S¨®nar 2023: 30 a?os no es nada y febril la mirada

Cuando crees que despu¨¦s de 30 a?os ya nada te puede sorprender en el S¨®nar, zas, ah¨ª van novedades. Entrar esta tarde de jueves en el S¨®nar de d¨ªa, con las ganas de reencuentro de siempre, te dejaba descolocado. Han cambiado la orientaci¨®n del escenario principal, el Village, y ahora est¨¢ puesto a lo largo de la plaza del Univers en vez de transversal, y adem¨¢s todo cubierto. El espacio de restauraci¨®n con los food trucks ha sido trasladado al interior del pabell¨®n donde se encuentra el Hall (con lo que puedes comer sin o¨ªr m¨²sica, lo que facilita la digesti¨®n). Los puestos de bebidas del exterior est¨¢n alrededor del Village. La disposici¨®n resulta m¨¢s l¨®gica y arm¨®nica (y se evita la soleada tradicional), pero como sintetiz¨® un espectador que llegaba ya algo torrefacto, ¡°s¨®lo falta que me lo cambien todo, con la cabeza que llevo¡±.

La otra gran novedad es la experiencia inmersiva creada con Inteligencia Artificial para conmemorar el aniversario y que no hay que dejar de ver si quieres saber lo que pueden hacer juntos una IA y Sergi Caballero. Claro que conociendo al susodicho caballero, capaz en anteriores avatares art¨ªsticos de apropiarse de cuadros ajenos y firmarlos o de vender los que hab¨ªa pintado un caballo, uno tiene sus dudas de que Sergio no le haya robado la cartera a la IA. Cuidad¨ªn, que ya se vio lo que pod¨ªa hacer un HAL molesto.

Titulada con gran h¨¢lito ¨¦pico Processing¡­ 30 years of S¨®nar y descrito en plan Barnum como ¡°cautivadora experiencia que sumerge al espectador en un hipn¨®tico viaje a lo largo de 39 minutos de pura inmersi¨®n audiovisual¡±, la propuesta es una video instalaci¨®n ¡°que transporta a los universos visibles generados por la IA a partir de las im¨¢genes ic¨®nicas creadas en 30 a?os de S¨®nar¡±. Hay que guardar pacientemente cola para entrar y esta tarde el ambiente, con alguna notable excepci¨®n fiestera, era de reconcentrada expectaci¨®n intelectual tipo estreno en los Verdi. Delante de quien firma hab¨ªa un joven franc¨¦s que fumaba un cigarrillo rubio con filtro, algo sumamente exc¨¦ntrico en un festival en el que se pasean suministradores autorizados de papel de fumar OCB.

La obra audiovisual de celebraci¨®n de los 30 a?os, puedes seguir leyendo mientras esperas, ¡°combina la visi¨®n art¨ªstica de Sergio Caballero con la m¨²sica de Fennesz, habitual del festival¡±. De la IA se ha hecho cargo Franc Aleu. El trabajo se proyecta en sesi¨®n continua en un espacio oscuro con una gran pantalla frente a la que hay que acomodarse en el suelo provistos con unos cascos que emiten la banda sonora y cuyo volumen puedes graduar. Lo que se ve son im¨¢genes en las que reconoces motivos de las distintas campa?as del festival creadas por Caballero, pero sometidas a un proceso de deconstrucci¨®n que aplaudir¨ªa Francis Bacon: mientras la m¨²sica tecno resuena en tus orejas (puestos a hacer vale la pena darle ca?a al volumen), personajes y paisajes parecen palpitar ante tus ojos, moverse, girar, distorsionarse, retorcerse y descomponerse expansivamente hasta adquirir una materialidad surrealista. Para igualar el efecto delicuescente y psicod¨¦lico de lo que se ve har¨ªan falta varios tripis. Tienes esa sensaci¨®n como de novela de Lovecraft de que algo est¨¢ mal en el universo.

El caso es que se reconocen cosas, como las animadoras del S¨®nar 2013, los fantasmas de 2010, los gemelos del 2015, el Carlos Enric de 2003, los gatos del 2016, o la Pajarraca de 2008, pero solo un rato y luego mutan. Quien firma no ha podido discernir si salen Maradona y el perro disecado, al parecer, no. Las im¨¢genes distorsionadas pueden acaso corresponder al recuerdo que sin duda se llevan algunos del festival, a la vista de c¨®mo van. As¨ª que la experiencia inmersiva bien puede ser un homenaje a los seguidores m¨¢s entregados. Es verdad que intentas recordar cosas del S¨®nar de esas tres d¨¦cadas y como que se te han borrado.

¡°?Jes¨²s¡±, sintetiz¨® un hombre maduro que llevaba en sus carnes muchos s¨®nars. Una joven con una camiseta con la inscripci¨®n Evil take many forms parec¨ªa desconcertada. Al salir se tarda en reacondicionarte a la realidad. Si has apurado la experiencia en sus intensos 39 minutos y con el sonido a tope no es buena idea que te metas en el Mercedes de alta gama que est¨¢ para probar su equipamiento musical ah¨ª cerca: igual vomitas dentro y la montas. Tampoco se recomienda explorar la instalaci¨®n que convierte el aire en sonidos y olores raros. Por cierto los lavabos del festival han arrojado una curiosa imagen al haber mucha m¨¢s cola en los masculinos (marcados ¡°Man / non binary¡±) que en los femeninos. ?Ser¨¢ tendencia?

Sea como sea, al anochecer el nuevo Village mostraba un aspecto fenomenal: sonaba el house afropolitano de Black Coffe, se hab¨ªan encendido ristras de lucecitas de colores y la gente que llenaba todo el espacio cubierto como un gigantesco entoldado bailaba con una entrega hedon¨ªstica contagiosa. S¨®nar: ?30 a?os no es nada!

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