Vecinos de pisos tur¨ªsticos en Barcelona: no solo aguantan las molestias, sino que se deval¨²an sus viviendas
El precio de una casa en una finca donde los habitantes conviven con apartamentos para visitantes puede caer hasta un 25%. ¡°Ellos molestan y ganan miles de euros; yo pierdo salud y dinero¡±, exclama una propietaria del Eixample
Los vecinos de Barcelona que conviven con pisos tur¨ªsticos que causan molestias no solo deben aguantar el traj¨ªn de maletas a cualquier hora, poco cuidado con los espacios comunes o juerga d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n. La presencia de apartamentos para los visitantes, si hay jaleo, puede llegar a devaluar las viviendas de los vecinos hasta un 25%. Y la p¨¦rdida de valor escala si hay m¨¢s de un foco de conflicto en una finca. Es un fen¨®meno que se produce en Barcelona y que, por ahora, no se ha detectado en otras ciudades tur¨ªsticas de Espa?a. En la capital catalana, donde la cifra de viviendas de uso tur¨ªstico con licencia (HUTs en sus siglas en catal¨¢n) se congel¨® en 2014 en unas 9.000, los vecinos explican que es muy complicado cerrar la actividad econ¨®mica si es legal, aunque el actual gobierno municipal quiere reducir el n¨²mero de pisos para visitantes en los barrios m¨¢s presionados. La ciudad s¨ª lucha con ¨¦xito desde 2016 contra la oferta ilegal gracias a un batall¨®n de rastreadores e inspectores.
Alba S. y Esther R. evocan episodios protagonizados por los clientes del piso tur¨ªstico con el que conviven en un edificio del distrito del Eixample. ¡°Check in hasta las dos de la ma?ana, ruido de maletas¡±. ¡°El d¨ªa que el olor de marihuana bajaba por la campana extractora¡±. ¡°Cuando los turistas empujaron a la anciana del tercer piso¡±. ¡°Cenas, saltos y m¨²sica por la noche en d¨ªas laborables¡±. ¡°El d¨ªa que llamamos al timbre y hab¨ªa una mesa llena de ordenadores e impresoras; turistas no eran¡±. ¡°Los que vaciaron un extintor¡±. O ¡°cuando destrozaron cosas de la escalera y la moto de un vecino¡±. Un relato que se puede repetir en otros barrios de Barcelona y que llev¨® a Alba, que vive justo debajo, a plantearse vender el piso y marcharse. ¡°Pues resulta que tener el piso tur¨ªstico encima deval¨²a mi vivienda. Una propiedad por la que pagu¨¦ 450.000 euros ahora vale 350.000, me dijeron en la inmobiliaria. Ellos molestan y ganan miles de euros al mes; y yo pierdo salud y dinero. ?Por qu¨¦ me castigan a m¨ª?¡±, exclama.
Esta vecina de 68 a?os lleva tiempo acumulando documentaci¨®n para denunciar al propietario y a la empresa que gestiona el piso por da?os y perjuicios. A ella y a la finca. La comunidad de vecinos incluso ha aprobado una derrama para los gastos judiciales. ¡°Tenemos miedo¡±, dice Esther R., la vicepresidenta de la escalera. ¡°?C¨®mo puede ser que un piso con licencia tur¨ªstica, que se consegu¨ªa de por vida con un comunicado y menos de 300 euros, valga tant¨ªsimo dinero y el m¨ªo se deval¨²e?¡±, se pregunta Alba. Jos¨¦ Manuel, otro vecino del edificio, que vive entre Barcelona y Castell¨®n, no se ha planteado vender el piso, pero recuerda haber mirado la aplicaci¨®n de su banco y ver c¨®mo el precio de su propiedad bajaba. Explica que a veces encuentra en su terraza colillas o latas que tiran los turistas. Alba y Esther cuentan que otra vecina que estaba embarazada opt¨® por marcharse a vivir a su ciudad de nacimiento, ¡°del estr¨¦s que ten¨ªa¡±.
En la empresa gestora del piso, Tendency, Mauricio Pe?a responde que lo llevan desde 2010 y que instalaron ¡°dos dispositivos de medici¨®n de ruidos 24 horas¡±. El aparato avisa y ellos pueden requerir a los turistas. Si no responden, se desplazan, asegura Pe?a, cuya versi¨®n difiere de la de la vecina de abajo: ¡°Nos acosa, a veces llama y no hay nadie en el piso, vamos a las reuniones de la comunidad y en una ocasi¨®n que hubo problemas, hicimos reparaciones y expulsamos a los clientes. No nos desentendemos¡±. Avisa de que la denunciar¨¢n por ¡°acoso¡±. Alba replica que el Ayuntamiento afirma que los medidores est¨¢n mal instalados e insiste: ¡°Nunca sabes si vas a dormir la noche entera¡±. El Consistorio informa de que en este piso, seg¨²n la Guardia Urbana, entre 2023 y lo que va de 2024 los vecinos han llamado 10 veces al 112. ¡°No siempre se acaba imponiendo sanci¨®n porque se llama al tel¨¦fono 24 horas del que el piso debe disponer y si responden, colaboran y no hay m¨¢s quejas al 112, no se desplaza la patrulla. Al menos en tres ocasiones se desplaz¨® y se impusieron tres sanciones de 460 euros¡±, explican en el Ayuntamiento.
