Migrar para vivir en un micropueblo: ¡°Prefiero estar aqu¨ª que en Barcelona¡±
Familias de Ucrania, Siria o El Salvador echan ra¨ªces en pueblos diminutos gracias al programa piloto ¡®Oportunitat 500¡ä
El trabajo de personal de limpieza que Maril¨² Argueta (El Salvador, 40 a?os) ha tenido en Ulldemolins (Tarragona) se termin¨® este s¨¢bado. Durante un a?o, Argueta ha limpiado los edificios p¨²blicos de este pueblo de 422 habitantes, donde ha vivido con sus tres hijos gracias al proyecto piloto Oportunitat 500, puesto en marcha el pasado mes de octubre por la Asociaci¨®n Micropobles, el Departamento de Igualdad y el Servicio de Ocupaci¨®n de Catalu?a (SOC). ¡°Ahora ir¨¦ donde me salga trabajo¡±, cuenta en la peque?a plaza que corona una de las dos iglesias del pueblo.
La iniciativa ha sido una v¨ªa para que 28 familias de migrantes y refugiados de Ucrania, Siria o Venezuela, entre otros pa¨ªses, hayan podido desarrollar un proyecto vital en un entorno rural e intentar establecerse en los 28 pueblos de acogida de menos de 500 habitantes de Girona, Lleida, Tarragona y Barcelona. Sabina Kammoush (49 a?os) y sus tres hijos viv¨ªan en Alepo (Siria) antes de llegar a Bellaguarda (Lleida) huyendo de la guerra. ¡°Mi casa qued¨® completamente destruida por las bombas¡±, describe Kammoush .
El proyecto, dotado con cerca de un mill¨®n de euros del SOC, ha sufragado el trabajo de las personas beneficiarias y de los cinco t¨¦cnicos de seguimiento que han ayudado en la escolarizaci¨®n, la formaci¨®n y la b¨²squeda de empleo. Elena Fern¨¢ndez es quien ha acompa?ado a Argueta y Kammoush a lo largo de todo el proceso. ¡°Se ha demostrado que no es una utop¨ªa, que se puede dar a alguien la oportunidad de tener una vida y un trabajo si remamos todos en la misma direcci¨®n¡±, argumenta.
De las 28 familias que se sumaron al programa de acogida, las cinco procedentes de Ucrania han regresado al pa¨ªs y las otras 23 han conseguido establecerse en los pueblos con la ayuda de los t¨¦cnicos de seguimiento. Argueta y Kammoush, que han finalizado sus contratos como personal de limpieza con el que han pagado las casas donde viv¨ªan, buscan ahora otra ocupaci¨®n para echar ra¨ªces en el mundo rural.
Aunque el proyecto sea solo de un a?o y no garantiza que las personas acogidas se queden en los pueblos, el alcalde de Uldemollins, Sergi M¨¦ndez, se muestra satisfecho. ¡°Si hemos puesto nuestro granito de arena para que una persona tenga un poco de orden y paz en su vida, no podemos pedir m¨¢s. Pero ahora tienen que volar solos¡±, cuenta.
El alcalde explica que, adem¨¢s, la iniciativa ha servido para poner de manifiesto que en los pueblos tambi¨¦n se pueden desarrollar proyectos de vida si se cuenta con los recursos suficientes. ¡°Facilitar servicios como una escuela, un buen transporte p¨²blico y buena conexi¨®n atraer¨ªa a mucha gente que quiere vivir fuera de las grandes ciudades¡±, detalla. Ese era el otro objetivo del proyecto de Micropobles, alzar la voz del mundo rural, que representa el 3% de la poblaci¨®n de Catalu?a.
Durante el a?o de acompa?amiento, las personas beneficiarias pueden hacerse una idea de si merece la pena o no llevar una vida rural. ¡°Nosotros les hemos ense?ado a pescar, no les hemos dado el pescado. Estas familias tienen que encontrar despu¨¦s un trabajo con el que establecerse¡±, explica por tel¨¦fono Xavier Camps, responsable de la atenci¨®n de personas de Micropobles.
Tanto Argueta como Kammoush, que han aprendido catal¨¢n con los voluntarios de Oportunitat 500, prefieren la tranquilidad de la vida de los pueblos, pero la falta de vivienda, trabajo y otras carencias del entorno hacen que se planteen su marcha. ¡°Esto se parece mucho m¨¢s a mi pa¨ªs que una ciudad grande como Barcelona, pero sin tener un coche o un medio de transporte p¨²blico, a veces resulta complicado hasta hacer la compra¡±, explica Kammoush. La salvadore?a replica la situaci¨®n: ¡°Mi hija se tiene que levantar a las cinco de la ma?ana para coger el ¨²nico autob¨²s que va a Reus a las 7.30 horas¡±, cuenta.
Con el programa ya finalizado, Argueta se quedar¨¢ dos meses m¨¢s en la casa de Ulldemolins hasta que encuentre otra ocupaci¨®n como personal de limpieza, aunque mantiene la esperanza de que pueda quedarse un a?o m¨¢s si el SOC prorroga esta convocatoria. Kammoush podr¨¢ quedarse. Ha encontrado un trabajo para recoger almendras en el pueblo de al lado. ¡°Prefiero estar aqu¨ª que en Barcelona¡±, afirma.
La iniciativa de Micropobles puede desaparecer si en dos semanas el SOC as¨ª lo considera. ¡°Hemos demostrado que las personas no somos un n¨²mero y que merece la pena este tipo de apuestas sociales¡±, afirma Elena Fern¨¢ndez. Camps, mientras tanto, guarda cautela, aunque se muestra positivo: ¡°Hay pueblos de hasta mil habitantes que est¨¢n esperando para sumarse a esta iniciativa porque crea empleo, da vida y genera oportunidades para personas que vienen de un contexto complicado¡±. De momento, Argueta, Kammoush y las 21 familias restantes que han echado ra¨ªces en estos pueblos, han aprovechado su oportunidad.
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