El precio de defender a Laura Borr¨¤s
Tanto ERC como la CUP tendr¨¢n que posicionarse sobre la situaci¨®n judicial de la presidenta del Parlament y validar o no su estrategia defensiva
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha dado los pasos casi definitivos para abrir juicio oral contra la actual presidenta del Parlamento, Laura Borr¨¤s, en la causa por su gesti¨®n al frente del Institut de les Lletres Catalanes (ILC). Cerradas las diligencias, se le atribuye un delito continuado de prevaricaci¨®n administrativa, fraude, falsedad en documento mercantil y malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, por el fraccionamiento y adjudicaci¨®n de contratos a favor de un amigo y compa?ero profesional suyo ya desde la etapa de docente universitaria. Tambi¨¦n estar¨ªa encausado un funcionario del ILC.
Seguramente, salvando siempre la presunci¨®n de inocencia, deber¨¢ verse el recorrido judicial de toda esta vicisitud. Sin embargo, tiene una vertiente pol¨ªtica que ya ha empezado a producir sus efectos.
La tambi¨¦n presidenta de Junts ha planteado su l¨ªnea de defensa en el marco de las actuaciones judiciales en contra del movimiento independentista. M¨¢s all¨¢ de responsabilizar a las fuerzas de seguridad del Estado (cuando la causa nace de una investigaci¨®n de los Mossos), Borr¨¤s niega haber cometido ning¨²n tipo de acto il¨ªcito y construye un relato en el que dice que es investigada por motivos claramente vinculados a su liderazgo en el campo de los partidos que han dado vida al proc¨¦s. Dicho de otra forma: la carism¨¢tica dirigente quiere visibilizar su caso como uno m¨¢s del lawfare que enfrentar¨ªa unos poderes judiciales conservadores a toda disidencia.
La cuesti¨®n es pol¨ªtica tambi¨¦n en la medida en que el reglamento del Parlamento prev¨¦ que un diputado tiene que dejar el esca?o en el momento en que se le abra un juicio oral por corrupci¨®n. Se puede debatir en torno a si la normativa es suficientemente garantista, como han subrayado los mismos letrados del Parlament. Pero no deja de ser pol¨ªticamente relevante que la propia Borr¨¤s haya intentado cambiar la normativa en el momento en que la causa contra ella ha tenido opci¨®n de prosperar judicialmente. Es decir, llegadas a este punto, es pol¨ªticamente inviable plantear un debate probablemente necesario en torno a si los diputados y las diputadas gozan de las garant¨ªas suficientes, puesto que en este momento el contexto lo distorsionar¨ªa sin remedio.
Tanto ERC como la CUP tendr¨¢n que posicionarse sobre la cuesti¨®n, m¨¢s temprano que tarde. El precio de validar la estrategia defensiva de Borr¨¤s, incluyendo un caso de presunta corrupci¨®n en lo que los partidos del proc¨¦s llaman ¡°causa general contra el independentismo¡±, as¨ª como avalar su pretensi¨®n de mantener el esca?o, es extremadamente alto. Si Borr¨¤s no dimite y finalmente es condenada, el discurso de la independencia como forma de regeneraci¨®n de la vida pol¨ªtica ¡ªsi es que todav¨ªa puede tener operatividad en algunos sectores de la sociedad¡ª sufrir¨ªa un descalabro del que ser¨ªa pr¨¢cticamente imposible recuperarse.
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