La reconquista de Barcelona

Con la gravedad del momento en el rostro, Jaume Collboni recuper¨® para el PSC la alcald¨ªa de Barcelona gracias al voto sin contrapartidas de los comunes y del grupo popular, propiciando as¨ª la noticia m¨¢s positiva de la jornada para el PSOE. El giro de guion cogi¨® por sorpresa tanto a Xavier Trias como a Ernest Maragall, que acababan de pactar un acuerdo en l¨®gica de frente independentista. ERC sale del envite como doblemente perdedora: los resultados electorales dieron a Trias la primac¨ªa que ¨¦l tuvo en 2019 y no pudo aprovechar, y ahora que se dispon¨ªa a entrar como fuerza secundaria en el Gobierno municipal, Maragall se queda con la banda descompuesta, en la oposici¨®n. La estrategia de Oriol Junqueras de ampliar la base republicana a costa del PSC en el ¨¢rea metropolitana recibi¨® ayer una estocada y su decisi¨®n de volver a supeditarse a la estrategia de Junts le ha servido de bien poco.

En una tarde absolutamente emocional, tanto Trias como Maragall utilizaron expresiones desabridas para transmitir la idea de que el acceso de Collboni a la alcald¨ªa era indigno y de alg¨²n modo ileg¨ªtimo, por aceptar los votos del PP, prescindiendo en el caso de Trias de que tambi¨¦n ¨¦l estaba dispuesto a aceptarlos si los necesitaba, y que quer¨ªa pactar con Collboni para echar a Colau. Se entiende su contrariedad, pero el discurso de Trias, que comenz¨® diciendo que sus oponentes no sab¨ªan perder, demostr¨® que ¨¦l tampoco.

Para el PSC, la alcald¨ªa de Barcelona era un objetivo pol¨ªtico de primer orden y su reconquista ten¨ªa mucho de emocional para sus dirigentes. Desde la recuperaci¨®n de la democracia el PSC ha sido el partido que ha dirigido la pol¨ªtica municipal, y aunque siempre ha necesitado y contado con la colaboraci¨®n de las sucesivas marcas herederas del PSUC, se considera el art¨ªfice del ¨¦xito de la ciudad en el escenario global. Despu¨¦s de tantos a?os de liderazgo, que Xavier Trias le arrebatara la alcald¨ªa en 2011 no dejaba de ser para ellos una anomal¨ªa, por m¨¢s que respondiera a la l¨®gica de la alternancia democr¨¢tica. Pero que Ada Colau se hiciera con la alcald¨ªa en 2015 era para el PSC un grave accidente que pon¨ªa en cuesti¨®n su larga hegemon¨ªa en un momento en que la vieja pol¨ªtica bipartidista estaba en crisis. Recuperarla hace menos empinada la cuesta de Illa a la Generalitat.

Una vez fracasada la propuesta de un gobierno tripartito de izquierda con un pacto para alternarse en la alcald¨ªa, y situados contra las cuerdas por la exigencia del PP, la l¨®gica llevaba a los comunes de Ada Colau a facilitar el nombramiento de Collboni y dar as¨ª alas al t¨¢ndem Pedro S¨¢nchez-Yolanda D¨ªaz, pero sin participar en el pacto. Dolida por la actitud del socialista en campa?a, Colau le devolvi¨® ayer un dardo desvelando que le hab¨ªa propuesto un pacto secreto que no hab¨ªa querido aceptar, lo que era una acusaci¨®n de conducta no fiable. La advertencia final de Colau de que no podr¨¢ gobernar en solitario indica que la partida no ha terminado. Collboni logr¨® la alcald¨ªa pero no lo tendr¨¢ f¨¢cil. La segunda parte, a partir del 23-J.

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