Wilson ilumina ¡®El Mes¨ªas¡¯ versionado por Mozart

El Mes¨ªas de Haendel, que tantas veces se interpreta en Navidad pese a que aborda la vida completa de Jes¨²s, llega este s¨¢bado al Gran Teatre del Liceu de la mano del c¨¦lebre escen¨®grafo estadounidense Robert Wilson, que recrea la obra con im¨¢genes on¨ªricas ba?¨¢ndola de luz. El oratorio huye de la puesta en escena convencional y en ¨¦l los cantantes no se mantienen est¨¢ticos, sino que deambulan llevando objetos por un escenario que juega con las sombras y la actuaci¨®n del bailar¨ªn Alexis Fousekis. Bajo la batuta de Josep Pons, el director de orquesta del Liceu, la versi¨®n que se interpretar¨¢ es la que Mozart hizo dos a?os antes de morir por encargo de su mecenas. Con sus arreglos, el compositor austriaco rasg¨® las costuras del barroco y acerc¨® El Mes¨ªas al clasicismo.

Considerado una figura cumbre del teatro experimental, Wilson estren¨® este Mes¨ªas en 2020 n el festival MozartWoche de Salzburgo y ahora trae al Liceo esa combinaci¨®n de poes¨ªa y luz. ¡°Dedico mucho tiempo a la luz. Nos ayuda a ver y a o¨ªr mejor. Quiero iluminar la cara de los cantantes¡±, afirm¨® este lunes apuntado que la ¨®pera tiene la virtud de englobar disciplinas tan distintas como la arquitectura, la m¨²sica, la danza o la filosof¨ªa. Convencido de que la magia est¨¢ en disociar lo que se ve de lo que se escucha, Wilson plantea un viaje espiritual en este Mes¨ªas con la esperanza de que las im¨¢genes, como en la que un barco cruza el escenario, den al espectador tiempo para pensar en el texto y en la m¨²sica.

¡°No deber¨ªamos hacer teatro sin hacer humor. El humor es la raz¨®n de hacer re¨ªr y hay que buscar la luz en la oscuridad. Yo se lo digo a los cantantes: imaginad que en la sala hay un ni?o peque?o. Eso es lo que hizo Mozart: aportar luz a Haendel. Es de Haendel, pero lo cambi¨® y le dio un color mucho m¨¢s ligero¡±, asegur¨® el escen¨®grafo que record¨® divertido la an¨¦cdota que cuenta siempre de que cuando era ni?o respondi¨® a preguntas de su profesora de Textas de que no quer¨ªa ser ni bombero, ni polic¨ªa sino ¡°rey de Espa?a¡±. Dijo que est¨¢ feliz por regresar al teatro que visit¨® por primera vez de joven como turista y sin dinero para poder ver ninguna ¨®pera. El d¨ªa 20, inaugura en la galer¨ªa Senda, en Barcelona, una exposici¨®n con dibujos sobre c¨®mo imagin¨® la escenograf¨ªa del Mes¨ªas. ¡°Es as¨ª como trabajo¡±, apunt¨®.

Tras calificar de ¡°fascinante¡± que Wilson haya creado un nuevo universo esc¨¦nico, Pons subray¨® que el oratorio que se ver¨¢ en el Liceo tiene una ¡°mano¡± de Mozart ¡°muy potente y poderosa¡±. ¡°Es como una habitaci¨®n barroca que se ha decorado de forma cl¨¢sica¡±, explic¨® el director musical, que tild¨® casi de ¡°milagro¡± que Mozart, aunque fuera por dinero, optara por mirar hacia atr¨¢s. ¡°Mozart modific¨® la articulaci¨®n del oratorio, hay un fraseo diferente, introdujo el clarinete, que entonces no exist¨ªa. La gente pensar¨¢ que es por m¨ª, pero no: fue Mozart¡±, dijo, alertando de que es un Mes¨ªas diferente y poco conocido ¡ªhay pocas grabaciones¡ª en el que cree que ha hallado compases que evocan al R¨¦quiem y resonancias de La reina de la noche, de La flauta m¨¢gica.

Es un Mesias con la mano de Mozart muy potente y poderosa¡±, avisa el director musical del Liceu

¡°Mi duda y mi dolor de cabeza ha sido esa: ?Por d¨®nde me decanto? Pienso en las cajas de colores Caran d¡¯Ache: entre el amarillo y el naranja hay muchos tonos¡±, afirm¨® Pons sobre la m¨²sica que Mozart barniz¨® de modernidad y que se interpretar¨¢ desde el s¨¢bado en ocho funciones en el Liceo. En el v¨ªdeo de promoci¨®n de la obra se ve a un bailar¨ªn vestido de astronauta dando vueltas sobre s¨ª mismo ante el coro. Y en el cartel, una soprano arroja agua en un vaso que se derrama, cae al suelo y acaba vertiendo despu¨¦s sobre su cabeza. ¡°No hay ninguna raz¨®n: es una idea zen¡±, explic¨® Wilson, evocando la pregunta que le formul¨® una espectadora en Salzburgo. ¡°Es como Hamlet: est¨¢ lleno de ideas, si elegimos una, desechamos otra. Por eso es a¨²n vigente¡±.

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