El viaje de las ¡®mulas¡¯ de Per¨² a Espa?a: ¡°Vienes como turista, y a los cinco d¨ªas se te entrega el dinero¡±
Una investigaci¨®n judicial a la que ha accedido EL PA?S destapa c¨®mo una organizaci¨®n capta y alecciona a mujeres para traer coca¨ªna en avi¨®n con ayuda de personal del aeropuerto de Lima
Las mulas son el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil del tr¨¢fico de drogas internacional, m¨¢s v¨ªctimas que verdugos: tratadas como animales de carga, viajan en avi¨®n transportando droga en el interior de su cuerpo hasta Europa. La recompensa para ellas (la mayor¨ªa son mujeres) es m¨ªnima; el riesgo, m¨¢ximo: si las descubren en el aeropuerto de salida o de llegada, muy probablemente acaben entre rejas. Son piezas esenciales, aunque intercambiables, de un engranaje opaco. El caso Nana, una investigaci¨®n judicial a la que ha accedido EL PA?S, permite vislumbrar c¨®mo se organiza el tr¨¢fico de mulas en Espa?a, desde la captaci¨®n en Per¨² hasta el adiestramiento para el vuelo, pasando por los contactos en el pa¨ªs de origen.
Los secretos han quedado al descubierto gracias a las expl¨ªcitas conversaciones que una mujer, Jasmenn Katherin O., alias Martina, mantuvo durante meses en el interior de su coche sin saber que la polic¨ªa las estaba escuchando. Martina es la l¨ªder de un grupo asentado en Barcelona que capta a mujeres peruanas y colombianas para explotar su cuerpo como mulas, pero tambi¨¦n como prostitutas. Las chicas son, como la coca¨ªna, una materia prima m¨¢s que debe adquirirse. Y el primer paso es convencerlas de que hagan el viaje. Son reclutadas entre personas en situaci¨®n econ¨®mica o personal fr¨¢gil, a menudo por poco m¨¢s de 1.000 d¨®lares, cantidades rid¨ªculas frente al negocio multimillonario del narcotr¨¢fico, pero enormes cuando se trata de mantener a una familia.
En abril de 2022, el grupo contact¨® con una mujer de Pereira (Colombia) que hab¨ªa sufrido depresi¨®n y le ofreci¨® ¡°un buen contrato de trabajo¡± en Barcelona: 1.200 euros al mes por cuidar ni?os y ancianos. Martina le dijo que deb¨ªa hacerse pasar por turista y decir que se alojar¨ªa en un albergue de Chueca. Le envi¨® los billetes y la chica lleg¨® sin m¨¢s problemas a Barajas, donde la esperaba, dir¨ªa despu¨¦s, un hombre ¡°alto y corpulento¡± que le dio un billete de AVE para dirigirse a un piso de Barcelona. All¨ª estaba Martina. Hasta entonces hab¨ªa sido un encanto, pero mostr¨® su rostro m¨¢s siniestro. La acompa?¨® ¡°a comprar zapatos de tac¨®n¡± y le quit¨® el pasaporte porque le deb¨ªa ¡°2.000 d¨®lares de los pasajes¡±. Cuando lleg¨® el primer cliente y tuvo que mantener relaciones sexuales con ¨¦l, la mujer comprendi¨®.
La v¨ªctima logr¨® escapar del local a los pocos d¨ªas gracias a un despiste y denunci¨® los hechos en comisar¨ªa. Se convirti¨® en X37, testigo protegido y origen de una investigaci¨®n que llev¨® a una jueza de Barcelona a intervenir el tel¨¦fono de Martina mientras ¨¦sta segu¨ªa persigui¨¦ndola por Telegram: ¡°Acu¨¦rdate de que puedo hacer matar a su familia. Matar en Colombia no cuesta ni la cuarta parte del pasaje¡±. Pero sus precauciones al usar el tel¨¦fono (¡°no vuelvas a llamar aqu¨ª¡±) llevaron a los investigadores a explorar una v¨ªa m¨¢s osada: instalar un dispositivo de captaci¨®n de audio en el Kia Carens que conduc¨ªa. Dieron en el clavo. A partir de noviembre de 2022, la locuacidad de la jefa y de todos los que subieron con ella al Kia dejaron al desnudo el funcionamiento de la organizaci¨®n.
