat. El balance de su primer a?o de gesti¨®n ser¨ªa simplemente nulo si no fuera porque incluye la gesti¨®n de la pandemia del coronavirus, la excepcional crisis que con su tremendo balance de muerte ha volatilizado la idea misma de normalidad social y pol¨ªtica y tiende a relativizar cualquier otro asunto. Por poner un ejemplo: Catalu?a ha perdido un activo industrial tan importante como una factor¨ªa automovil¨ªstica y pocos conocen siquiera el nombre del consejero del ramo.
La inconsistencia que proyecta el primer gobierno de la tan cacareada mayor¨ªa independentista del 52% va m¨¢s all¨¢ de lo que corresponda a cada uno de sus integrantes. Es la ausencia de proyecto, es el naufragio pol¨ªtico de los que tras haber llevado a Catalu?a al callej¨®n sin salida en que la metieron en 2012 tienen en sus manos el tim¨®n de una nave, la Generalitat, con la que, literalmente, no saben a d¨®nde ir ni qu¨¦ hacer. Ahora amenazan con hacer caer a S¨¢nchez. Gran idea, para un partido de izquierdas.
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