El Liceu abraza la sangrante y sensual ¡®Poppea¡¯ de Bieito
Jordi Savall asume la direcci¨®n musical de la ¨®pera de Monteverdi que se representar¨¢ hasta el d¨ªa 21
La pantalla gigante sobre el escenario muestra al cantante que interpreta al personaje de S¨¦neca en una ba?era llena de sangre con el brazo un poco alzado simulando su suicidio. Poco antes, hab¨ªa mostrado una cuchilla insinuando su final. La Incoronazione de Poppea, de Claudio Monteverdi, que est¨¢ considerada como una de las primeras grandes ¨®peras, se estrena en el Teatro del Liceu bajo la puesta en escena tan sangrante como sensual de Calixto Bieito y con la direcci¨®n musical del maestro Jordi Savall que dirigir¨¢ la Orquesta Le Concert des Nations. La obra se representar¨¢ seis funciones hasta el d¨ªa 21. Luca Guglielmi sustituir¨¢ a Savall por razones de agenda las tres ¨²ltimas funciones..
Nunca hasta ahora el Liceu hab¨ªa logrado juntar en una misma producci¨®n a Bieito, que regresa al teatro despu¨¦s de 10 a?os, con el c¨¦lebre director de orquesta. V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director art¨ªstico del teatro, dijo durante la presentaci¨®n estar ¡°maravillado¡± por tener a la vez a dos ¡°titanes de la m¨²sica¡± en esta producci¨®n procedente de la ?pera de Z¨²rich de 2018. La obra, la ¨²ltima compuesta por Monteverdi, apela a las obsesiones y a la vanidad de unos personajes al l¨ªmite en la historia de amor entre Ner¨®n (el contratenor Davis Hansen) y Poppea (la soprano francesa Julie Fuchs) que logra tras todas sus perversas manipulaciones ser emperatriz forzando el destierro de Ottavia.
Bieito explica que cuando le ofrecieron la direcci¨®n de escena de la Incoronazione de Poppea pens¨® que adem¨¢s de estar llena de ¡°hits¡± como los Beatles era como un un buen Shakespeare en el que no faltan dosis de ¡°violencia, amor, sexo, poes¨ªa y buena m¨²sica¡±. Y tambi¨¦n de ¡°poder, lujuria, vanidad o celos¡±. ¡°Como dice Francis Bacon, uno no empieza a ser un artista verdadero hasta que no olvida su vanidad¡±, remacha. Y pens¨® que la mejor forma de mostrar la de esos personajes era llenar el escenario de pantallas. ¡°Pens¨¦: ¡®Vamos a hacer el m¨¢ximo de video¡¯. La vida es un selfie¡±.
Tengo el deber moral de decir que no comparto el uso exagerado e innecesario de tanta violencia gratuita¡±, dijo Savall en la presentaci¨®n
La puesta en escena, de Rebecca Ringst, es revolucionaria porque pone el Liceu patas arriba. El teatro ha tenido que retirar las dos primeras filas de la platea para situar unas 150 butacas de p¨²blico sobre el escenario. La orquesta no est¨¢ en el foso: est¨¢ casi al mismo nivel que los cantantes que act¨²an sobre una pasarela ovalada ¡ªen momento que los cantantes desfilan para hacerse fotos¡ª, en cuyo interior est¨¢n los m¨²sicos. Y cubriendo los palcos de los proscenios penden siete pantallas en que se proyecta la la obra, que proyecta tanto momentos violentos como a cantantes en ba?eras llenas de espuma y pompas de jab¨®n jugando con el erotismo. ¡°Las pantallas no distraen: la gente est¨¢ acostumbrada a escribir, a hablar con el m¨®vil y mirar la tele a la vez¡±, apunt¨® Bieito.
¡°Es muy interesante y original poner a la orquesta en medio de la escena¡±, apunta Savall, que subraya su pasi¨®n por la m¨²sica de Monterverdi de quien destac¨® la modernidad de su lenguaje y de juntar m¨²sica y canto como hac¨ªan los antiguos griegos. Y agrega que esta ¨®pera, la primera sobre personajes hist¨®ricos, permite dos lecturas: una cr¨ªtica mordaz de la sociedad veneciana del siglo XVII, minada por la ¡°corrupci¨®n y por la ¡°decrepitud moral¡±, y otra que elogio a quienes ostentan el poder.
La sangre es protagonista en esta Poppea y Savall expuso que ten¨ªa el ¡°deber moral¡± de decir con claridad que pese a su respeto por ¡°la imaginaci¨®n¡± de Bieito no comparte el ¡°uso exagerado e innecesario de tanta violencia gratuita¡±. ¡°Yo har¨ªa un par de asesinatos menos pero est¨¢ muy bien¡±, brome¨® diciendo en la presentaci¨®n ante Bieito que encaj¨® el comentario como un di¨¢logo entre dos artistas. ¡°Estoy muy contento de que Savall haga esta ¨®pera. Hace muchos a?os que le sigo y no tengo ninguna pega¡±.
Bajo la premisa de que en el Barroco se alcanz¨® la m¨¢xima expresi¨®n del ¡°teatro musical¡±, Hasen asegur¨® que en Zurich el p¨²blico sigui¨® la ¨®pera abriendo los ojos como platos. Justo al final, la sangre, que chorrea tantas veces y por tantos rostros, da paso a personajes ahora con alas. Tras del apote¨®sico d¨²o final entre Ner¨®n y Poppea, de Pur ti miro, pur ti godo, considerado el primero de amor en la historia de la ¨®pera ¡ªdespu¨¦s en la vida real no acaba tan bien¡ª, cae una lluvia de papelitos y de globos dorados en forma de corazones el p¨²blico que sigui¨® el ensayo se los llev¨® a casa tan feliz.
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