El grosor de la inmersi¨®n
La gracia de la inmersi¨®n no era la ciencia que hab¨ªa detr¨¢s, que la hab¨ªa, sino la fuerza con la que sublimaba consensos en forma de sentido com¨²n
La inmersi¨®n es una idea que muere y deja un cr¨¢ter en que el catal¨¢n retroceder¨¢. Todos los problemas del catal¨¢n han sido ampliamente explicados, y repetir las cifras es agotador. No pasa nada por hacerlo con algunas sacadas de la encuesta de usos ling¨¹¨ªsticos, que certifica que en Barcelona el catal¨¢n es la lengua de uso habitual en menos de un 19% de los j¨®venes, o que, en todo el pa¨ªs, medio mill¨®n menos de catalanes lo hablan habitualmente hoy que hace quince a?os. Pero los datos objetivos no podr¨¢n nada ante un problema pol¨ªtico. La gracia de la inmersi¨®n no era la ciencia que hab¨ªa detr¨¢s, que la hab¨ªa, sino la fuerza con la que sublimaba consensos en forma de sentido com¨²n.
En cambio, 75% - 25% es una cifra apol¨ªtica sobre la que nada se puede construir. De todas las inacciones de los distintos gobiernos de la Generalitat que han acabado aqu¨ª, quiz¨¢s de lo que menos se ha hablado es del comunicativo; de la deserci¨®n en la imaginaci¨®n pol¨ªtica. La inmersi¨®n no es un concepto que pueda sustituirse por una ¡°modificaci¨®n de la ley de pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica¡±. La inmersi¨®n, como la seguridad social o el matrimonio, son lo que se conoce como ¡°conceptos gruesos¡±, palabras que tienen al mismo tiempo un contenido descriptivo y una carga valorativa. La inmersi¨®n normalizaba la condici¨®n anormal del catal¨¢n y la necesidad de remediarla con una imagen que incluso un ni?o pod¨ªa entender.
Es ese grosor lo que Ciudadanos finalmente han derrotado con una victoria zombi. Se trata de la misma falacia del derecho individual a elegir con que el neoliberalismo ha exterminado tantos derechos de las clases medias. Igual que los c¨ªnicos hablan de los impuestos como un ataque a la libertad para disfrazar de conflicto de valores lo que en realidad es la defensa de un privilegio, el anticatalanismo logr¨® equiparar al poderoso al indefenso. La idea de que el derecho de un rico a no pagar impuestos (que tiene todo el inter¨¦s en evitarlo) tiene el mismo valor moral que el derecho de un pobre (que los necesita), es tan aberrante como que un castellanohablante y un catalanohablante deben tener la misma libertad ling¨¹¨ªstica dentro del territorio catal¨¢n que fuera de ¨¦l.
El vac¨ªo que deja la inmersi¨®n necesita un concepto alternativo. En una entrevista, Francesc Xavier Vila, actual Secretario de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica, solt¨® el ¨²nico que he escuchado hasta ahora. La idea de ¡°lengua reina¡± del fil¨®sofo Philippe van Parijs, dice que ¡°cada lengua debe ser la lengua reina en su territorio. La lengua reina es la que la poblaci¨®n local utiliza en relaciones an¨®nimas y p¨²blicas, que no impide que haya otras lenguas, pero que ya no son la reina, sino princesas o duquesas¡±. Al igual que ¡°inmersi¨®n¡±, es un concepto grueso, sugerente, f¨¢cil de entender y que estiliza el sentido com¨²n. Tambi¨¦n como la inmersi¨®n, liga los derechos ling¨¹¨ªsticos al territorio y no a los individuos. Yo no s¨¦ si ser¨¢ con esta idea o con otra, pero el vac¨ªo que deja la inmersi¨®n no podr¨¢ llenarse hasta que aparezca un concepto alternativo con la misma fuerza. Como es necesario repetir una y otra vez a los privilegiados ling¨¹¨ªsticos, el lenguaje sirve para muchas m¨¢s cosas que comunicarse.
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