Jordi Cuixart, el verso libre del ¡®proc¨¦s¡¯, no pedir¨¢ la absoluci¨®n al Tribunal Supremo
El expresidente de ?mnium Cultural, que plante¨® un juicio pol¨ªtico y se opuso al indulto, sigue una estrategia diferente de la de sus compa?eros
Jordi Cuixart es un verso libre en la causa del proc¨¦s. El expresidente de ?mnium Cultural ha marcado perfil propio a lo largo del itinerario judicial que desemboc¨® en la condena a penas de entre 9 y 13 a?os de c¨¢rcel para nueve l¨ªderes independentistas por el refer¨¦ndum ilegal del 1-O. Ahora que llega el momento de revisar esa sent...
Jordi Cuixart es un verso libre en la causa del proc¨¦s. El expresidente de ?mnium Cultural ha marcado perfil propio a lo largo del itinerario judicial que desemboc¨® en la condena a penas de entre 9 y 13 a?os de c¨¢rcel para nueve l¨ªderes independentistas por el refer¨¦ndum ilegal del 1-O. Ahora que llega el momento de revisar esa sentencia gracias a la reforma legal aprobada por el Gobierno ¡ªcon la derogaci¨®n del delito de sedici¨®n y reforma del de malversaci¨®n¡ª, Cuixart ha elaborado tambi¨¦n su propia estrategia, diferenciada de la de sus compa?eros. Mientras los dem¨¢s condenados solicitar¨¢n al Tribunal Supremo la absoluci¨®n, el exl¨ªder de ?mnium y empresario permanecer¨¢ en silencio y no pedir¨¢ absolutamente nada a la justicia espa?ola: su batalla, argumenta, est¨¢ en los tribunales europeos.
La entrada en vigor, el pasado jueves, de la reforma del C¨®digo Penal que suprime el delito de sedici¨®n ¡ªpor el que fueron condenados los nueve l¨ªderes soberanistas¡ª hab¨ªa provocado, en las ¨²ltimas semanas, conversaciones entre los abogados de la defensa. Conscientes de que el Tribunal Supremo abrir¨ªa de oficio un expediente de revisi¨®n de sentencia y dar¨ªa traslado a las partes ¡ªlo hizo nada m¨¢s entrar en vigor la norma¡ª, casi todos convinieron en que deb¨ªa seguirse una estrategia: solicitar al tribunal la absoluci¨®n completa, no solo de las penas de prisi¨®n, sino tambi¨¦n de las de inhabilitaci¨®n, de manera que los dirigentes pol¨ªticos que lo deseen puedan presentarse pronto a una convocatoria electoral. Es un planteamiento de m¨¢ximos. Solo uno de los condenados se neg¨® a seguir esa v¨ªa: Cuixart.
El desmarque no es algo nuevo. Jordi Cuixart y Jordi S¨¤nchez ¡ªexpresidente de la Assemblea Nacional Catalana y ahora dirigente de Junts per Catalunya¡ª ingresaron en prisi¨®n provisional a mediados de octubre de 2017, dos semanas despu¨¦s del refer¨¦ndum, por los incidentes durante la jornada del 20 de septiembre frente al Departamento de Econom¨ªa, en Barcelona. Desde la c¨¢rcel de Soto del Real (Madrid), Cuixart acord¨® con sus abogados c¨®mo iban a plantear el proceso: se enfrentaban, concluyeron, a un juicio estrictamente pol¨ªtico. Frente a las defensas t¨¦cnicas o mixtas de sus compa?eros ¡ªque emplearon tambi¨¦n argumentos jur¨ªdicos para sortear los cargos en su contra¡ª, la estrategia de Cuixart y de ?mnium Cultural pasaba por convertir la vista oral, retransmitida en directo, en un juicio al Estado.
En el juicio, Cuixart lleg¨® a desdecirse de su declaraci¨®n ante el juez instructor del proc¨¦s, Pablo Llarena, hecha bajo el ¡°impacto emocional¡± de la c¨¢rcel y la necesidad de salir para cuidar de su hijo reci¨¦n nacido. Se present¨® netamente como un ¡°un preso pol¨ªtico y no un pol¨ªtico preso¡± y emple¨® el derecho a la ¨²ltima palabra para decir que no se arrepent¨ªa de nada y que seguir¨ªa luchando por el derecho a la autodeterminaci¨®n. ¡°Todo lo que hice, lo volver¨ªa a hacer porque estoy convencido de que es lo que ten¨ªa que hacer¡±.
Cuixart fue condenado por sedici¨®n (no por malversaci¨®n, puesto que no ten¨ªa responsabilidades sobre el gasto p¨²blico) a nueve a?os de c¨¢rcel. Ingres¨®, como el resto de sus compa?eros, en prisi¨®n. Cuando un nuevo tiempo pol¨ªtico dio lugar a cierta pacificaci¨®n y empez¨® a hablarse incluso de la posibilidad de que el Gobierno concediera el indulto parcial a los condenados ¡ªcomo as¨ª sucedi¨®¡ª, Cuixart se desmarc¨®. El Supremo pidi¨® a los condenados que se pronunciaran sobre las peticiones de indulto remitidas al Ministerio de Justicia. Cuixart contest¨® de forma tajante: ¡°?Qu¨¦ se han cre¨ªdo? No aceptaremos ninguna humillaci¨®n. Ni arrepentimiento, ni indulto. Lo hemos dicho en el Supremo, en la calle y en todo el mundo: la defensa de la democracia no admite chantajes¡±.
Su silencio no impidi¨® que, llegado el momento, se beneficiase como los dem¨¢s de un indulto que le permiti¨® abandonar la c¨¢rcel de Lledoners. Lo mismo ocurrir¨¢ ahora en el caso de una absoluci¨®n. El pasado verano, Cuixart anunci¨® que se trasladaba a Suiza con su familia. Su empresa de embalaje ha abierto un centro de innovaci¨®n all¨ª, cerca de las multinacionales farmac¨¦uticas a las que da servicio. Desde ese lugar, Cuixart sigue peleando por que la justicia europea le d¨¦ la raz¨®n. Conf¨ªa en que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acabe condenando a Espa?a por vulneraci¨®n de derechos fundamentales como el de manifestaci¨®n. El empresario contin¨²a vinculado a ?mnium ¡ªcuya presidencia abandon¨® hace un a?o¡ª y, de hecho, lidera la acci¨®n internacional del organismo a trav¨¦s de Omnium Civil Rights Europe.
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