Las amenazas y el movimiento ¡®queer¡¯
No deja de resultar parad¨®jico que quienes defienden las orientaciones sexuales como construcciones sociales se sientan amenazados por las palabras de un genetista o el libro de unos psic¨®logos
Si Bertolt Brecht dijo que corr¨ªan malos tiempos para la l¨ªrica, yo dir¨ªa que ahora corren malos tiempos para la rigurosidad cient¨ªfica y la tolerancia. Lo viv¨ª en primera persona en Barcelona este verano cuando tuve que salir escoltada por los Mossos d¡¯Esquadra de la presentaci¨®n de Nadie nace en un cuerpo equivocado de Errasti y P¨¦rez, un libro en el que se habla, con rigurosidad, de la deriva trans y sus nefastas consecuencias y acient¨ªficas aplicaciones. Aquella tarde, a los que asistimos al acto nos esperaba un grupo de transactivistas amenazando con quemarnos dentro. Tan en serio iban que la propia polic¨ªa recomend¨® suspender la presentaci¨®n y desalojar la librer¨ªa. No les gust¨®, por lo visto, que ley¨¦ramos, y salimos escoltados por los mossos m¨¢s de cincuenta personas.
Y fueron justamente estas amenazas, llegadas desde el movimiento trans, las que me hicieron fijarme en un tuit del genetista Mart¨ªn Endara Coll que dec¨ªa: ¡°Me han expulsado de la #conferenciaPRISMA2022 porque, dicen, algunos asistentes no se sienten seguros por mi presencia¡±. El cient¨ªfico estaba en la Conferencia PRISMA en la Universidad de Barcelona, un evento que, desde 2019, se celebra en distintos puntos de Espa?a para promover desde la ciencia la teor¨ªa queer, defendiendo las orientaciones sexuales como construcciones sociales.
A Endara Coll lo hab¨ªa conocido d¨ªas atr¨¢s a las puertas del Parlament. Ese d¨ªa la antrop¨®loga Silvia Carrasco, presidenta de Feministes de Catalunya, hab¨ªa convocado a los medios porque, tras la realizaci¨®n de mano de una serie de expertas del informe D¡¯homes adults a nenes adolescents. Canvis, tend¨¨ncies i interrogants sobre la poblaci¨® atesa pel Servei Tr¨¤nsit a Catalunya 2012-2020, hab¨ªa pedido una investigaci¨®n independiente sobre Tr¨¤nsit, servicio del Departament de Salut, que se ocupa de gestionar las peticiones de cambio de sexo.
Desde Feministes estaban preocupadas, entre otras cosas, de que la Ley trans vigente en Catalu?a desde 2014 -s¨ª, la estatal no existe, pero muchas autonom¨ªas ya tienen la suya, no olvidemos que la sanidad est¨¢ transferida-, hab¨ªa abierto la puerta a que hasta el 87% de personas atendidas por el Servei Tr¨¤nsit salieran de su primera consulta con una receta de tratamiento hormonal. Adem¨¢s, as¨ª como en los primeros a?os el porcentaje de menores tratados era bajo, en 2019 y 2020 hab¨ªan supuesto casi el 40% de las personas atendidas, la mayor¨ªa ni?as. ?Acaso los protocolos llevados a cabo en escuelas y centros hospitalarios hab¨ªan provocado un efecto contagio?, se preguntaban en el informe.
Todav¨ªa esperan la respuesta de los grupos parlamentarios, pero, mientras tanto, a m¨ª me afloran las dudas y me sorprende que no se ponga freno de alg¨²n modo, porque es preocupante que se expulse de eventos acad¨¦micos a quien discrepa o hace preguntas, o que se amenace con quemar vivo a alguien que asiste a una presentaci¨®n, o se medique a personas tras una primera visita. Eso por no hablar de que no deja de resultar parad¨®jico que los defensores de la teor¨ªa queer se sientan amenazados por las palabras de un genetista o el libro de unos psic¨®logos, y los detractores nos sinti¨¦ramos amenazados por la amenaza de quemarnos vivos por parte de los defensores de esa teor¨ªa.
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