Sin par¨¢metros num¨¦ricos
El inconveniente de prohibir los par¨¢metros num¨¦ricos en la ense?anza no universitaria es que resulta contradictorio con lo que la Generalitat est¨¢ haciendo en la universitaria.
El d¨ªa 30 de mayo el Gobierno de la Generalitat aprob¨® el Decreto Ley 6/2022, por el cual se fijan los criterios aplicables a la elaboraci¨®n, aprobaci¨®n, validaci¨®n y revisi¨®n de los ¡°proyectos ling¨¹¨ªsticos¡± de los centros educativos. Entre dichos criterios sobresale, sin duda, ¡°la inaplicaci¨®n de par¨¢metros num¨¦ricos, proporciones o porcentajes en la ense?anza y el uso de las lenguas¡±.
La introducci¨®n de este criterio es la respuesta en forma de pataleta a la exigencia del TSJC de que al menos el 25% de las horas lectivas se impartan en castellano. M¨¢s all¨¢ de si era conveniente soliviantar a los magistrados de la secci¨®n quinta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJC, y m¨¢s all¨¢ de la incongruencia que supone introducir en el decreto ley una cuesti¨®n que no aparece en la ley sobre el uso y aprendizaje de las lenguas (aprobada finalmente el pasado martes), la idea de prohibir los par¨¢metros num¨¦ricos presenta algunos inconvenientes de peso.
En primer lugar, sorprende que un decreto ley tan largamente meditado, que versa sobre lenguas, sea tan poco cuidadoso desde el punto de vista ling¨¹¨ªstico. Quienquiera que fuese que lo redact¨® confundi¨® la ¡°no aplicaci¨®n¡± (que es la expresi¨®n que deber¨ªa haber usado) con la ¡°inaplicaci¨®n¡±. En buen castellano (y lo mismo sirve para el catal¨¢n) ¡°inaplicaci¨®n¡± significa ¡°falta de aplicaci¨®n¡±, es decir, falta de esmero, diligencia y cuidado en ejecutar algo. Es dif¨ªcil creer que la elecci¨®n del t¨¦rmino sea deliberada, una suerte de gui?o al poco esmero, diligencia y cuidado con que el decreto ley reconoce el car¨¢cter vehicular del castellano.
En segundo lugar, la prohibici¨®n de par¨¢metros num¨¦ricos supone un aut¨¦ntico problema pr¨¢ctico a la hora de validar los proyectos ling¨¹¨ªsticos existentes, porque muchos proyectos utilizan par¨¢metros de ese tipo. Decir, por ejemplo, que una determinada escuela imparte en ingl¨¦s ¡°una materia¡± no ling¨¹¨ªstica es aplicar un par¨¢metro num¨¦rico; explicar que el castellano se usa como medio oral de comunicaci¨®n en Educaci¨®n F¨ªsica, a raz¨®n de ¡°dos horas semanales¡±, tambi¨¦n es un par¨¢metro num¨¦rico; como lo es anunciar que durante ¡°90 minutos semanales¡± se utiliza el ingl¨¦s para desarrollar una parte del curr¨ªculum de medio natural. Etc¨¦tera.
Sin duda, el principal inconveniente de prohibir los par¨¢metros num¨¦ricos en la ense?anza no universitaria es que resulta contradictorio con lo que el mismo Gobierno de la Generalitat est¨¢ haciendo en la ense?anza universitaria. La semana pasada la consejera Gemma Geis present¨® un plan para el ¡°fortalecimiento¡± del catal¨¢n en las universidades, que incluye entre sus objetivos que en 2025 el 80% de las asignaturas de los grados financiados con fondos p¨²blicos sean impartidas en catal¨¢n.
En resumen: en lugar de confiar en la autonom¨ªa de los centros y darles libertad para seguir aplicando los par¨¢metros num¨¦ricos que ya est¨¢n aplicando y que el mismo Govern aplica en otros ¨¢mbitos, el equipo de Aragon¨¨s ha preferido introducir una dosis adicional de politizaci¨®n de la lengua en el mismo decreto ley que se supone que ten¨ªa que rebajarla.
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