El desgarro de Mar¨ªa Herv¨¢s triunfa en la ¡®Yerma¡¯ del Teatre Lliure
La producci¨®n de Lorca de Juan Carlos Martel Bayod convence con una puesta en escena intimista y elegante en la sala Fabi¨¤ Puigserver
Con un suelo de ceniza negra, ¨¢rido, como el vientre infecundo de su protagonista y asfixiada por el sonido de los cencerros acotados en su redil y el golpe de los bastones de los pastores, due?os del campo y de la libertad. Yerma, la primera gran producci¨®n de Federico Garc¨ªa Lorca en el Teatre Lliure a cargo de su director, Juan Carlos Martel Bayod, triunf¨® el viernes con un aforo completo en su estreno en la sala Fabi¨¤ Puigerserver.
Todo encaja en esta adaptaci¨®n y tr¨¢gica canci¨®n de cuna lorquiana sobre la represi¨®n femenina. La acertada y contenida puesta en escena, cuya mirada pan¨®ptica del p¨²blico refuerza esa atm¨®sfera inquisidora en la intimista y elegante escenograf¨ªa de Frederic Amat; la producci¨®n musical de Ra¨¹l Refree, que se sirve de las voces de los actores y los sonidos que producen en directo con objetos para construir ese lamento opresor del esencialismo femenino; y un elenco que brilla, compenetrado de inicio a fin, para atender al desgarro de una Mar¨ªa Herv¨¢s entregada a esa Yerma rebelde, que se siente ¡°vac¨ªa pero llena de odio¡±. Una mujer envenenada por el deseo de maternidad y atrapada en la c¨¢rcel de su propio cuerpo. A sus 35 a?os, la ganadora del Max en 2019 por aquella reivindicaci¨®n de la mujer de barrio en Iphigenia en Vallecas, la premio princesa de Girona de las Artes y las Letras que se puso en la piel de una superviviente de una violaci¨®n en grupo en Jaur¨ªa, se confirma en su estreno lorquiano como una de las actrices m¨¢s comprometidas y refrescantes de la escena actual.
Contra el bucolismo na?f de lo rural, en un espect¨¢culo que se cuece a fuego lento y que, como el pitido de una olla a presi¨®n, implosiona en esa romer¨ªa convertida en una rave carnal, hipn¨®tica y animal gracias a la coreograf¨ªa de movimientos de Lali Ayguad¨¦, esta Yerma del Lliure prueba por qu¨¦ un texto escrito hace noventa a?os es un s¨ªmbolo contra las cadenas del g¨¦nero.
Porque en la tragedia de esa protagonista que se siente ¡°marchita¡±, ¡°seca¡± y ¡°con los pechos llenos de arena¡±, en el lamento de esa mujer que no puede concebir, aislada entre las paredes de su casa en el campo, cansada de sacar brillo a las ventanas y condenada a entregarse a un marido hosco obsesionado por el qu¨¦ dir¨¢n, se entremezclan muchos dilemas y retos de nuestra propia sociedad.
En un momento en el que el debate esencialista y biol¨®gico encierra al feminismo en un mundo peque?o, cuando escritoras como Lina Meruane se rebelan contra la imposici¨®n maternal en Contra los hijos o autoras trans como Camila Sosa nombran como s¨ªmbolo a Yerma por esa necesidad de maternar negada a mujeres que quieren hacerlo, la producci¨®n del Lliure se presenta como un canto tr¨¢gicamente liberador. Como ese ¡°marchita, marchita pero segura¡± que entona Herv¨¢s para alivio del p¨²blico pese a lo que se acaba de contemplar en el escenario: una catarsis desgarradora.
¡°Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenar¨ªan el mundo¡±, escribi¨® Lorca y se verbaliza en un momento de la obra. Y para eso est¨¢ esta adaptaci¨®n que se podr¨¢ ver en el Lliure hasta el 16 de diciembre y que llegar¨¢ al Centro Dram¨¢tico Nacional de Madrid del 13 al 22 de enero. Para poner sobre la mesa una tragedia del siglo que pasado que, iron¨ªas del sexismo, sigue sonando rabiosamente moderna.
Yerma, de Federico Garc¨ªa Lorca. Con direcci¨®n Juan Carlos Martel Bayod y espacio esc¨¦nico de Frederic Amat. Con Mar¨ªa Herv¨¢s, Joan Amarg¨®s, David Men¨¦ndez, B¨¤rbara Mestanza, Isabel Rocatti, Yolanda Sey y Camila Viyuela. Teatre Lliure. Barcelona. Hasta el 16 de diciembre.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.