Violencia contra los profesores: de la agresi¨®n f¨ªsica a la presi¨®n psicol¨®gica
La pandemia reduce la interacci¨®n directa en los centros educativos, pero las denuncias presentadas por los docentes se mantienen
¡°Eran las 9.10 y abr¨ª la puerta porque insist¨ªan mucho, pero le dije a una madre que no pod¨ªa pasar a la escuela. No me dio m¨¢s palabra, me agarr¨® del cuello, me ara?¨® y me zarande¨® mientras me insultaba. Yo no sal¨ªa de mi asombro porque no la conoc¨ªa de nada, pero tras alejarse volvi¨® y me agarr¨® otra vez del cuello hasta que un joven se interpuso y la fren¨®. Me hice pip¨ª encima¡±.
La profesora de infantil Elena (nombre ficticio) relata con tristeza la agresi¨®n que sufri¨® hace cinco a?os en una escuela de Granada. Denunci¨® y el juez conden¨® a su agresora a un a?o de prisi¨®n y 1.200 euros de multa, pero durante dos meses Elena acudi¨® a una psic¨®loga para aliviar su sentimiento de culpa y padeci¨® amenazas continuadas que hoy le impelen a preservar su identidad.
En el curso 2018-2019 ¨Del ¨²ltimo completo presencial¨D se contabilizaron 39.675 agresiones f¨ªsicas y verbales a los docentes de siete autonom¨ªas. A pesar de que una decena de regiones (el resto) y el Ministerio de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional carecen de datos que midan la evoluci¨®n de la violencia en las aulas espa?olas, s¨ª se observa una leve tendencia al alza en dos regiones con datos precisos registrados: la Comunidad Valenciana pas¨® de 1.192 agresiones a 1.600 entre 2017 y 2019, y Andaluc¨ªa de 30.748 a 33.745 en ese mismo periodo.
La pandemia, la educaci¨®n a distancia y las normas de prevenci¨®n de la covid que impiden a los padres entrar a los centros han reducido las agresiones f¨ªsicas y aumentado las psicol¨®gicas. ¡°En una hora y media un mismo padre te puede escribir seis correos con tono agresivo. Los padres te acosan por correo o tel¨¦fono porque los ex¨¢menes son muy dif¨ªciles o las notas no son las adecuadas. Lo que subyace, aparte de la falta de respeto hacia los funcionarios, es la presi¨®n para modificar notas para futuras carreras¡±, censura Laura Sequera, coordinadora estatal del Defensor del Profesor del sindicato Anpe. Entre las 1.594 actuaciones de este servicio, el ciberacoso de padres a docentes subi¨® del 2% (31 casos) al 5% (79 casos) entre el curso 2018/2019 y el ¨²ltimo curso, confinamiento incluido. Sin embargo, las agresiones f¨ªsicas permanecen: el ¨²ltimo episodio relevante fue un ataque a pu?etazos de tres alumnos a un profesor a las puertas del instituto Heliches en Olivares (Sevilla) hace dos meses.
¡°Anta?o la agresi¨®n no se ve¨ªa como una microcriminalidad, pero lo es. No exagero al decir que los profesores son h¨¦roes y al formar a futuros ciudadanos, deber¨ªamos cuidarlos y protegerlos m¨¢s. Un ni?o que recibe tacos y ense?a los dientes en su barrio reproduce ese comportamiento en clase, porque en el entorno escolar se da todo lo que se da en la calle¡±, opina Jos¨¦ Mar¨ªa Hern¨¢ndez-Carrillo, abogado que ha defendido a decenas de docentes v¨ªctimas de ataques durante 20 a?os. Para este letrado, el error clave es considerar los ataques como residuales y evitar recopilarlos, una excusa esgrimida por varias comunidades para eludir remitir datos a este diario. ¡°He visto profesores que aguantan mucho, pero llega un momento en que piden el cambio de destino¡±, a?ade.
El Ministerio de Educaci¨®n considera que el clima escolar es ¡°positivo, en l¨ªneas generales¡± y el pasado noviembre reactiv¨® el Observatorio de la Convivencia Escolar, destinado a reducir la violencia y mejorar el clima de entendimiento en la comunidad educativa. Pero este foro llevaba nueve a?os inactivo y solo se reuni¨® tres veces desde su creaci¨®n en 2007, lo que denota la dejadez de anteriores gobiernos.
