Agresiones a profesores: ¡°Un alumno me empuj¨® por la escalera. Estuve tres semanas de baja, pero el mayor dolor fue el mental¡±
Los docentes alertan del aumento de la conflictividad en las aulas y de la falta de medidas correctivas. La Generalitat admite no tener un registro de los casos
Mayo de 2022 en un instituto del Baix Llobregat (Barcelona). Ese d¨ªa J. G. estaba de profesor de guardia cuando le avisan que un alumno se ha escapado y recorr¨ªa los pasillos gritando e insultando a otros profesores. El docente intent¨® barrarle el paso mientras el estudiante sub¨ªa las escaleras, pero este lo agarr¨® y lo empuj¨®. ¡°Me di un fuerte golpe en la espalda y estuve tres semanas de baja con una contractura. Pero no me hizo tanto da?o el dolor f¨ªsico como el emocional. Ten¨ªa p¨¢nico de volver al instituto y encontrarme con el alumno. De hecho, el primer d¨ªa que me lo cruc¨¦ me entr¨® una crisis de ansiedad que ni yo me reconoc¨ªa¡±, recuerda el docente.
El caso de este docente de secundaria, lamentablemente, no es aislado. Aunque no sean tan extremos ni notorios como el caso del alumno que mat¨® a un profesor con una ballesta en 2015, los docentes aseguran que cada vez son m¨¢s habituales las agresiones f¨ªsicas y/o verbales por parte de los estudiantes, pero tambi¨¦n de los padres. El Departamento de Educaci¨®n de la Generalitat, por su parte, asegura que no lleva un registro con las agresiones perpetradas por alumnos, aunque s¨ª entre adultos: 12 por curso. El colectivo docente se queja de que en muchas ocasiones se sienten desamparados y que los ataques quedan impunes. Asimismo, apuntan como una de las causas a la pandemia, que ha disparado los problemas emocionales entre los adolescentes, y reclaman m¨¢s personal cualificado para tratar estas patolog¨ªas.
J. B. denunci¨® su caso ante los Mossos. ¡°El alumno ya acumulaba otras denuncias. Es muy conflictivo, con una familia desestructurada y hab¨ªa protagonizado otros incidentes. Incluso hab¨ªa amenazado con una navaja a otro profesor. Pero como era menor de 14 a?os, no le pas¨® nada¡±, lamenta el docente. El centro s¨ª lo expuls¨® durante unos d¨ªas. ¡°Pero a veces tampoco es la soluci¨®n porque vuelven m¨¢s enfadados¡±, tercia el profesor. Y a?ade un lamento: ¡°Agredir a un profesor sale demasiado barato, y eso crea una sensaci¨®n de impunidad¡±.
¡°Atacar a un docente sale demasiado barato¡±, lamenta una v¨ªctima
Tambi¨¦n en un instituto del Baix Llobregat trabaja E.S. Al principio del curso pasado no pasaron ni cinco minutos de clase cuando una alumna la increp¨®. ¡°Cuando le ped¨ª que abriera la libreta, se levant¨®, se acerc¨® y me dijo que era una guarra. Ya me hab¨ªan advertido de que esta alumna ten¨ªa ciertos desequilibrios. Estuvo casi todo el curso sin venir, pero volvi¨® casi al final. Le ped¨ª que guardara el m¨®vil. Se me encar¨®, me cogi¨® las llaves y mes las tir¨®. Por suerte las esquiv¨¦¡±, recuerda la docente. Y a?ade que no fue la ¨²nica que tuvo problemas con esta alumna, ya que agredi¨® a otros profesores. ¡°No era una chica para estar en un instituto. De hecho, ara est¨¢ en un centro de menores¡±, remata.