En el colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, su jurista y portavoz, Carles Sala, confirma que los profesionales informan de que los pisos que conviven con apartamentos tur¨ªsticos ¡°s¨ª perjudican y deval¨²an¡± el resto de viviendas: ¡°Nos comentan que en muchas transmisiones, los compradores piden las ¨²ltimas actas de la comunidad para informarse de si hay problemas con alg¨²n piso¡±. ¡°Si alguien quiere comprar un piso para vivir y ve que tiene que convivir con viviendas de uso tur¨ªstico se puede perder la venta: la gente no quiere compartir el lugar donde vive con turistas¡±, asegura Sala. Y sobre el porcentaje de depreciaci¨®n afirma: ¡°Puede oscilar entre un 10% y un 20% e incluso alg¨²n profesional nos ha comentado que puede llegar en algunos casos al 25%¡±.
Emiliano Berm¨²dez, socio y subdirector general de Don Piso, coincide con el colegio de APIs. ¡°El piso tur¨ªstico es un factor deflacionista del precio de la vivienda, cuando en un edificio hay uno y un vecino quiere vender el suyo, no ayuda, porque en algunos casos son fuente de problemas: trasiego de gente, llaves de la puerta principal que circulan de una mano a otra, mal uso de instalaciones comunitarias... Muchos clientes son gente joven que viene a divertirse y genera molestias por las noches¡±. Berm¨²dez admite que si el piso es ilegal, se puede denunciar para que el Ayuntamiento intente cesar la actividad: ¡°Pero si es legal, poco se puede hacer. Una vez tiene licencia es muy complicado retirarla¡±. Y defiende que los agentes inmobiliarios deben ¡°aportar transparencia, dar informaci¨®n veraz de la finca¡±. El directivo cuenta que, en el barrio de la Barceloneta, tuvieron ¡°una persona mayor, un propietario que no aguantaba m¨¢s la problem¨¢tica de no poder dormir d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n¡±. Al final, relata, ¡°no malvendi¨®, pero s¨ª lo hizo por un precio m¨¢s bajo que si ese edificio no tuviera pisos tur¨ªsticos, fue un 10% o un 15% menos del valor que demandaba la zona¡±. Y concluye: ¡°Si el edificio tiene m¨¢s de uno, el problema escala. No es un impacto desde?able, alguien deber¨ªa revisar el concepto de piso tur¨ªstico, es oferta que se elimina del alquiler residencial y estable¡±.
El caso de Alba S. y otras fincas del Eixample ha llegado a o¨ªdos del teniente de alcalde responsable de turismo y del distrito, Jordi Valls. Recuerda que el gobierno municipal apuesta por ¡°una reducci¨®n sustancial de los apartamentos tur¨ªsticos, principalmente donde hay m¨¢s densidad, Ciutat Vella [el centro hist¨®rico] y el Eixample¡±. ¡°?Hasta d¨®nde? Lo hemos de estudiar con profundidad, priorizando los que tienen una afectaci¨®n en las comunidades de propietarios¡±, concreta. Valls se reuni¨® recientemente con representantes de la asociaci¨®n de vecinos del Eixample y de cinco comunidades donde hay oferta tur¨ªstica y ¡°constat¨® la dificultad de actuar cuando tienen licencia¡±, informa el Consistorio. Los ¨²nicos supuestos de revocaci¨®n de licencia son que no tenga c¨¦dula de habitabilidad en vigor (que no es el caso de estas fincas) o que acumulen m¨¢s de tres sanciones firmes por no tener tel¨¦fono de atenci¨®n 24 horas (que tampoco es el caso). El teniente de alcalde se?ala que el nuevo decreto de la Generalitat obligar¨¢ a los pisos tur¨ªsticos a tener licencia urban¨ªstica. Por dos razones: para que no generen problemas de convivencia y porque con la crisis de vivienda de Barcelona, entiende el Ayuntamiento, la mayor¨ªa deben volver al mercado residencial.
"He puesto 30 denuncias y los vecinos me piden que no lo cuente, a ver si se les deval¨²a el piso"
El problema de los pisos turísticos que causan molestias afecta a muchos barrios de la ciudad, no solo en el centro. En la Vila Olímpica, muy cerca de la playa, Ferran ya teme lo peor “esta semana, la semanita del Primavera Sound”. Vive debajo de un piso turístico de 120 metros cuadrados y con piscina comunitaria que se anuncia para 12 personas y que cuesta 480 euros al día. “Es de un dentista andorrano que tiene varios, encima no es ni de aquí”, se queja. “Y tiene licencia, que es un problema porque cuando llamas al Ayuntamiento te dicen que tiene licencia como si no hubiera nada que hacer. Yo también tengo licencia de vecino de Barcelona y no toco los cojones a nadie. ¿Es que por tener licencia pueden actuar como en el Far West?”. Tiene 30 denuncias entre la Guardia Urbana y el Ayuntamiento, y lamenta que “el Ayuntamiento no interlocuta con los propietarios”. “Es un jaleo continuo, fiesta, altas horas, interfono, bailan, gritan... hasta un monopatín me encontré en la terraza y otro día se olvidaron las llaves y treparon por la fachada utilizando mis muebles”, explica desde el piso bajo donde vive. “Esa vez hasta echaron a uno por liante, cómo sería”, precisa. Ferran se niega a pensar en una posible devaluación de su vivienda: “Es que no me da la gana, antes me llevo el piso turístico por delante”, asegura y lamenta que el resto de vecinos de la finca le piden que no cuente las molestias a los medios de comunicación, "que voy a devaluar la finca”. “No tengo el apoyo de mis vecinos, es ‘no lo cuentes, a ver si el día que quiera vender se devalúa’”, lamenta.
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