M?neskin: gallifantes en tiempos l¨ªquidos
La banda italiana despleg¨® su desvergonzada hibridaci¨®n rockera en un Sant Jordi que acogi¨® su ¨²nico concierto en Espa?a

Colas en las taquillas donde se otorga permiso de entrada a menores, menores que no iban como acompa?antes sino como fans. Personajes estrafalarios surgidos del cuarto oscuro de una discoteca ibicenca, habitantes de tugurios punks, sosias de la replicante Pris, jovencitas en esa expectante ebullici¨®n que los a?os descargan de inocencia, alg¨²n rockero de estirpe, alg¨²n punki de revista y mucho p¨²blico sin adscripci¨®n en un Babel dominado por las voces de las seguidoras, puestas en tensi¨®n ya en el primer tema, Don¡¯t Wanna Sleep. En un mundo en el que s¨®lo est¨¢ claro que el rape es un pez feo y que mandan los que tienen el dinero, un grupo italiano con nombre en dan¨¦s de intenci¨®n po¨¦ticamente fofa, luz de luna, rockero pero no machorro, de aspecto glamuroso pero sobrio y estridente aunque no hiriente se ha llevado el gato al agua en tiempos de identidades fluidas. M?neskin llenaron el Sant Jordi en su ¨²nico concierto en Espa?a antes de que vuelvan en verano (Primavera Sound), agotaron entradas (17.000 personas) con el p¨²blico comprimido como en los conciertos de fans y sacudi¨¦ndose una actuaci¨®n de rock que ofende a los puristas pero les permite encajar en los gustos de un p¨²blico ampl¨ªsimo. S¨ª, M?neskin son un h¨ªbrido, un gallifante triunfal de la era digital.
Han ganado San Remo y Eurovisi¨®n, cert¨¢menes que como el grupo buscan una redefinici¨®n de fronteras, que para M?neskin pasa por adaptar est¨¦ticamente el rock a nuestros tiempos. En el Sant Jordi hubo solos de guitarra como los de antes, poses de desafiante guitar-hero, di¨¢logos trepidantes entre bajo y bater¨ªa, ba?os de multitudes con el cantante zambull¨¦ndose en el mar del p¨²blico, rock duro, velocidad de punk, funk rock y glam-rock, pero tambi¨¦n baladas ac¨²sticas en el mini escenario de la pista, melod¨ªas envueltas en dureza que no ocultaron la intenci¨®n pop del cuarteto y una imagen de grupo contempor¨¢neo sofisticado aunque en el Sant Jordi austero, los cuatro iban de negro, en el que coinciden el ahora pelo corto y oxigenado de Damiano (voz), la hermosa melena de navajo de Ethan (bater¨ªa), el desd¨¦n fumador de Thomas (guitarra) y las evoluciones de Victoria (bajo), una caminante que siempre conclu¨ªa sus pasos arqueando el cuerpo hacia atr¨¢s y propinando un rodillazo al aire. Lo de ayer, lo de siempre, empaquetado de una nueva forma para un p¨²blico ajeno a las militancias y quiz¨¢s por ello a los amores eternos. Nacidos como m¨²sicos callejeros y empujados por esos concursos de talentos donde la m¨²sica tiene el mismo papel decorativo que la cocina en Masterchef, M?neskin son hijos de su tiempo. Como su p¨²blico.
Sobre ellos una descomunal parrilla de focos en una estructura de geometr¨ªa variable que tambi¨¦n cambiaba su altura en relaci¨®n al escenario. La cosa no iba de sutileza sino de luz a cascoporro, sin virguer¨ªas. Entarimado casi plano para permitir las evoluciones de los m¨²sicos, saltimbanquis en trance consiguiendo la alegr¨ªa incondicional de la asistencia, ya con los brazos saludando en Zitti E Buoni, su ¨¦xito en Eurovisi¨®n; abandon¨¢ndose a la m¨²sica con Supermodel, Coraline, Bla Bla Bla o Gasoline, donde M?neskin imitaron con tibieza a Rammstein (para entendernos usaron un chisquero en lugar de un lanzallamas); tambi¨¦n recrearon la portada de Rattle And Hum de U2 en For Your Love (un foco manual persigui¨® a Thomas), para luego ponerse tiernos con temas en plan ac¨²stico como If Not For You (no habitual en sus directos) mostrando as¨ª una personalidad que el p¨²blico de antes definir¨ªa como trastorno de identidad disociativo que bascula entre Nek y Rage Against The Machine. Incomprensible para los mayores, natural en tiempos de listas de reproducci¨®n. Todo esto servido con el carisma de una banda que sabe que hoy la imagen tiene discurso y habla junto a la m¨²sica.
Tras el interludio ac¨²stico, de nuevo el chaparr¨®n de decibelios de la recta final, en la que repitieron I Wanna Be Your Slave, un canto a vivir la sexualidad sin complejos, y llenaron de fans el escenario en Kool Kids, mayormente chicas, no por t¨®picos, sino porque ocupando las primeras filas eran las m¨¢s entregadas y coloristas. Un ¨¦xito apabullante. M?neskin son la lluvia, y ante ella hay tres opciones: mojarse con alegr¨ªa, sacar el paraguas o quedarse en casa. Eso s¨ª, se haga lo que se haga, continuar¨¢ lloviendo en la ¨¦poca monz¨®nica. Al menos de momento.
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