Desde 2015 agredir a un profesor sale m¨¢s caro, porque el delito de atentado es contra una autoridad y puede acarrear hasta cuatro a?os de c¨¢rcel, pero esta medida no parece un factor de peso que haya frenado los ataques. ¡°La violencia es un fen¨®meno muy complejo, muy popular y que llama la atenci¨®n. Influyen factores psicol¨®gicos individuales y de grupo que son relevantes, al margen de que alguien piense que la profesi¨®n de maestro est¨¢ poco prestigiada. Qu¨¦ cosas tan nefastas debe tener el alumno en su cabeza para desafiar al profesor como autoridad¡±, reflexiona Rosario Ortega, catedr¨¢tica em¨¦rita de Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n en la Universidad de C¨®rdoba. En Andaluc¨ªa, m¨¢s del 30% de los docentes de centros p¨²blicos sufre cada a?o una agresi¨®n de alg¨²n tipo, seg¨²n la Junta, y de las 33.745 agresiones registradas en el curso 2018-2019, 12.683 fueron f¨ªsicas. ¡°La sociedad no tiene claro los l¨ªmites a la autoridad y el respeto¡±, censura la viceconsejera de Educaci¨®n andaluza, Carmen Castillo.
En la leve subida de agresiones en las comunidades con m¨¢s registros y el aparente deterioro de la convivencia pesa tambi¨¦n la mayor sensibilidad por parte de los docentes ante los incidentes, y que los mecanismos de denuncia de las administraciones est¨¢n m¨¢s engrasados. En Catalu?a, por ejemplo, la Generalitat solo contabiliza los ataques que se derivan en procedimientos penales en los juzgados, y estos se mantienen estables ¨Dsobre la veintena al a?o¨D en la ¨²ltima d¨¦cada. El sindicato Anpe dispone de un Defensor del Profesor, cuyos casos atendidos se han estancado en torno a 2.100 denunciados al a?o.
¡°El problema de las agresiones de padres viene porque el progenitor piensa en el ni?o como una propiedad, como antiguamente la mujer era propiedad del hombre, es un mito arrastrado. Los profesores en cambio han captado que los ni?os no son propiedad de nadie y aplican una educaci¨®n asertiva y emp¨¢tica¡±, ensalza la soci¨®loga Myriam Fern¨¢ndez, del Colegio Profesional de Ciencia Pol¨ªtica, Sociolog¨ªa y Relaciones Internacionales de Madrid. Y sobre los ataques de alumnos, critica: ¡°El profesor se ha convertido en un bur¨®crata que rellena expedientes y fichas continuamente, lo que le resta tiempo a la educaci¨®n en valores¡±.
Los expertos inciden en que el problema no es de seguridad p¨²blica, sino un reflejo de falta de educaci¨®n en las familias y de recursos, ratio y metodolog¨ªas en el aula, que provocan que el alumno se aburra en clase y desaf¨ªe la autoridad del docente. ¡°Este curso la convivencia es sustancialmente mejor al haber un problema de ¨¢mbito mayor como es la pandemia, la bajada de ratio y las medidas de distancia social que evita conflictos, varios directores me lo han relatado¡±, subraya Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez, inspector y vicepresidente de la Uni¨®n Sindical de Inspectores de Educaci¨®n (Usie) en Andaluc¨ªa.
Si tras la llegada de la democracia la administraci¨®n intent¨® erradicar la violencia de ciertos maestros hacia sus alumnos, m¨¢s tarde los esfuerzos se centraron en las agresiones entre los estudiantes. El ataque hacia los docentes carece de estudios cient¨ªficos rigurosos, seg¨²n Ortega, experta en violencia en las aulas.
En 2015 un alumno de 13 a?os mat¨® a un profesor armado con una ballesta y un machete en un instituto de Barcelona. Al d¨ªa siguiente, el ministerio en manos de Jos¨¦ Ignacio Wert convoc¨® un grupo de trabajo para revisar los protocolos de convivencia de las autonom¨ªas, pero la urgencia cay¨® en saco roto y no se tradujo en medidas concretas. ¡°Las agresiones a profesores ocurren con la suficiente frecuencia como para advertirnos de que no son una sucesi¨®n de hechos aislados, sino un fen¨®meno relevante que requiere de soluciones organizadas¡±, concluye el letrado Hern¨¢ndez-Carrillo, que atiende los casos del sindicato Comisiones Obreras.
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