¡®Vessel¡¯, uno de los espect¨¢culos de danza m¨¢s esperados del Grec transport¨® al p¨²blico de la embriaguez visual al letargo

El comienzo de Vessel es de los m¨¢s impactantes que se pueda imaginar y resulta de una belleza casi sobrenatural. La pieza nace de la fusi¨®n de dos talentos, el del core¨®grafo y bailar¨ªn franco belga Damient Jalet y el del artista pl¨¢stico japon¨¦s Koei Nawa, que explora la relaci¨®n entre el mundo natural y artificial. Se conocieron en una estancia de Jalet en Villa Kujoyama, un centro de creaci¨®n art¨ªstica pluridisciplinar franco japon¨¦s creado en Kioto para acoger creadores emergentes que desarrollan alg¨²n proyecto relacionado con el pa¨ªs oriental.

A lo largo de Vessel a alg¨²n espectador le vino a la memoria cuando se vio por primera vez en Barcelona en 1983 al grupo japon¨¦s Sankai Juku. Aunque los int¨¦rpretes que bailan este espect¨¢culo no practican la danza butoh, su espiritualidad relaciona ambas compa?¨ªas.

Vessel se desarrolla en el escenario de la Sala Mac del Mercat de les Flors, presidido por una isla que a lo largo de la obra pasa de estado s¨®lido a gaseoso y es obra de Kohei Nawa. Alrededor de la misma, siete bailarines desnudos forman un cuerpo colectivo; nunca se les ve el rostro. Es dif¨ªcil explicar c¨®mo se retuercen sus cuerpos y las formas que adoptan. El p¨²blico se imagina a seres no humanos m¨¢s cercanos a los animales o a habitantes de otro planeta. Sin embargo, a causa de la reiteraci¨®n de las figuras, parte del p¨²blico entr¨® en un letargo tedioso. Vessel se inspira en Kojiki, un libo mitol¨®gico japon¨¦s que expresa el conflicto entre el cuerpo y el esp¨ªritu a trav¨¦s de una danza ¨²nica. La atm¨®sfera de la pieza es perturbadora, algo que enfatizan la m¨²sica electroac¨²stica de Marihiko Hara y obras del recientemente desaparecido Ryuichi Sakamoto.

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