La ola de calor no puede con las ganas de fiesta en el S¨®nar
LSDXOXO, con abrigo de piel, y Kamo Mphela, con descansos peludos, se rieron de las altas temperaturas
El momento m¨¢s impresionante de S¨®nar D¨ªa hoy en plena ola de calor probablemente haya sido cuando el artista LSDXOXO (es dif¨ªcil saber si en la escena rave de Brooklyn de la que ha surgido son conscientes de la inquietante polisemia del nombre) se ha puesto ?un abrigo largo de piel!, con la que estaba cayendo. Ha sido en el Sonar Hall a las cinco de la tarde y se ha o¨ªdo suspirar a un espectador al que le ca¨ªa el sudor en grandes gotas al comp¨¢s desfibrilatorio del feroz set del estadounidense, que reivindica la pista de baile como un espacio negro, queer y revolucionario, pero no fresquito.
LSDXOXO, que ha adoptado unas poses como de Freddie Mercury electrificado, ha dejado en el escenario a un dj que pinchaba tras una m¨¢scara a medio camino entre las de Decathlon y la del rey leproso. Tampoco parec¨ªa lo m¨¢s indicado, vista la temperatura.
En clave tambi¨¦n de qu¨¦ me importa a m¨ª el calor, la vigorosa cantante y bailarina salida de Soweto Kamo Mphela, representante del amapiano, el house sudafricano, ha actuado a pleno sol en el escenario del Village ?calzando descansos peludos dignos de las pistas de Baqueira! Es verdad que el resto de la indumentaria era m¨¢s sucinta. El suyo ha sido de esos shows que ponen al p¨²blico en estado de ebullici¨®n, literalmente, y m¨¢s combinado con los m¨¢s de 40 ? que percut¨ªan en la parte soleada del c¨¦sped artificial. Cuando ella y sus cinco bailarines se han puesto a ejecutar danzas estilo zul¨² -no se ha visto nada tan animado desde las exhibiciones de Johnny Clegg y Savuka- se ha entendido c¨®mo Chaka consigui¨® extender su reino por todo el ?frica austral, con el calor que hace all¨ª, y de paso por qu¨¦ los brit¨¢nicos palmaron en Isandlwana. Al menos eso era lo que pasaba por algunas cabezas torrefactas. Para a?adir efecto calor¨ªfico, las pantallas han mostrado durante un rato llamas.
A primera hora de la tarde te quedabas un rato leyendo bajo el sol la torre de informaci¨®n que detalla los conciertos por espacios y al poco se desdibujaban las letras y te tambaleabas. La que no ha llevado ni abrigo ni descansos de piel y de hecho no ha llevado pr¨¢cticamente nada durante un rato que ha estado en la sala de prensa tras su actuaci¨®n ha sido la cantante y performer Samantha Hudson.
El calor se ha combatido en el S¨®nar quit¨¢ndose como ella ropa y con ganas de fiesta, helados (hay un puesto) y l¨ªquidos. Estos ¨²ltimos por v¨ªa interna y externa, como suced¨ªa recurrentemente al volcar su cerveza sobre el vecino los espectadores bailongos m¨¢s conspicuos. Tambi¨¦n los m¨¢s listos se han colocado en la cortina de aire refrigerado que brotaba a la entrada del pabell¨®n donde est¨¢ el Sonar Hall.
El parte de bajas en las horas m¨¢s calurosas ha sido corto: en el puesto de primeros auxilios no hab¨ªan registrado lipotimias ni golpes de calor; la mayor parte de las incidencias era por gente que ped¨ªa tiritas por roces y ampollas causados por el calzado. Sorprendente en este S¨®nar est¨¢ siendo la indumentaria de los asistentes que se caracteriza por ser inclasificable en grado sumo. Viste el personal como le da la sant¨ªsima gana y eso incluye que se saltan todas las tradicionales normas de g¨¦nero. Son numerosos los varones -o al menos personas que llevan barba- que visten ropa que convencionalmente se adscribe a las mujeres, como faldas (no siendo del clan de los MacLeod) o sujetadores. De hecho, puedes estar junto a una persona que tiene todo el aspecto f¨ªsico de ser un medio mel¨¦ de los All Blacks y que lleva pendientes, los ojos pintados, bolso, falda y cors¨¦. Visto el fen¨®meno, ha resultado intrigante que algunos lavabos del festival que el primer d¨ªa eran mixtos hayan pasado hoy a ser separados por sexos.
El aspecto tecnol¨®gico del S¨®nar parece algo marchito este a?o del feliz reencuentro con el festival, o al menos est¨¢ m¨¢s distante de los conciertos y el baile. No obstante, hay algunas experiencias sorprendentes, no la menor el dispositivo que te hace una foto y te crea una entrada en Wikipedia inventada a partir de la profesi¨®n que introduzcas. Uno puede ser as¨ª el mejor creador de tiramis¨² de Barcelona o un maestro de esgrima al que el programa le adjudica una vida famosa y plena de acontecimientos.
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