¡°Don Arturo las cuida y las expurga¡±
El m¨¦todo para captar a las mulas combina la amenaza con la persuasi¨®n. En una conversaci¨®n con una candidata desde su Kia, Martina resume todo el proceso: ¡°En Per¨² vas a pasar sin ning¨²n problema, porque va a estar la misma gente de Latam [compa?¨ªa a¨¦rea] que te supervisa, un polic¨ªa te va a dar las pautas y te daremos otro tel¨¦fono para que te comuniques con nosotros. T¨² supuestamente vienes para nueve d¨ªas de turista con tu tarjeta de d¨¦bito a tu nombre. Una vez se vende [la droga] a los cinco d¨ªas ya tienes tu dinero y decides si te quieres ir o te quedas en Espa?a¡±.
El grupo cuenta con el apoyo de socios en Per¨², entre ellos uno al que llaman don Arturo, que asiste a las chicas (con ayuda de una enfermera) a la hora de ingerir o introducir las sustancias en su cuerpo y las acompa?a hasta el aeropuerto de Lima. ¡°Es un se?or mayor que no estafa. Yo le pago 1.000 d¨®lares y ¨¦l las cuida, las expurga, est¨¢ con ella los d¨ªas que tiene que estar, hace todo el trabajo¡±, dice satisfecha.
Con la mediaci¨®n de don Arturo, el 21 de noviembre llega a Madrid una chica con 1,5 kilos de coca¨ªna ¡°tragada¡± envuelta en condones, seg¨²n explica la investigada, que va a buscarla en coche a Barajas con otras dos personas. El viaje hasta Barcelona es un relato vivo de esas horas, en las que la mula sufre (¡°me duele mucho desde que sal¨ª del avi¨®n¡±) y Martina le da laxante para que expulse la sustancia en el lavabo de una gasolinera. ¡°Esto te va a llamar ahorita a cagar. Entras y te pones la bolsa. Te pones los guantes, pero no los laves. Yo con este agua los lavar¨¦ y los pondr¨¦ en la leche. Aguanta, ?vale? Todo esto lo has hecho por algo¡±.
El viaje ha sido un ¨¦xito a medias. El grupo, del que forman parte presuntamente nueve personas, pretende vender la droga (tarea de la que se encarga la pareja de la explotadora, Pedro C., un presunto miembro de los ultras del Bar?a) pero el mal olor de la sustancia lo hace dif¨ªcil. Martina, que no deja de organizar nuevos env¨ªos de mujeres, quiere probar suerte con el sistema que llama ¡°enmomiado¡±: la chica llevar¨¢ la coca¨ªna, bien ajustada, dentro de la ropa. Para eso necesita un sastre que le haga un traje a medida. Es cuidadosa en la preparaci¨®n con sus socios en Per¨²: ¡°Antes de poner la faja hay que ponerles un body. Trata de perfeccionarlo, viejo, porque si la palmas se nota. Nos estamos jugando la vida, la libertad¡±. Yocelin, la ¡°enmomiada¡±, iba a traer cuatro kilos, pero no sube al avi¨®n y no porque la hayan detenido. Martina est¨¢ furiosa: ¡°Le voy a cobrar sangre por sangre¡±.
¡°El polic¨ªa pide 2.500 euros¡±
La investigaci¨®n del caso Nana subraya que es un negocio internacional de cuyo ¨¦xito depende la colaboraci¨®n de funcionarios y trabajadores al otro lado del Atl¨¢ntico. En otra llamada con don Arturo desde el coche, Martina le pide que active a un contacto suyo, apodado El Raya, que es un polic¨ªa que ayuda a las chicas a pasar los controles sin dificultades. ¡°Este, el polic¨ªa, para subir a la chica pide 2.500 euros¡±. ¡°Yo quer¨ªa saber¡±, pregunta a otro colaborador, ¡°si en el cuerpo tu amigo el polic¨ªa la pod¨ªa dejar pasar¡±.
Los Mossos subrayan en sus atestados que el grupo ¡°utiliza siempre la misma compa?¨ªa¡±, Latam, donde la investigada presuntamente ¡°tendr¨ªa el favor personal¡± de algunos empleados. ¡°Yo juego con la misma gente de Latam, del coordinador y el gerente. Y con los de la rampa, que son los que aceleran el aro de metales¡±, dice de forma algo cr¨ªptica Martina, que tambi¨¦n habla con un tal Kemel para conseguir ¡°descuentos¡± en los billetes y otros favores. ¡°Necesito que la chica le saques un tour de viaje como si viniera a visitar lugares. Necesito que pasen s¨ª o s¨ª¡±.
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