Aragon¨¨s pone a prueba su estrategia negociadora ante las bases en el Congreso Nacional de ERC

Una partida sobre el futuro de los Presupuestos de la Generalitat se juega este s¨¢bado en Lleida. All¨ª se realiza la segunda parte del Congreso Nacional de Esquerra Republicana, con la votaci¨®n de las ponencias pol¨ªtica y organizativa. Se trata de un test de estr¨¦s para la estrategia negociadora del Pere Aragon¨¨s tanto con el PSC como el PSOE y del Govern monocolor que preside. La reuni¨®n del m¨¢ximo ¨®rgano de la formaci¨®n se solapa con un momento muy cr¨ªtico de la negociaci¨®n del pacto presupuestario con el PSC, de cuyo ¨¦xito depende la solidez de la acci¨®n del Ejecutivo. Entre las enmiendas recibidas para la ponencia figuran temas espinosos en las conversaciones con los socialistas, como la ampliaci¨®n de El Prat. La direcci¨®n sigue defendiendo el rechazo al plan ¡°impuesto¡± por Aena que piden algunos miembros de las bases, pero cuid¨¢ndose de cerrar la puerta a otros escenarios de mejora. Y, por tanto, mantener el puente con los de Salvador Illa.

Desde que Junts abandon¨® el Ejecutivo catal¨¢n, en octubre pasado, Aragon¨¨s y los suyos disfrutan de las mieles agridulces del poder. El partido que preside Oriol Junqueras hace gala de sus mayores cuotas de poder e influencia en el Gobierno central; ha conseguido cosechar los frutos de su apuesta por el di¨¢logo con la reforma del C¨®digo Penal que mejora la situaci¨®n de los l¨ªderes condenados por el proc¨¦s y se acerca a su sue?o de ser la fuerza central de la pol¨ªtica catalana. Pero, de otro lado, vive las durezas de la soledad en el Parlament (ha perdido m¨¢s de un centenar de votaciones) y esto ha sido especialmente duro en la negociaci¨®n de las cuentas.

ERC solo tiene 33 diputados de los 135 esca?os del Parlament. Ya hay un acuerdo con En Com¨² Podem (9 votos), pero necesita de m¨¢s apoyos, bien sea los de su exsocio o los de los socialistas. El PSC logr¨® esta semana que los republicanos cedieran en aceptar la culminaci¨®n de la B-40, una autov¨ªa orbital de Barcelona, dise?ada en el franquismo, que en ERC cuestionan por su impacto ambiental. Pese a que el propio Aragon¨¨s intent¨® vender el cambio copernicano como su cesi¨®n ante el ¨²ltimo escollo para cerrar las cuentas (que si todo llega a feliz puerto entrar¨ªan en vigor en abril), el propio Illa se?al¨® la ampliaci¨®n del aeropuerto como el tema principal que queda por cerrar.

Los republicanos tienen claro que el PSC act¨²a por ¡°electoralismo¡± con la dilataci¨®n del pacto presupuestario. De hecho, tanto en el Parlament como en el propio Govern, defienden el cambio sobre la B-40 como un ejercicio de ¡°responsabilidad¡±, insistiendo en que no es su modelo. Aragon¨¨s dijo el pasado jueves que asum¨ªa ¡°el desgaste pol¨ªtico¡± de la decisi¨®n y eso se podr¨¢ medir en el Congreso en Lleida. A eso, sin embargo, se a?adir¨¢ el tema del aeropuerto y c¨®mo lograr¨¢ combinar lo que piden hasta 4 enmiendas sobre El Prat y las exigencias del PSC para firmar el pacto.

No es balad¨ª que los negociadores del Govern y del PSC se hayan emplazado el lunes a seguir con las conversaciones. Los ojos est¨¢n en el texto que acaben votando las bases en Lleida. Entre esas cuatro enmiendas presentadas est¨¢ una del exportavoz del partido en Madrid, Joan Tard¨¤, y que fue elevada por la federaci¨®n del Baix Llobregat. En ella se busca ¡°poner en valor el posicionamiento del Govern en contra del proyecto de ampliaci¨®n del aeropuerto presentado por Aena y el Gobierno¡±. En septiembre de 2021, el Consejo Nacional del partido aprob¨® un texto similar en el que se rechazaba ampliar la tercera pista ¡°afectando el espacio protegido de La Ricarda [dentro de la red Natura 2000 de la UE]¡±.

Aragon¨¨s se enfrenta as¨ª a tener que acoger la voz de las bases sin darle un portazo a los socialistas. El debate est¨¢ servido. Voces dentro del partido defienden que temas sectoriales de este tipo no deber¨ªan estar dentro de una ponencia, que quieren concebir con m¨¢s enjundia y fondo pol¨ªtico. Con todo, no habr¨¢ un debate espec¨ªfico sobre este tema en Lleida, pues solo llegan vivas dos enmiendas: una sobre la menci¨®n al caso de Montenegro en el Acuerdo de Claridad sobre el refer¨¦ndum (la hoja de ruta sobre las condiciones para una votaci¨®n pactada, que el Gobierno rechaza) y otra sobre la participaci¨®n de valencianos y mallorquines en las listas electorales catalanas.

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