Victorias que solo pueden ser p¨ªrricas
Un sector del independentismo, incapaz de asimilar el cambio producido, se refugia en el voluntarismo, ignorando que en pol¨ªtica se pueden intentar fugas hacia adelante, pero no volver a p¨¢ginas pasadas
Es solo una an¨¦cdota, pero muy reveladora. Muestra c¨®mo el independentismo est¨¢ cada vez m¨¢s atrapado en un bucle melanc¨®lico del que ERC intenta salir sin acabar de conseguirlo porque Junts se aferra a su cuello como un n¨¢ufrago que se hunde. La ¨²ltima pol¨¦mica no puede ser m¨¢s expl¨ªcita: el diputado de ERC Gabriel Rufi¨¢n tratando de desmarcar a su partido de los contactos del entorno de Carles Puigdemont con dirigentes rusos se?al¨¢ndoles como se?oritos que se re¨²nen con s¨¢trapas crey¨¦ndose James Bond; y el portavoz de Junts respondi¨¦ndole que esas cr¨ªticas solo son una cortina de humo para tapar la huelga de profesores que acorrala al consejero republicano de Educaci¨®n.
No solo son dos partidos con dos lecturas diferentes de la realidad. Son dirigentes carcomidos por un resquemor que no pueden superar. Es muy dudoso que quienes han protagonizado el mayor envite, seguido del mayor fracaso de la historia reciente de Catalu?a, puedan dirigir con ¨¦xito la nueva era pol¨ªtica. Si el independentismo era lo ¨²nico que les un¨ªa, ahora cada vez est¨¢ m¨¢s claro que lo ¨²nico que les queda es el deseo de conservar el poder. No es de extra?ar que el apoyo al independentismo se haya desplomado, como muestra el ¨²ltimo sondeo del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO). La gesti¨®n de la derrota tiene mucho que ver en esta evoluci¨®n. ERC tiene encarrilada su salida del pozo con la apuesta por el di¨¢logo entre los gobiernos de Catalu?a y Espa?a, que cumple una funci¨®n de salvavidas, incluso si no da resultados inmediatos. Oriol Junqueras est¨¢ inhabilitado judicialmente, pero esa situaci¨®n no durar¨¢ siempre, y la tarea de gobierno le ofrece una muleta en la que apoyarse. Junts, en cambio, ha quedado atrapado en una estrategia de confrontaci¨®n que, dado el clima general, solo puede ser simb¨®lica. No sabe qu¨¦ hacer con Carles Puigdemont y el resto de dirigentes perseguidos por la justicia. Incluso en el caso de que los tribunales europeos le den alg¨²n d¨ªa la raz¨®n en los pleitos planteados, que bien puede ser, porque los procesos contra los independentistas han tenido evidentes dosis de chapuza, la victoria jur¨ªdica no implica necesariamente una victoria pol¨ªtica.
El tiempo juega en contra. Uno de los errores de esta estrategia es no haber tenido en cuenta los diferentes ritmos de la pol¨ªtica y la justicia. Junts se aferra a la esperanza de unas victorias jur¨ªdicas que, en cuanto a sus efectos, solo pueden ser p¨ªrricas. Algunos dirigentes de Junts especulan con la posibilidad de propiciar un ¨²ltimo golpe de efecto: el regreso sorpresivo de Puigdemont para intentar una revuelta que revitalice el movimiento. El autoenga?o contin¨²a en un segmento del independentismo que, incapaz de asimilar el cambio producido, se refugia en el voluntarismo ignorando que en pol¨ªtica se pueden intentar fugas hacia adelante, pero dif¨ªcilmente se puede volver a p¨¢ginas pasadas.
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