Sant Cugat del Vall¨¨s, el exfeudo convergente que encarna la gran batalla independentista
Esquerra y Junts aparcan la reivindicaci¨®n independentista en campa?a, primando mostrarse como mejor gestor que el rival
Permitir la divisi¨®n horizontal de los chalets unifamiliares y as¨ª ampliar la oferta residencial. Esa es una de las propuestas estrella para los comicios de este domingo en Sant Cugat del Vall¨¨s (Barcelona) y revela la idiosincrasia del que hasta hace cuatro a?os fuera el laboratorio pol¨ªtico convergente. Ni el tercer municipio con m¨¢s renta per c¨¢pita de Espa?a (21.000 euros mensuales y 95.700 habitantes) se salva de la crisis del acceso a la vivienda. Es ahora Esquerra (junto con PSC y la CUP) el que capitanea una respuesta m¨¢s a la izquierda y las urnas decidir¨¢n si eso encaja en una poblaci¨®n que alardea de su exclusividad y tiene la movilidad como principal preocupaci¨®n.
¡°Con el rollo del socialismo se han llevado la vivienda social a las zonas premium y no hac¨ªa falta. ?No me malinterprete! Que cualquier zona de Sant Cugat es buena para eso¡±, explica Pere P., un ingeniero de 56 a?os y vecino de Valldoreix, uno de los 10 barrios en que se divide el municipio. Tambi¨¦n se queja de la congesti¨®n, mientras se?ala la Rambla de Ribatallada, una de las arterias del centro. La red de carril bici que inicialmente la alcaldesa Mireia Ingla (ERC) traz¨® enfureci¨® a vecinos, comerciantes e incluso los promotores de la bici alertaron de errores. En 2020, la alcaldesa tuvo que rectificar y volver a la secci¨®n inicial, con dos carriles. ¡°Y aqu¨ª no pasada nada. Igual, la pasta no es suya¡±, interrumpe otro vecino, de mediana edad, muy interesado en la charla de caf¨¦.
Las elecciones de 2019 dejaron un panorama in¨¦dito en Catalu?a: ERC, con el 23% del voto, desalojaba por primera vez en democracia al PDeCAT (entonces Junts a¨²n era una marca) del primer sitio del podio. Los neoconvergentes se tuvieron que consolar con ser la formaci¨®n con m¨¢s alcaldes (369, su gran mayor¨ªa en micropueblos) pero terceros en voto (15%) tras el PSC. La CUP perd¨ªa 100.000 votos con respecto a 2011. El llamado cintur¨®n rojo de Barcelona perd¨ªa el equilibrio del pasado: los republicanos ganaron terreno y los herederos de CDC ve¨ªan el colapso de sus bastiones hist¨®ricos, como Sant Cugat.
La partida en ese municipio enmarcado por el Parque Natural de la Sierra de Collserola dibuj¨® entonces el estado del independentismo y lo que pase all¨ª tambi¨¦n esboza el futuro a partir de este domingo. Pese al desgaste, Junts se mantuvo en 2019 como la lista m¨¢s votada (9), lo hab¨ªa sido ininterrumpidamente desde 1987. Y los republicanos tuvieron su mejor resultado hist¨®rico. Ni estar en medio del juicio a los l¨ªderes del proc¨¦s impidi¨® que ERC, CUP y el PSC (sumaban conjuntamente la m¨¢gica cifra de 13, la mayor¨ªa absoluta) pactaran para permitir un cambio tras m¨¢s de tres d¨¦cadas de dominio convergente, salpicados por casos de financiaci¨®n ilegal a cambio de obra p¨²blica en el municipio como el de las comisiones del 3% o el Palau de la M¨²sica.
Socialistas y republicanos sumaron tambi¨¦n en Figueres (Girona) para desalojar a los convergentes del poder. Junts hizo lo propio en Vilafranca del Pened¨¨s y Calella (Barcelona). Hasta en 34 poblaciones ambas formaciones no respetaron la lista m¨¢s votada. En Manresa (76.000 habitantes), ERC gan¨® solo por 13 votos a sus rivales independentistas. El movimiento que m¨¢s doli¨®, sin embargo, fue el pacto en la Diputaci¨®n de Barcelona: socialistas y republicanos empataron en la primera posici¨®n en n¨²mero de diputados y Junts opt¨® por los primeros para formar gobierno. ERC pudo llegar a las alcald¨ªas de Tarragona y Lleida, lo que le dio la llave tambi¨¦n de los respectivos gobiernos provinciales. No est¨¢ claro que los retengan.
