La Biblioteca de Estado en Barcelona

El 14 de septiembre, empezaron, a la vera de la Estaci¨® de Fran?a, las obras demoledoras que activar¨¢n la edificaci¨®n de la Biblioteca P¨²blica del Estado en Barcelona. El ala adyacente a la estaci¨®n dejar¨¢ as¨ª paso a un solar de 180 metros de largo, en el cual se alzar¨¢ el nuevo equipamiento, al lado de unas v¨ªas de tren, gran idea alocada. Estas obras durar¨¢n cinco meses. A finales del 2023 empezar¨¢n propiamente las de esta biblioteca, unas obras de 255 millones de euros que los promotores conf¨ªan en que est¨¦n terminadas en 2027. Bueno, es todo un hallazgo que el p¨²blico conozca el concepto definitivo de la futura biblioteca, hasta hace bien poco era primero el de Biblioteca Provincial. Luego fue el, a mi modo de ver, satisfactorio y bonito de Biblioteca Central Urbana de Barcelona. Cambios y recambios, gestos de los tiempos.

Hace casi treinta a?os ya de un debate recurrente sobre su emplazamiento: el Born primero y luego la Estaci¨® de Fran?a, seg¨²n el relato oficial. Pero el director del Consorci de Biblioteques Universit¨¤ries de Catalunya, Llu¨ªs Anglada, que cuestionaba en diciembre pasado el emplazamiento actual por no ser m¨¢s c¨¦ntrico y accesible, declaraba a la periodista S¨ªlvia Marimon que las propuestas durante estas d¨¦cadas han sido bastantes m¨¢s: la plaza de les Gl¨°ries, el Marem¨¤gnum, el Portal de l¡¯?ngel, el edificio del Banco de Espa?a en plaza de Catalunya, el Dip¨°sit General del Port ¡ªhoy Museu d¡¯Hist¨°ria de Catalunya¡ª, la Estaci¨® del Nord y la plaza de las Arenes. Pues nada, solo prosperaron las dos ubicaciones oficiales. La del Born tuvo que ser declinada al descubrirse restos de 1714 en su subsuelo. Y qued¨® solo la de la Estaci¨® de Fran?a. Los actores implicados, ya saben, son el Ministerio de Cultura, la Generalitat y el Ayuntamiento.

Por qu¨¦ y cu¨¢ndo y c¨®mo fueron descartadas las ocho otras propuestas, m¨¢s c¨¦ntricas y accesibles, alguien habr¨¢ de explicarlo. La cr¨ªtica cultural que firma este art¨ªculo est¨¢ bien interesada. As¨ª como escritora y en nombre de mis colegas. Debemos tanto, autores y editores, a la excelente red de bibliotecas p¨²blicas del Ayuntamiento, uno de los logros mayores de la etapa socialista, que enlaz¨® con su admirable precedente, el de la Mancomunitat de Prat de la Riba. Compran nuestros libros, organizan conferencias y encuentros de autores con el p¨²blico, clubs de lectura implicados y participativos, en ciclos guiados por escritores de miradas libres, que no temen la competici¨®n con los autores a quienes invitan, ni siquiera cuando tienen novedades en las librer¨ªas. En catal¨¢n, Anna Ballbona, Juli¨¤ Guillamon y Gabi Mart¨ªnez, por decir aquellos que as¨ª me consta personalmente. Est¨¢n en todos los barrios y ese es su valor. El de la del Estado estar¨¢ en eso que los urbanistas llaman un no-lugar.

Las razonadas cr¨ªticas a la Biblioteca del Estado de D¨ªdac Mart¨ªnez, director del Servei de Biblioteques, Publicacions i Arxius de la Universitat Polit¨¨cnica de Catalunya, publicadas recientemente en N¨²vol, bien habr¨ªan merecido y merecen a mi entender ser atendidas.

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