Punto en boca en el Parlament

Si la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, hubiera estado este mi¨¦rcoles en el Parlament, le habr¨ªan estallado los pulmones de desasosiego. Hace un par de d¨ªas, presa ya de una zozobra importante, se quejaba de la ¡°clandestinidad¡± con la que, afirma, se est¨¢n llevando las negociaciones para la investidura de Pedro S¨¢nchez. Ni una palabra, ni una filtraci¨®n, ni apenas un indicio sobre la marcha de los contactos entre PSOE y Junts per Catalunya. Especialmente esos, que son los decisivos, dicen. Una ley del silencio que se ha extendido, tambi¨¦n, a los esca?os de la c¨¢mara catalana, donde socialistas y carlistas -de Carles Puigdemont- han hecho como si nada pasara, como si en lugar de asistir un momento pol¨ªtico clave, a finales de 2023, estuvi¨¦ramos en los a?os 90. El portavoz de Junts per Cat, Albert Batet, ha reclamado al presidente Pere Aragon¨¨s una reuni¨®n de la junta de seguridad de Catalu?a por el aumento de la delincuencia, mientras que Salvador Illa, l¨ªder del PSC, se ha felicitado por la instalaci¨®n en Mont-Roig del Camp de una empresa coreana que fabrica componentes de bater¨ªas. Todo esto como colof¨®n a preguntas a los consellers sobre los mejilloneros del Delta, las subvenciones a las actividades deportivas o el Museu Casteller. Cada tema tiene su importancia, pero es patente la sensaci¨®n de que los dos partidos coinciden en la estrategia de punto en boca.

Una discreci¨®n que no s¨®lo inquieta a Gamarra, sino de manera evidente a Esquerra Republicana, que lleva muy mal su papel secundario. Los republicanos detestan que se les d¨¦ por descontados, y a la que pueden detallan exigencias que les singularicen en la negociaci¨®n. La omert¨¢ del momento no va con ellos, aunque haya que meter las propuestas con calzador. Como este mi¨¦rcoles, cuando Pere Aragon¨¨s ha aprovechado el momento m¨¢s propicio de la sesi¨®n para colar mensaje: la intervenci¨®n del portavoz de su partido, Josep Maria Jov¨¦, en el turno de preguntas al president.

Jov¨¦ ya suele hacer centros a puerta vac¨ªa para que Aragon¨¨s remate -las preguntas parlamentarias del grupo o grupos del Gobierno son, a menudo, sonrojantes, pero el reglamento lo facilita-. Y esta vez no ha sido distinto: el portavoz ha apuntado la tesis de ERC de que la amnist¨ªa es s¨®lo un primer paso para llegar a la autodeterminaci¨®n, y el presidente ha completado el argumento incorporando dos condiciones m¨¢s, el traspaso de Rodalies y un nuevo sistema de financiaci¨®n. Se escenificaba como una pregunta y su respuesta, pero todo el mundo ten¨ªa claro que se trataba de un ¨²nico discurso dirigido a Pedro S¨¢nchez. Y tambi¨¦n a Carles Puigdemont.

Pendientes todos de las conversaciones, los otros asuntos siguen en segundo t¨¦rmino, sea el intento de la fiscal¨ªa de imputar a la exconsellera Alba Verg¨¦s por la pol¨ªtica de vacunaci¨®n de polic¨ªas y guardias civiles, los bajos niveles ling¨¹¨ªsticos de los estudiantes catalanes o, incluso, la guerra en Gaza, que s¨®lo se ha hecho un hueco por una performance de la CUP con una estelada y una bandera palestina.

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