Renunciar a productos frescos y no poner la calefacci¨®n: as¨ª impacta la inflaci¨®n en las familias m¨¢s vulnerables de Barcelona
Un informe de C¨¢ritas Barcelona destaca que nueve de cada 10 familias atendidas por la entidad han decidido gastar menos en alimentaci¨®n
El alza de precios impacta en casi todos los aspectos del d¨ªa a d¨ªa, pero para algunos el efecto es devastador: ya no es solo notar que en el supermercado pagas m¨¢s por lo mismo, sino tener que decidir no comprar tantos alimentos; o ya no solo se trata de hacer un esfuerzo para pagar los gastos de la vivienda y suministros, sino tener que cambiar de piso o vivir bajo la amenaza de quedarse en la calle. As¨ª lo constata la entidad C¨¢ritas Diocesana de Barcelona, que este mi¨¦rcoles ha presentado los resultados de una encuesta hecha entre sus usuarios sobre el impacto de la inflaci¨®n. El informe muestra que nueve de cada 10 familias atendidas se han visto obligadas a reducir su gasto en alimentaci¨®n, y que el 55% no puede mantener su casa a una temperatura adecuada ¡ªel porcentaje con respecto al conjunto de la poblaci¨®n es del 15,9%, seg¨²n la Encuesta de Condiciones de Vida del Idescat de 2021¡ª. ¡°La desigualdad forma parte de nuestro modelo econ¨®mico. En poco tiempo hemos vivido tres crisis, la de 2008, la pandemia y ahora la crisis de precios, y despu¨¦s de cada una de ellas los colectivos m¨¢s desfavorecidos han salido peor parados¡±, ha denunciado el director de la entidad, Salvador Busquets.
Uno de los ejemplos lo da Luz, una mujer que lleg¨® a Espa?a en junio con su pareja y su hijo, huyendo de la violencia de su pa¨ªs de origen. Como recuerda Busquets, mientras que muchas de las personas atendidas por C¨¢ritas son originarias de Catalu?a ¡ª¡±pero no quieren hacer p¨²blica su situaci¨®n porque tienen conocidos que no saben que est¨¢n pidiendo ayuda¡±, explica¡ª, otras muchas vienen de pa¨ªses del centro o del sur de Am¨¦rica. En buena parte de los casos la raz¨®n de su emigraci¨®n es intentar salir de las espirales de violencia, aunque a veces estas llegan hasta aqu¨ª, puesto que reciben amenazas desde su pa¨ªs de origen, motivo por el que no quieren que su identificaci¨®n sea completamente p¨²blica.
Luz vive desde agosto en un piso de emergencia de la entidad, y ha notado los precios altos en muchos aspectos de la vida, uno de ellos en las actividades para su hijo: ¡°Siempre intento mostrarle que el mundo es un sitio feliz, y ahora por ejemplo quiere ir al acuario. Le digo que s¨ª, que iremos, pero tenemos que reunir el dinero¡±. Seg¨²n la encuesta, el 70% de las familias atendidas no puede pagar ninguna actividad extraescolar o de ocio para sus peque?os. ¡°Tampoco tenemos juguetes, porque no tenemos un lugar estable donde vivir, y por suerte nos los da C¨¢ritas¡± a?ade Luz a trav¨¦s de un v¨ªdeo proyectado durante la presentaci¨®n. Otra usuaria, Katherine, es de Per¨² y vive en un piso con su pareja y cuatro ni?os. Acude a un centro de la entidad donde puede poner lavadoras y ahorrarse as¨ª la subida de la factura de la luz: ¡°Al menos eso lo puedo destinar a la alimentaci¨®n de los ni?os, pero en el supermercado me pasa que compro lo mismo que antes y ahora es demasiado caro¡±. Katherine Gonz¨¢lez, otra de las personas atendidas por la entidad, explica que vive en una habitaci¨®n realquilada y tiene algunos trabajos en negro para cubrir algunos gastos, pero que necesita pedir ayuda.
En todos los casos confluyen una serie de factores que describen la realidad de la pobreza en Catalu?a: una falta de recursos para hacer frente a todas las necesidades b¨¢sicas; una situaci¨®n que se agrava por las dificultades de acceso a la vivienda, que en muchas ocasiones lleva a las familias a optar por una habitaci¨®n de realquiler; y una pobreza identificada en mujeres a cargo de ni?os peque?os o adolescentes. ¡°Es por eso que pedimos tres medidas b¨¢sicas: una pol¨ªtica de ingresos m¨ªnimos eficiente, una pol¨ªtica de vivienda a largo plazo, y pol¨ªticas de apoyo a la familia y los ni?os y adolescentes¡±, ha se?alado Busquets.
El informe (elaborado a partir de una encuesta a 1.000 familias sobre una muestra de los 8.000 hogares atendidos que viven en habitaciones realquiladas, y a partir de datos del informe Foessa) indica que la mitad de los hogares atendidos no pueden pagar los gastos relacionados con la vivienda, y que cuatro de cada 10 familias han tenido que cambiarse de piso por no poder afrontar estos pagos. La inflaci¨®n ya tiene un impacto importante en la alimentaci¨®n y la salud de las personas m¨¢s vulnerables: 7.000 hogares (nueve de cada 10) han reducido los gastos en alimentos, y un 65% ha dejado de comprar alimentos frescos. ¡°Tenemos familias que nos dicen que algunos d¨ªas tienen que no comer para pagar otras cosas, as¨ª que tienen que pasar hambre¡±, ha dicho M¨ªriam Feu, jefa de an¨¢lisis social e incidencia de la entidad. En comparaci¨®n con la pandemia, ha explicado Feu, ahora hay m¨¢s familias que han tenido que cambiar de vivienda, hay m¨¢s dificultades para comprar alimentos o medicamentos, y m¨¢s familias se han tenido que endeudar.
Esto ha tenido un impacto en la actividad de C¨¢ritas Barcelona (que atiende a familias de la Di¨®cesis de Barcelona, formada por la capital, parte del ¨¢rea metropolitana y por la zona del Maresme). La entidad ha tenido que aumentar en un 36% las ayudas econ¨®micas para alimentos y un 28% las ayudas para pagar las habitaciones de realquiler. El a?o se cerrar¨¢ con 2,5 millones de euros destinados a ayudas a las familias, un 13% m¨¢s que en 2021, y se habr¨¢ atendido a 21.400 personas, un 2% m¨¢s que el a?o pasado. Feu y Busquets han destacado que la entidad tambi¨¦n est¨¢ sufriendo el aumento de los costes, y han hecho un llamamiento que haya m¨¢s donativos para poder seguir con su actividad.
El director de la entidad ha lamentado que en cada una de las crisis, los gobiernos han actuado de forma reactiva y nunca preventiva. Busquets ha recordado que herramientas como la Renta Garantizada de Ciudadan¨ªa o el Ingreso M¨ªnimo Vital no son a¨²n efectivas porque, en el caso de la primera, solo cubre el 28% de la pobreza severa. Y, aunque ha celebrado el compromiso de aumentar el Indicador de Renta de Suficiencia de Catalu?a (IRSC), el baremo que mide esta ayuda social, ha manifestado su preocupaci¨®n por que salgan adelante los presupuestos auton¨®micos. Tambi¨¦n ha pedido un pacto pol¨ªtico para hacer pol¨ªticas de vivienda estables y a largo plazo, recordando que el pacto nacional de la vivienda de 2007 marcaba como objetivo que en 2025 se llegar¨ªa a un 15% de vivienda social, y solo se ha llegado a un 1,5%.
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