A pesar de su corta trayectoria como docente de secundaria, M. A. ya ha vivido varios altercados. El primero, en un instituto concertado de Barcelona, con un grupo de alumnos de 2? de ESO que se dedicaban a boicotear la clase. ¡°Durante la hora de lectura, un alumno no dejaba de silbar y cuando iba a abrirle una incidencia, se levant¨®, me cogi¨® de la camisa y me empez¨® a zarandear y a gritarme ¡®hija de puta, qu¨ªtame la incidencia¡¯. Dos de ellos se levantaron y lograron quit¨¢rmelo de encima¡±, recuerda. En otras ocasiones, el alumno tambi¨¦n la amenaz¨® con pincharle las ruedas del coche. La docente explica que, en el mismo centro, otro estudiante hab¨ªa llegado a empujar por las escaleras a otro profesor. Seg¨²n M. A., uno de los problemas es la mala gesti¨®n de estos conflictos. ¡°Una tutora me dijo que no era para tanto. Y la directora dec¨ªa que no les hiciera caso. Incluso me pidieron que me disculpara ante el alumno para darle ejemplo. Le quitaban importancia y no tomaron medidas desde el principio¡±, lamenta.
Poco despu¨¦s, esta profesora se top¨® con otros conflictos en un centro del Vall¨¨s Occidental. ¡°Durante el recreo, advertimos a un alumno que no tocara un banco reci¨¦n pintado con los colores del arco iris. Entonces, empez¨® a insultarnos y a tocarse los genitales. Se acerc¨® un estudiante mayor, pero el otro se le encar¨® y le dijo que le dejara en paz o le pinchaba, y se meti¨® la mano en bolsillo¡±. Ella y otra docente lograron separar a los alumnos. Pero ese mismo d¨ªa, los padres de este adolescente fueron al centro por una incidencia con otro profesor el d¨ªa anterior. ¡°Entraron por la fuerza, recorriendo las aulas buscando al profesor. Otros maestros intentaron pararlos y entonces el padre los amenaz¨® con volver al d¨ªa siguiente y matarlos a todos. Los Mossos se llevaron a los padres y expulsaron al ni?o. Tambi¨¦n aconsejaron al profesor que se cogiera la baja unos d¨ªas, y esos d¨ªas sal¨ªa por la puerta de detr¨¢s del centro e iba siempre acompa?ado¡±, relata.
Aunque las agresiones no son mayoritarias, los docentes s¨ª admiten que cada vez son m¨¢s habituales y apuntan, como una de las causas, a los efectos de la pandemia. ¡°Ha habido un cambio a peor, hay alumnos con problemas mentales muy graves y que tienen conductas agresivas, y los tienes que tener en clase¡±, se queja E. S. con 16 a?os de experiencia. Tambi¨¦n lo corrobora J. G., que ha sufrido una agresi¨®n en sus 24 a?os como profesor. ¡°Les cuesta acatar las normas y ni ellos ni los padres aceptan que les pongas l¨ªmites¡±. Este docente tambi¨¦n lamenta que ¡°se ha perdido el respeto hacia la figura del profesor¡± y apunta como una de las causas a que los institutos tambi¨¦n son un reflejo ¡°de una sociedad cada vez m¨¢s violenta¡±.
Los docentes reclaman m¨¢s recursos en forma de personal especializado. ¡°Hay estudiantes con problemas y no se les est¨¢ ayudando. Si no ponen recursos los profesores acabaremos haciendo de monitores, psic¨®logos o enfermeros, cosas en que no estamos formados. Pero con grupos de 30 no se puede atender todas las necesidades de los alumnos. No los podemos ayudar ni salvar a todos¡±, remata J. G.
Sin recuento de casos
El Departamento de Educación asegura que no tiene contabilizados los casos de agresiones de alumnos a profesores. “Empezaremos este curso. Inspección y los servicios territoriales sí tienen un recuento de los expedientes abiertos”, asegura la secretaria general de Educación, Patrícia Gomà. En cambio, sí hay cifras de agresiones entre adultos: unas 12 por curso. Gomà asevera que no tienen constancia de que haya aumentado la conflictividad a raíz de la pandemia, pero admite que “el aumento de patologías mentales sí podría hacerlas aumentar”.
Desde el sindicato de Profesores de Secundaria se quejan de la desprotección que se encuentran los docentes. “Algunas direcciones prefieren tapar los casos y no hacer ruido por miedo a perjudicar la imagen del centro. Nosotros recomendamos poner una denuncia en los juzgados porque al menos se pueden pedir responsabilidades a los padres”, afirma su portavoz, Xavier Massó. “Algunas direcciones intentan minimizar los problemas o hasta te culpan diciendo que no sabes tratar a los niños o conectar con ellos. Hay demasiada permisividad y buenismo en los centros”, añade J. G.
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