Pol¨ªticas ensimismadas
Se ha abierto una nueva etapa encaminada a ampliar espacios y alianzas y buscar puentes con la pol¨ªtica espa?ola y europea, pero el sector mayoritario de Junts ha optado por descolgarse
Los medios de comunicaci¨®n que tumbaban muros levantando actas de una globalizaci¨®n imparable, de pronto, han pasado anunciar una desglobalizaci¨®n desenfrenada. A lo largo de la modernidad se han dado procesos expansivos seguidos de retrocesos ¡ªa veces letales¡ª cuando la ciudadan¨ªa ha tenido sensaci¨®n de perder pie y el miedo se ha hecho carne. No podemos olvidar lo que Edgar Morin constat¨® en plena pandemia: ¡°No estamos constituidos como humanidad¡±. Las Naciones Unidas ¡ªatenazadas por los pa¨ªses que disponen de veto (y por tanto las tienen secuestradas)¡ª tienen valor meramente simb¨®lico: un lugar para el c¨ªnico ritual de mirarse a la cara cuando las cosas van mal dadas.
El pasado fin de semana hemos vivido dos momentos de lo que significa la desglobalizaci¨®n en curso. El acorralamiento de Gran Breta?a, simbolizado en la mustia figura de la primera ministra Liz Truss, y la entronizaci¨®n de Xi Jinping en China, que culmina un proceso de restauraci¨®n burocr¨¢tica y autoritaria que cierra los conductos liberalizantes que se hab¨ªan colado en el proceso de incorporaci¨®n del gigante asi¨¢tico a la econom¨ªa capitalista global. El Brexit ha conducido al encierro de Gran Breta?a sobre s¨ª misma hasta el punto de aparecer en descarnada descomposici¨®n en la escena mundial. Y m¨¢s que los laboristas (que no est¨¢n exentos de confusi¨®n) han sido los poderes econ¨®micos ¡ªdesconcertados por el desvar¨ªo del partido conservador¡ª y la prensa liberal los que han dicho basta. China avanza hacia un nuevo sistema bipolar como modelo para la organizaci¨®n del mundo. Y como se suele hacer en estos casos, busca el impacto apelando al patriotismo y al poder militar y nuclear.
Los conservadores brit¨¢nicos se han confundido al desbordar en radicalidad a la ortodoxia neoliberal y sus propios garantes han dicho basta. El exceso de celo es propio de los liderazgos de los que se creen propietarios de la nueva etapa. Y la desglobalizaci¨®n brit¨¢nica ha entrado en doloroso e ilustrativo impasse.
En el modesto plano del endog¨¢mico espacio pol¨ªtico catal¨¢n parece que se viven movimientos parejos a las idas y venidas de la globalizaci¨®n. Y en un momento en que el repliegue sobre las esencias que lider¨® el proc¨¦s ha puesto en evidencia sus l¨ªmites, y se ha abierto una nueva etapa encaminada a ampliar espacios y alianzas y buscar puentes con la pol¨ªtica espa?ola y europea, el sector mayoritario de Junts ha optado por descolgarse, encerrarse con su propio juguete, apostando por el cuanto peor, mejor, a la espera de que el PP y Vox lleguen al poder y dejen, se supone, sin argumentos a quienes creen en las v¨ªas pol¨ªticas para salir del atasco. Y as¨ª se desentienden de lo que ahora mismo parece imperativo: la construcci¨®n de alianzas que permitan avanzar en las urgencias del momento y no sacrificarlas a la incertidumbre. Las pol¨ªticas regresivas est¨¢n casi siempre condenadas al fracaso, como est¨¢ experimentando Gran Breta?a. La pol¨ªtica no puede ser un arte ensimismado. Ni siquiera en nombre de la patria.
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