¡®Llegat¡¯, una comedia vitalista sobre la brecha generacional
?ngels Gonyalons protagoniza la obra de Daniel J. Meyer en el Teatre Akad¨¨mia
Love Is in the Air, Dolce vita, inevitables canciones de Abba... M¨²sica ochentera para acomodar al espectador en el Teatre Akad¨¨mia mientras ?ngels Gonyalons (Clara) pasea por el escenario. Con todo el p¨²blico ya en sus asientos, la m¨²sica se pasa al tecno, a la electr¨®nica (?a algo as¨ª...!). Resulta que estamos en una discoteca donde un chico de 20 a?os (Oriol, Pau Oliver) se enrolla con uno de 36 (Javi, Marc Pociello). Acaban en una habitaci¨®n de un hotel de lujo (el jovencito est¨¢ forrado: maneja con destreza la Visa de su mam¨¢). Pasado el fin de semana, cuando la madre del chico ya se habr¨¢ ido, como cada lunes hasta el viernes siguiente, la parejita llega a la casa... pero no. La madre est¨¢ all¨ª. Pero por poco rato. Ha vendido el pisazo y lo tiene todo preparado para marcharse en una furgo con su hijo a recorrer mundo. Hay que decir que el ni?o (mimado) no soporta a su madre. Y viceversa. Y comienza la aventura, con el rollete del fin de semana convirti¨¦ndose en una especie de c¨®mplice (alucinado: ¡°Vais muy r¨¢pido, en esta familia...¡±) al otro lado del tel¨¦fono de Oriol.
¡°Lo cre¨ªble es lo m¨¢s incre¨ªble¡±, argumenta el autor de la obra, Daniel J. Meyer, sobre una presunta poca credibilidad en el planteamiento de Llegat (evidentemente, hay un motivo para emprender esta aventura; pero si no lo decimos, mejor...). Y contin¨²a: ¡°Es que... ?te pasan unas cosas, en la vida! La vida es tan random... Y si tienes que escribir una historia, coges lo excepcional, no lo rutinario. Yo siempre recuerdo que cada cap¨ªtulo de A dos metros bajo tierra, mi serie preferida de siempre, empezaba con una muerte rid¨ªcula¡±.
¡°Lo incre¨ªble es lo m¨¢s cre¨ªble. Si tienes que escribir una historia, coges lo excepcional, no lo rutinario
Los personajes (y los int¨¦rpretes) dan la coherencia necesaria a esta road-movie intensa, inesperada y al l¨ªmite. ¡°Los personajes a priori son insoportables, prepotentes, materialistas... Madre e hijo se odian, pero es una manera de quererse [¡±odiarnos y pelearnos tambi¨¦n fue una forma de querernos¡± , claudicar¨¢ Clara]. Nunca victimizo, no me gusta que la gente sienta pena por un personaje¡±. Esa tensi¨®n generacional-familiar es dif¨ªcil de romper... ¡°A veces, mejor que aguantar las peleas familiares de Navidad, es emborracharse con tus padres. ?F¨²mate un porro con tu madre!¡±, dice el autor. Para elegir a los actores de la pareja se hizo un casting con m¨¢s de 150 personas, pero el personaje de la madre estaba pensad¨ªsimo. ¡°Y ?ngels Gonyalons dijo que s¨ª enseguida, en cuanto ley¨® el texto¡±, dice Meyer, encantad¨ªsimo. ¡°Es una actriz que siempre arriesga, muy valiente. Cero divismo, por su parte. ?Que hab¨ªa que ponerse unos patines y bailar a Xanad¨²? ?Pues vamos! Ha sido un regalo su participaci¨®n¡±.
Meyer define Llegat como una ¡°comedia vitalista¡±. ¡°Un amigo me dijo que al salir del teatro llam¨® a su madre para verla y cenar con ella¡±, explica. Con Javi en medio, la obra habla de los j¨®venes y de los mayores: ¡°Para m¨ª son las edades m¨¢s interesantes: los j¨®venes quieren cambiar el mundo y los mayores ya est¨¢n de vuelta de todo. Los adultos son quienes controlan el mundo, quienes no pueden hacer seg¨²n qu¨¦ cosas. Ellos ponen las normas, pero los j¨®venes y los viejos son los que se las pueden saltar¡±, dice el dramaturgo.
Al hablar de sexo o de drogas, se usa m¨¢s el castellano que el catal¨¢n. No s¨¦ por qu¨¦, pero me sale en castellano
El contraste madre-hijo, entre divertidas c¨®reos en los cambios de escena y fragmentos de m¨²sicas propias de una y otra generaci¨®n, se apoya en una escritura ¨¢gil y desacomplejada, un lenguaje de la calle, un catal¨¢n salpimentado con expresiones en castellano : ¡°Hay expresiones que suenan mejor en un idioma: ¡®palplantat¡¯, ¡®capficat¡¯... son palabras catalanas genuinas que quiz¨¢s utilizo cuando hablo en castellano¡±, argumenta Meyer. ¡°Pero creo que al hablar de sexo o drogas, sale el castellano. ?Por qu¨¦? ?No lo s¨¦! Es una riqueza poder utilizar ambos idiomas¡±. Ocurre algo parecido al hablar con los padres: ¡°Yo he o¨ªdo a padres decir ¡®no me renta¡¯. Lo han entendido y lo utilizan con sus propios hijos. Es incorrecto, por supuesto, pero es una cuesti¨®n de comunicaci¨®n¡±. Clara le propone a Oriol poner ¡°m¨²sica chispi¡± en la furgo y ¨¦l le responde ¡°Lol?¡±; le ense?a fotos en papel que ¨¦l no entiende por qu¨¦ no digitaliza...
El t¨¢ndem de Meyer con la directora, Montse Rodr¨ªguez Clusella ¨Ccomo en A.K.A. (Also Known As), Scratch, Uppgivenhet...¡ª, es decir, la compa?¨ªa AKA Teatre, funciona a la perfecci¨®n. ¡°Yo vomito muy r¨¢pido mis textos¡±, dice el dramaturgo, ¡°Despu¨¦s, hago muchas versiones, corrijo mucho, afino. Tengo una educaci¨®n musical, entonces lo que escribo debe sonarme bien. Luego lo miro con Montse y tambi¨¦n con los actores ya le damos la forma definitiva¡±. Es el mismo proceso que ya est¨¢ aplicando a tres obras en las que est¨¢ trabajando. No revela mucho de ellas: ¡°Una es un encargo, otra probablemente se har¨¢ fuera de Espa?a...¡±. Son los escenarios que abri¨® con A.K.A. (escrita en 2017), obra premiada y traducida y representada en varios pa¨ªses. De momento, disfruta de Llegat, que estar¨¢ en el Akad¨¨mia hasta el 2 de junio y a partir de septiembre har¨¢ gira por Catalu?a, hasta enero.
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