Catalu?a tendr¨¢ una escuela de campaneros en la Garrotxa
Su sede ser¨¢ el campanario de Joanetes y la voluntad es preservar y recordar el patrimonio inmaterial del sonido de las campanas
El campanario de la iglesia de Sant Rom¨¤ de Joanetes, uno de los siete pueblos de La Vall d¡¯en Bas (la Garrotxa), ser¨¢ la sede de la Escuela de Campaneros que se espera abra sus puertas en oto?o. El curso ser¨¢ un s¨¢bado al mes durante un a?o. Su art¨ªfice, Xavier Pall¨¤s, m¨²sico y campan¨®logo, defiende la importancia de la personalidad del toque de campana que puede hacer un campanero, en un momento en el que muchos campanarios se han automatizado.
Pall¨¤s ha encontrado en el alcalde de la Vall d¡¯en Bas, Llu¨ªs Amat, un defensor de la cultura, el aliado perfecto para este proyecto. La escuela ser¨¢ posible gracias al convenio entre el Consistorio, la Cofrad¨ªa de Campaneros y Carrillonistas de Catalu?a y el Obispado de Girona. La raz¨®n de ser de la escuela es clara: ¡°Para mantener vivo el patrimonio inmaterial y material, conservarlo y tenerlo protegido lo bueno ser¨ªa que cada campanario tuviera su campanero¡±, sostiene Pall¨¤s. El 30 de noviembre, la UNESCO declar¨® el toque manual de campanas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Todo ello deber¨ªa permitir salvaguardar una tradici¨®n que peligra de perderse.
Pall¨¤s fue director de la escuela de m¨²sica municipal durante ocho a?os y ahora es profesor. A los 10 a?os ingres¨® en la Escolan¨ªa de Monserrat. En 2019, tras una d¨¦cada de trabajo, public¨® un inventario de los 180 campanarios y las 213 campanas de la Garrotxa. El libro incluye una ficha arquitect¨®nica e hist¨®rica de cada campanario, y un c¨®digo QR que permite o¨ªr el toque de las campanas. Su formaci¨®n musical -considera instrumentos musicales a las campanas-, le llev¨® a hacer el inventario, pero tambi¨¦n ver que era un elemento nada estudiado del patrimonio. ¡°Los libros de iglesias pocas veces hablan de las campanas, hay gran desconocimiento. Cuando subes a la torre eres de los pocos que en muchos a?os lee las inscripciones de las campanas, su a?o de fundici¨®n, su decoraci¨®n, y te sientes como un explorador del patrimonio¡±, explica. Empez¨® a t¨ªtulo personal en 2009 porque vio que en los campanarios hab¨ªa un patrimonio muy importante, material e inmaterial cada vez en peor estado por el abandono de las campanas, a pesar de sonar electr¨®nicamente.
¡°Si el patrimonio no est¨¢ vivo, no se va a proteger¡±, sostiene. La misi¨®n de la escuela ser¨¢ ense?ar a tocar y a recuperar los toques con el uso de t¨¦cnicas tradicionales y a conservar las campanas, traspasando los conocimientos necesarios para saber hacerlas hablar bien¡±, apunta. ¡°Hay diferentes idiomas de campanas, los de Castilla o Italia son diferentes a los de Catalu?a. Adem¨¢s, cada pueblo ten¨ªa su propio dialecto, b¨¢sicamente porque era de transmisi¨®n oral¡±, detalla Pall¨¤s. Hab¨ªa toques diferentes si el difunto era hombre, mujer o ni?o, si viv¨ªan en la urbe o en una mas¨ªa y si era de una u otra clase social. ¡°Si conoc¨ªas a los vecinos, solo con el repicar pod¨ªas llegar a deducir quien era el difunto¡±, asegura.
Algunos campaneros ten¨ªan un consueta, una especie de libreta en la que apuntaban los toques de campanas. Hab¨ªa gran variedad, tanto de lit¨²rgicos como civiles. A lo largo de la historia la gente de los pueblos se movilizaba por el toque de las campanas. ¡°Fue el primer sistema de comunicaci¨®n¡±, apunta Amat. El sonido de las campanas pod¨ªa comunicar una boda, bautizo o un entierro, pero tambi¨¦n alertaba de amenazas como un incendio, una tormenta, o tocaban a somat¨¦n ¨Cestaban en peligro por alg¨²n ataque-. Anunciaban incluso que llegaba el pescadero.
El principal objetivo del ide¨®logo de la escuela es recrear la figura del campanero que se perdi¨® con la mecanizaci¨®n de los campanarios en el siglo XX. Hace cuatro a?os construy¨® una silla de campanero, que permite tocar con manos y pies cuatro campanas a la vez. Pall¨¤s aprendi¨® a tocar gracias a varios campaneros, entre ellos el de Joanetes, Lloren? Llongarriu, muerto en 2021. Aunque en localidades como ?s de Balaguer, Cervera o Les Borges Blanques organizan cursos para aprender a tocar las campanas de sus municipios, la nueva escuela debe ser la herramienta que permita que haya gente que sepa tocar campanas de muchas m¨¢s iglesias.
La sede estar¨¢ en Joanetes porque ¡°no todos los campanarios tienen cuatro campanas como ¨¦ste, ideal para dar un curso tanto por la cantidad como por su estado de conservaci¨®n¡±, dice. Adem¨¢s, gracias a una subvenci¨®n de la Diputaci¨®n y a otra de la Vall d¡¯en Bas, se han restaurado las campanas, se ha reforzado la aguja del campanario y se ha mejorado la seguridad, con unas barandillas. La parte pr¨¢ctica se har¨¢ en el campanario y la te¨®rica en un local municipal.
No quedan campaneros en la comarca que toquen peri¨®dicamente, solo personas que lo hacen de vez en cuando, por ejemplo en fiesta mayor. La escuela ha generado mucho inter¨¦s en toda Catalu?a. ¡°Tanto, que no creo que puedan caber todos en un curso¡±, admite Pall¨¤s.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.