A la promesa, hace cuatro a?os, de hacer las cosas de manera ¡°distinta¡± le ha llegado la hora de la prueba de estr¨¦s. En ERC enarbolan la ¡°gobernanza republicana¡±, un concepto en el que se refugiaron tras el fracaso del 1-O y que busca dar ¨¦pica a una gesti¨®n eficiente, luciendo que nunca han tenido un caso de corrupci¨®n y de car¨¢cter progresista. Ese ¡°nuevo centro¡± se confronta en un Sant Cugat que creci¨® como laboratorio de ideas para la administraci¨®n local convergente y vivero de exconsejeros y altos cargos. All¨ª fue concejal el exvicepresidente Jordi Puigner¨®, cuyo cese el a?o pasado por parte del president Pere Aragon¨¨s no solo desencaden¨® el fin de la coalici¨®n de Govern sino tambi¨¦n que abri¨® la veda al enfrentamiento directo entre los partidos.
La base angular del modelo a escala humana de Sant Cugat ha sido el f¨¦rreo control de la edificabilidad, evitando grandes edificios. La promesa de una vida acomodada con toque buc¨®lico pero a menos de media hora en coche de Barcelona contin¨²a y en los ¨²ltimos 20 a?os su poblaci¨®n ha crecido un 81%. Una investigaci¨®n del Grupo de Estudios sobre Energ¨ªa, Territorio y Sociedad de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona revel¨® que entre 2015-2020 los inmigrantes con una alta cualificaci¨®n profesional son el colectivo que m¨¢s aterriza en el municipio, incluso en los barrios m¨¢s caros. S¨®lo un 15% de los vecinos han nacido en Sant Cugat y son los j¨®venes de hasta 30 a?os sin estudios superiores los m¨¢s expulsados de la ciudad con los alquileres 50% m¨¢s caros que la media del entorno.
La defensa del legado convergente llega dividido a las urnas. A diferencia de otros municipios como Barcelona, all¨ª Junts y PDeCAT no van juntos. Los neoconvergentes, bajo la denominaci¨®n Pacte Local, presentaron un total de 181 candidaturas. Junts, 728. Las familias de lo que un d¨ªa fue Converg¨¨ncia siguen sin acomodarse tras el cisma que en 2020 forz¨® Carles Puigdemont. El car¨¢cter independiente de Josep Maria Vall¨¨s, el cabeza de cartel de Junts, le ha dado margen de maniobra entre las sensibilidades y surfear, por ejemplo, la divisi¨®n interna sobre el futuro de Laura Borr¨¤s. Su ¨¦xito depende sobre todo de que al actual tripartito le falle la aritm¨¦tica. La direcci¨®n del partido no pondr¨¢ problemas para que, con tal de atajar a ERC, se pacte con el PSC donde sea posible.
Que ERC, PSC y CUP, fueran incapaces de ponerse de acuerdo con el Presupuesto de este a?o y los errores en los c¨¢lculos de ingreso da alas a sus cr¨ªticos. O la gesti¨®n de la basura, el segundo problema seg¨²n la encuesta municipal. El Ejecutivo asegura que los convergentes nunca actualizaron las condiciones de las contratas de servicios clave para ahorrar y la correcci¨®n con las necesidades actuales es m¨¢s cara. Vall¨¨s, pide poner fin al ¡°retroceso¡± y espera rentabilizar el descontento, apelando al ¡°modelo¡± de los los exalcaldes convergentes. Ingla justifica su obra de Gobierno para ¡°adaptar la f¨®rmula y poder garantizarla en el futuro¡±: ¡°Queremos una ciudad donde nuestros hijos y nuestras hijas puedan quedarse a vivir¡±, sintetiza la republicana aunque no haya puesto la primera piedra a ninguna nueva promoci¨®n de alquiler asequible -si hay planes para el pr¨®ximo mandato- y sacando pecho de dejar de haber sacado del armario la oficina municipal de la vivienda.
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