El carnicero que muri¨® por un patinete de 300 euros
La familia del ecuatoriano fallecido en un robo en L¡¯Hospitalet de Llobregat pide acelerar la investigaci¨®n para que los Mossos detengan pronto al agresor
?ngel Gabriel Rodr¨ªguez Molina ten¨ªa 37 a?os. En 2002 abandon¨® su ciudad, El Triunfo (Ecuador), buscando como tantos de sus conocidos un empleo en Espa?a, en este caso en l¡¯Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Trabaj¨® sin contrato como carnicero y fue de aqu¨ª para all¨¢ sin tener nunca, en estas dos d¨¦cadas, demasiado ¨¦xito laboral. Se enamor¨® y con Ovaldina Bertran tuvo tres hijos de 15, 5 y 4 a?os. Nunca formalizaron legalmente su uni¨®n y centraron sus energ¨ªas en sobrevivir. Lo consiguieron gracias a una prestaci¨®n social. El domingo a las 13.15, un individuo apu?al¨® mortalmente a Rodr¨ªguez. El agresor quer¨ªa el patinete el¨¦ctrico con el que se desplazaba el carnicero. Rodr¨ªguez se resisti¨® y recibi¨® una pu?alada en el pecho. Muri¨® a la altura del n¨²mero 25 de la calle Antiga Travessera de L¡¯Hospitalet, a solo unos metros de su casa. El homicida consigui¨® llevarse el patinete mientras Rodr¨ªguez se desangraba en la acera donde la ma?ana del lunes una decena de velas y un ramillete de flores recordaban a la v¨ªctima. Los Mossos d¡¯Esquadra buscan ahora al homicida y mantienen que la principal hip¨®tesis es que el m¨®vil del crimen fuera el robo.
EL PA?S ha hablado con la familia de Rodr¨ªguez Molina sobre las ¨²ltimas horas de vida de la v¨ªctima. A mediod¨ªa del domingo, Ovaldina se fue con Gabriela, la hermana de ?ngel Gabriel, al mercadillo de la Zona Franca de Barcelona. La hija mayor de ?ngel Gabriel y Ovaldina se qued¨® al cargo de los dos peque?os en casa y el padre de familia se acerc¨® con su patinete hasta el Supermercado Popular de la calle Antiga Travessera. Este supermercado, regentado por paquistan¨ªes, era uno de los lugares preferidos de ?ngel Gabriel. ¡°Nunca tra¨ªa alcohol a casa. ?l iba a ese supermercado, compraba una cerveza y se la beb¨ªa sentado fuera de la tienda¡±, recuerda la mujer de la v¨ªctima.
A las 13.30 un amigo de ?ngel Gabriel llam¨® el telefonillo de la casa del carnicero. La hija de 15 a?os recibi¨® la noticia a bocajarro. ¡°Me dijo que a mi padre le hab¨ªa pasado algo muy grave¡±, relataba el lunes la menor despu¨¦s de no haber pegado ojo en toda la noche. Llam¨® por tel¨¦fono a su madre para que regresaran del mercado, pero le gan¨® la impaciencia y se dirigi¨® hacia el Supermercado Popular. Los Mossos d¡¯Esquadra tuvieron que pararla. El cuerpo de su padre yac¨ªa en la acera. No hab¨ªa ni rastro del patinete, pero s¨ª hab¨ªa un m¨®vil en el suelo, muy cerca del cad¨¢ver.
?Qui¨¦n ha matado a Rodr¨ªguez? Esta es la pregunta que intenta resolver la Divisi¨®n de Investigaci¨®n Criminal de los Mossos d¡¯Esquadra. ¡°Mi hermano estaba sentado en ese lugar. Era su sitio. Lo conoc¨ªan, no hac¨ªa da?o a nadie. Por lo que nos han dicho, estaba mirando el m¨®vil mientras beb¨ªa y ten¨ªa el patinete con el casco apoyado al lado. Nunca se dejaba el casco porque una vez lo denunciaron por no llevarlo. Desde una ventana, alguien alert¨® de que le estaban robando. Fue hac¨ªa el ladr¨®n y lo apu?alaron¡±, repite una y otra vez Gabriela. Los vecinos de la calle donde ocurrieron los hechos reproducen exactamente la misma versi¨®n que la hermana del difunto, aunque nadie asegura ser el que dio la voz de alarma de que estaban robando a Rodr¨ªguez. La v¨ªctima persigui¨® al ladr¨®n unos metros y tras recibir la pu?alada regres¨® sobre sus pasos, cayendo al suelo a una decena de metros del Supermercado Popular. Unos vecinos bajaron a ayudarlo, vino la ambulancia y enseguida lleg¨® la hija del fallecido. Luego la esposa y la hermana.
¡°Al principio cre¨ªamos que el m¨®vil que hab¨ªa en el suelo pod¨ªa ser del agresor, pero creemos que no. ?ngel Gabriel siempre cog¨ªa el primer tel¨¦fono que ve¨ªa en casa. ?l solo quer¨ªa hacer llamadas de Whatsapp y no necesitaba ni que fuera su m¨®vil. Creemos que cogi¨® el de su hija, pero solo lo sabremos cuando volvamos a su casa. Ni su mujer ni sus hijos se han atrevido a ir esta noche¡±, advierte Gabriela. ¡°Yo s¨¦ que no me van a devolver a mi hermano, pero la persona que acab¨® con su vida solo por un patinete de 300 euros puede volver a matar por cualquier cosa¡±, denuncia entre l¨¢grimas.
Ovaldina recuerda entre l¨¢grimas que no es el primer patinete que le roban. ¡°Una vez estaba frente al centro comercial Finestrelles [en la vecina localidad de Esplugues] y le empujaron y se llevaron el patinete. Entonces ¨¦l no hizo nada¡±, recuerda Ovaldina.
La familia se ha reunido en el piso de Gabriela. Recuerdan c¨®mo le gustaban los cumplea?os a Rodr¨ªguez y la mala ¨¦poca que pas¨® despu¨¦s de contagiarse tres veces de covid. Varios miembros de la comunidad ecuatoriana pasan dando el p¨¦same en un constante besamanos de una muerte sin respuestas. Giovani, el otro hermano de ?ngel Gabriel, est¨¢ absorto. Apenas puede cre¨¦rselo. ¡°No sabemos qu¨¦ tenemos que hacer. No sabemos c¨®mo enterrarlo. Tenemos a mis padres ¨DLauro y Fany¨D de m¨¢s de 70 a?os, que no sabemos c¨®mo podr¨¢n venir a despedirse de su hijo¡±, lamenta la hermana, minutos antes de trasladarse al consulado de su pa¨ªs.
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