Puigdemont y el privilegio de explicar ¡°muy poco¡± la independencia

Dice Carles Puigdemont que una forma de organizar la independencia ¡°es explicar muy poco c¨®mo la preparamos¡±. Releo esa frase en su entrevista en El Peri¨®dico del domingo pasado y miro hacia los lados, buscando la c¨¢mara oculta por si me estoy perdiendo algo. ¡°?C¨®mo se hace la independencia tras la declaraci¨®n unilateral fallida?¡±, preguntan Albert Sa¨¦z y J¨²lia Regu¨¦. ¡°Una forma de prepararla es explicar muy poco c¨®mo la preparamos. Nos hemos pasado dando detalles y queriendo ser un movimiento asambleario. No haremos la independencia cantando el Virolai ni regalando claveles a la polic¨ªa. Nos tenemos que preparar mucho mejor y ser m¨¢s asertivos¡±, responde el pol¨ªtico sobre un supuesto plan sin fisuras ¡ªni explicaciones¡ªde regreso al poder. El candidato de Junts tuvo un fin de semana sin complejos. Un d¨ªa antes, tal y como recog¨ªa mi compa?ero Marc Rovira en una cr¨®nica desde Argel¨¨s-sur-Mer, la localidad francesa donde ha concentrado todos sus actos de campa?a, dijo: ¡°Vamos a hacer lo que nos d¨¦ la gana, porque durante seis a?os y medio ya lo hemos hecho¡±. ?Qui¨¦n habl¨® de s¨ªndrome del impostor? Desde luego, no para Puigdemont.

?Qu¨¦ hubiese pasado si Irene Montero hubiese reflexionado en una entrevista con un ¡°vamos a explicar muy poco la ley del solo s¨ª es s¨ª porque nos hemos pasado dando detalles¡±? Cuando pienso en qui¨¦n puede permitirse el privilegio de la omisi¨®n al explicarse recuerdo la brecha de cortes¨ªa en la pragm¨¢tica discursiva que detect¨® la ling¨¹ista Robin Lakoff. La autora de El lenguaje y el lugar de la mujer estipul¨® que de nosotras se espera m¨¢s al aportar la informaci¨®n necesaria para entendernos. Con los hombres, dijo, escuchamos lo que est¨¢n diciendo, su punto de vista, sus afirmaciones; es decir, todo lo que todos queremos que hagan los dem¨¢s cuando hablamos. Con las mujeres, detect¨®, tendemos a escuchar c¨®mo hablan, las palabras que usan, lo que enfatizan, si sonr¨ªen o no al decirlo. Hace unos a?os, Marc Gir¨® dijo a Gabriel Rufi¨¢n que si ¨¦l hablaba as¨ª de r¨¢pido era porque ¡°los hombres y los ricos est¨¢is acostumbrados a que os escuchen. En cambio, las que somos pobres, las mujeres, los maricones, los desgraciaditos del planeta tierra, nosotros tenemos que ir r¨¢pido a decir las cosas porque a lo mejor no hay espacio. Nos lo tenemos que hacer con rapidez y hay que hablar como una metralleta porque si no, no lo colocas¡±. De ah¨ª, supongo, que nuestras interacciones metralleta con el resto est¨¦n cargadas de ¡°gracias¡±, ¡°perd¨®n¡± y ¡°por favor¡±.

Yo tambi¨¦n fantaseo con ¡°explicar muy poco¡± a la inmobiliaria al competir por un piso en el centro, cuando Hacienda me revisa la Renta o al pedir un aumento de sueldo. Entonces recuerdo que solo soy una desgraciadita del planeta tierra. No como Puigdemont, el hombre que va sin hoja de ruta sobre el destino de todas porque no quiere pasarse la vida dando detalles al pueblo.

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