Laura Borr¨¤s y la ret¨®rica del trumpismo
El sector independentista fiel a la presidenta del Parlament de Catalu?a presenta un asunto de supuesta corrupci¨®n como un ejemplo de persecuci¨®n pol¨ªtica
La presidenta del Parlament, Laura Borr¨¤s, se ha convertido en una piedra en el zapato del independentismo. Lo es para Esquerra Republicana (ERC) y la CUP ¨Cpor su negativa a dimitir por presunta corrupci¨®n en contra del reglamento aprobado por la C¨¢mara catalana¨C y tambi¨¦n es un contratiempo para su propio partido ¨CJunts per Catalunya¨C que intenta fraguar una imagen distanciada de actitudes trumpistas tan gratas a un sector de la formaci¨®n, entre ellas el expresident Quim Torra y la mism¨ªsima Borr¨¤s. Ambos, a la sombra de un gran almez del jard¨ªn del expresident, alumbraron la idea de organizar el primer acto p¨²blico ¨Cel pasado 9 de julio en el Ateneu Barcelon¨¨s¨C en apoyo de la presidenta del Parlament. De esta manera, pretend¨ªan que un caso en el que fiscal acusa a Borr¨¤s de prevaricaci¨®n y falsedad documental pasara a ser un ejemplo m¨¢s de c¨®mo act¨²a la ¡°represi¨®n espa?ola¡±.
El acto p¨²blico fue un term¨®metro de los apoyos con que cuenta la presidenta del Parlament. Nadie de ERC o de la CUP, pero tampoco ning¨²n consejero del Govern de Junts acudi¨® al patio de butacas. Borr¨¤s explic¨® que la organizaci¨®n se hab¨ªa improvisado en apenas una semana y que no hab¨ªa querido entorpecer agendas. Lo cierto es que el vicepresidente Jordi Puigner¨® envi¨® un tuit de apoyo con un lac¨®nico ¡°todo el apoyo para Laura Borr¨¤s¡± desde el refugio pirenaico Ventosa i Calvell, el hombre de la derecha catalana que consigui¨® un cr¨¦dito de 60 millones de d¨®lares de la Banca Morgan para apuntalar la causa franquista durante la Guerra Civil. Tres exjefes del Govern apoyaban la causa de la presidenta del Parlament, pero solo uno en directo, Quim Torra. Tambi¨¦n Carles Puigdemont envi¨® un mensaje grabado desde B¨¦lgica y Artur Mas se limit¨® a dar su firma entre la de 8.000 independentistas m¨¢s. El auditorio estaba compuesto mayoritariamente por incondicionales de una forma de hacer pol¨ªtica basada en los gestos y la mejor ret¨®rica unilateralista del proc¨¦s. Gestos como los de Quim Torra, que fue inhabilitado por negarse a retirar una pancarta en favor de la libertad de los l¨ªderes independentistas presos para hacerlo un par de d¨ªas despu¨¦s. O el selfi de Borr¨¤s, en febrero de este a?o, en uno de los cortes diarios protagonizados por independentistas en la Meridiana de Barcelona ¨Cuna de las grandes v¨ªas de acceso a la ciudad¨C, desafiando el cambio de ubicaci¨®n propuesto por la Generalitat. Posteriormente, la presidenta del Parlament dijo que se opondr¨ªa a la inhabilitaci¨®n del diputado de la CUP Pau Juvill¨¤, pero acab¨® cediendo a la decisi¨®n judicial.
Gestos gestual-ret¨®ricos que nutren a ese sector del secesionismo empe?ado en convertir en causa general contra el independentismo el troceamiento de 330.000 euros ¨Cmientras dirigi¨® la Instituci¨® de la Lletres Catalanes¨C en 18 contratos de 18.000 euros cada uno ¨Cpara no salir a concurso¨C a un amigo suyo. ¡°Hace puro trumpismo¡±, afirman desde ERC, para ¡°intentar que un caso de corrupci¨®n pase a ser represi¨®n pol¨ªtica¡±. Incluso el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, se ha mostrado cr¨ªtico con Borr¨¤s y su no dimisi¨®n. Carme Forcadell, que estuvo en prisi¨®n y precedi¨® a Borr¨¤s en el cargo, asegur¨® hace unos d¨ªas que si fuera de Esquerra ya no estar¨ªa en la presidencia del Parlament. Recientemente, el diputado republicano Gabriel Rufi¨¢n subrayaba en una entrevista radiof¨®nica: ¡°Estamos hablando de un fraccionamiento de una serie de contratos para un amigo, que es narcotraficante; eso no tienen nada que ver con el independentismo¡±.
Las ¨²ltimas revelaciones sobre la ¡°polic¨ªa patri¨®tica¡± en su guerra sucia contra el secesionismo dan contexto a Borr¨¤s para inscribir su caso ¨Cpara el que la fiscal¨ªa pide 6 a?os de prisi¨®n y 21 de inhabilitaci¨®n¨C en la categor¨ªa de persecuci¨®n.
Sin embargo, no todos sus compa?eros de viaje independentistas lo ven as¨ª. Desde la CUP, que fue impulsora de esa modificaci¨®n del reglamento que obliga a dimitir a un cargo electo cuando se le abre juicio oral, comparten en buena medida las tesis esgrimidas por Esquerra. De hecho, la modificaci¨®n del art¨ªculo 25.4 del reglamento se pact¨® entre los anticapitalistas y Junts pel S¨ª ¨Centonces alianza de CDC, Esquerra e independientes¨C como un cortafuegos de los secesionistas ante los casos de corrupci¨®n que consum¨ªan al partido fundado por Pujol. Ahora, Laura Borr¨¤s asegura que ese art¨ªculo vulnera la presunci¨®n de inocencia. Nuevas lecturas para nuevos tiempos. Sin embargo, si Borr¨¤s se viera forzada a dimitir, el intento de Jordi Turull ¨Csecretario general de Junts¨C de articular un partido podr¨ªa verse comprometido. Aunque en el ¨²ltimo congreso de la formaci¨®n Turull fuera el m¨¢s votado, Borr¨¤s sigue teniendo predicamento en un sector del electorado. En Junts, por otra parte, no entusiasma una eventual salida del Gobierno de coalici¨®n. Nadie quiere cargar con el sambenito de haber roto la ficticia unidad del independentismo, que es m¨¢s una suma de intereses. Est¨¢ por ver hasta d¨®nde va a llegar la presi¨®n de ERC y CUP. Junts sabe que fuera del poder hace fr¨ªo. Hay quienes asumen como mal menor que hay que mantener la fr¨¢gil y agrietada mayor¨ªa que apoya al Govern. Esquerra, por su parte, ha aprendido a convertir en virtud la geometr¨ªa variable, aunque con los ojos puestos en que la mesa de di¨¢logo d¨¦ alg¨²n fruto en los pr¨®ximos seis meses.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.