El arte del ¡®fake¡¯
La mentira juega con la credulidad de quienes se la tragan y retrata y alecciona a los incautos
Un fake es una mentira divulgada a modo de verdad. Se suele vestir de hecho ins¨®lito y juega con la credulidad de quienes se lo tragan. De carambola retrata a los incautos, los desenmascara y, de alguna manera, los alecciona. Ahora que, seg¨²n dicen, vivimos en la era del fake, veamos como tambi¨¦n configura un g¨¦nero que podr¨ªamos llamar art¨ªstico, porque se necesitan ciertas cualidades para fakear con clase.
Hay fakes famosos. El 30 de octubre de 1938, Orson Welles y el Teatro Mercury de Nueva York adaptaron La guerra de los mundos (novela de ciencia ficci¨®n de H. G. Wells) para la radio. Se inventaron un noticiario en directo. Y, a pesar de la introducci¨®n, en la que se explicaba que aquello era una dramatizaci¨®n, una parte de la gente sintoniz¨® tarde y crey¨® que la Tierra estaba siendo realmente invadida por extraterrestres. Se desat¨® un p¨¢nico muy norteamericano, con el colapso de los tel¨¦fonos de la polic¨ªa y de los peri¨®dicos. Al poco tiempo se supo que era una bola y las aguas volvieron al r¨ªo, aunque al d¨ªa siguiente la gente exig¨ªa el cuello de Orson Welles. Y ¨¦l pidi¨® perd¨®n, en aras de una broma de Halloween.
El fake desarma. Y demuestra. Si en Nueva Jersey picaron, eso dejaba a los cr¨¦dulos como un grupo de paranoicos de pocas luces. Y a nadie le gusta que le tomen el pelo, porque a nadie le gusta ser el hazmerre¨ªr. En las comarcas gerundenses tambi¨¦n hay artistas del fake. Hace unos a?os, un v¨ªdeo filmado en Campdev¨¤nol se hizo famoso (es decir, la gente cay¨® de cuatro patas), e incluso dej¨® en evidencia algunos medios del pa¨ªs. Colgado en Youtube, se ve¨ªa a unos catalanes que de noche encontraban un ¨¢ngel ca¨ªdo en bosque, un ser terror¨ªfico. Despu¨¦s se supo que era la campa?a publicitaria de un equipo liderado por David Respland¨ª. La empresa que les contrat¨® les pidi¨® (me parece que de rodillas) que desmintieran la noticia.
Una vez desvelado, el fake provoca inquietud. Nos demuestra que nuestra entereza y nuestro raciocinio penden de un hilo. Se nos puede convencer de casi cualquier cosa, si quien mueve los hilos sabe presentarla veros¨ªmil. Los milagros y los que viven de ellos funcionan m¨¢s o menos igual. Y luego est¨¢ el fake que sirve para convencer, s¨ª, pero con la intenci¨®n de no desmentirse jam¨¢s. En noviembre de 1923, Josep Pla y Eugeni Xammar se inventaron una entrevista con Hitler. Desdoblada, la publicaron en La Veu de Catalunya y en La Publicitat, con el objetivo de presentar a Hitler como un mu?eco alborotado y de prevenir a la humanidad. Ya saben que no funcion¨® del todo.
Termino con otro fake: a finales de los a?os sesenta, mi padre se invent¨® una entrevista con Josep Pla y con su permiso. Publicada en el Tele/Estel, le hac¨ªa decir al de Llofriu que Baltassar Porcel era el mejor escritor del momento. D¨ªas m¨¢s tarde, Pla recib¨ªa una carta encendida de Porcel, donde el mallorqu¨ªn se licuaba de gratitud. A m¨ª me consta que el d¨ªa que Porcel entraba en la tumba todav¨ªa se lo cre¨ªa.
Adri¨¤ Pujol Cruells es escritor y antrop¨®logo
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