Verg¨¹enza acad¨¦mica y escolar

La tremenda decepci¨®n que supone para los espa?oles repasar los datos del Informe PISA no cabe atribuirlos exclusivamente a efectos peregrinos. Obrar as¨ª ni siquiera sirve de consuelo. Hay razones de peso, y conviene ponerlas sobre el tapete para actuar en consecuencia. Veamos algunas.

En el horizonte inmediato se convoca en Catalu?a una nueva tanda de oposiciones para cubrir plazas de profesorado, motivo que obliga a recordar que hace algunas semanas la Generalitat public¨® los resultados de las anteriores oposiciones del proceso de estabilizaci¨®n de interinos docentes. En otras palabras, los ex¨¢menes convocados para dar plaza fija a quienes est¨¢n impartiendo docencia en primaria y secundaria de modo ¡°provisional¡±, aunque algunos lleven a?os en este limbo de temporalidad. En el ¨¢mbito de la Generalitat se cuentan unos 60.000 interinos de los que la mitad son docentes, lo que asciende a un 36% de la plantilla docente cuando la interinidad no deber¨ªa suponer m¨¢s de un 8%. Grave problema: es vergonzoso que las plantillas docentes deban funcionar con estas tasas de interinidad. M¨¢s vergonzoso a¨²n -y altamente preocupante- es que uno de cada tres aspirantes haya suspendido. Y lo es porque, sorprendentemente, se trata de candidatos que llevan a?os ocupando sus plazas. Me temo que el problema es generalizado en toda Espa?a.

En otras palabras: maestros y profesores que llevan a?os ejerciendo su funci¨®n docente no han sido capaces de aprobar un examen de ingreso a la funci¨®n que est¨¢n ejerciendo, a pesar de que esta oposici¨®n era menos exigente porque pod¨ªan elegir entre varios temas y no ten¨ªan que realizar otros ejercicios que normalmente se requieren.

Pregunta obvia: ?c¨®mo puede ser que suspendan si llevan a?os de ejercicio? M¨¢s obvia todav¨ªa: ?qu¨¦ hacer con estos interinos? Voy a¨²n m¨¢s all¨¢: ?c¨®mo es posible que personal que no puede acreditar la preparaci¨®n suficiente est¨¦ ocupando interinamente una plaza que demanda unos conocimientos y capacidades a los que no alcanzan? Pong¨¢monos en lo pr¨¢ctico: ?Qu¨¦ requisitos de acceso se exigieron en su d¨ªa a estos hoy suspensos? ?Qui¨¦nes han suspendido, van a continuar como interinos?

Parece obvio que los requisitos de acceso no fueron equivalentes a los de superar una prueba como la que han suspendido (de otro modo ahora habr¨ªan aprobado). Siendo esto as¨ª habr¨ªa que preguntar a la Generalitat como narices se puede dotar una plantilla de docentes con gentes que, adem¨¢s de no acreditar su capacidad m¨¢s all¨¢ de disponer de un t¨ªtulo, demuestran su incapacidad suspendiendo un examen de ingreso a su medida. Parece tambi¨¦n que va a haber una negociaci¨®n con los sindicatos para garantizar que no sean despedidos ¡°porque el sistema necesita todo este personal¡±, seg¨²n se da por hecho en el sector; no sea que monten otra huelga.

Si bien no es ning¨²n secreto que el fracaso escolar va en aumento y que los docentes, especialmente los de secundaria, est¨¢n quemados, s¨ª que parece un secreto todo lo que afecta al bajo nivel de formaci¨®n de los docentes (al menos no genera el mismo debate social). T¨¦ngase en cuenta que ¡°de aquellos polvos, estos lodos¡±: cuanto peor nivel de los docentes, peor formaci¨®n de los alumnos. Se dir¨¢ que existen otros factores que afectan al nivel del alumnado (masificaci¨®n de las aulas, falta de equipamientos, de apoyo institucional, el desencanto de los docentes, el entorno digital, la inmigraci¨®n, los horarios, el r¨¦gimen alimenticio o las fases lunares), pero este es fundamental: si un docente no da el nivel, sus alumnos dif¨ªcilmente lo har¨¢n.

Para que un docente pueda acreditar un nivel adecuado a lo que se deber¨ªa pretender es preciso establecer un marco normativo e institucional claro y estable: unos requisitos de acceso tan estrictos como se deba, un marco de actividad bien definido y un reconocimiento institucional coherente. En este pa¨ªs nos faltan los tres: las plantillas son interinas en porcentajes vergonzosos y sin acreditaci¨®n de m¨¦ritos suficientes para el acceso, la normativa sobre el modelo educativo y planes de estudios se ha alterado al ritmo de las mayor¨ªas parlamentarias y la funci¨®n docente no goza del prestigio social e institucional que merecer¨ªa (basta ver las notas de acceso a estudios universitarios del ramo). A?adir¨ªa el ¡°secreto¡± al que me refer¨ªa: el nivel de la formaci¨®n universitaria de los futuros docentes que, visto lo visto, no parece la mejor y que va de la mano de ¡°metodolog¨ªas¡± en el aula que parecen m¨¢s pensadas para la comodidad docente que para su ¨¦xito: ¡°evaluaciones¡± que no son tal, proyectos que no se eval¨²an, ¡°materiales¡± docentes virtuales¡­, por no citar la exagerada influencia de los intereses de los docentes sobre la combinatoria de los horarios ciudadanos: vacaciones, puentes, festivos, d¨ªas de libre disposici¨®n, jornadas continuas y dem¨¢s ¡°conquistas¡± sindicales de los docentes que reposan sobre la paciencia infinita de unas familias que, salvo excepciones, llevan a?os haciendo objeci¨®n de su funci¨®n educadora.

En fin, fracaso escolar, s¨ª, resultado en buena medida de un previo fracaso acad¨¦mico. Mientras tanto, todos mirando a otro lado: nadie va a cuestionar la continuidad de los interinos suspendidos porque ser¨ªa impopular pol¨ªtica y sindicalmente, nadie va a cuestionar tampoco una selecci¨®n de docentes que es m¨¢s cuantitativa que cualitativa para que podamos reducir temporalmente la tasa de paro ¡ªy as¨ª nos va¡ª. Fracasos, s¨ª, curiosamente sin verg¨¹enza de nadie.

Ramon-Jordi Moles Plaza. Jurista

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