David Mad¨ª realiza un ejercicio pujolista para adultos
Mad¨ª cultiva la idea de la superioridad moral por cuna y la ejerce bien en instituciones culturales o en pactos pol¨ªticos, en los que Esquerra Republicana es siempre el subalterno
La derecha siempre ha tenido tanto en Espa?a como en Catalu?a un sentido patrimonial del poder. El PP, cuando la izquierda llega al poder -por las urnas-, insta al desahucio inmediato. En Catalunya ocurre lo mismo con Converg¨¨ncia y suced¨¢neos posteriores. Y dentro del mundo convergente los hay que sobresalen en la carrera para erigirse en estrategas jefe. Uno de ellos es David Mad¨ª Cendr¨®s. Se presenta como nieto del empresario y fundador de ?mnium Joan Baptista Cendr¨®s, de quien asegura que ¡°mam¨® desde peque?o el compromiso con el catalanismo¡± y conoci¨® ¡°precozmente a la mayor parte de los actores del mundo empresarial, pol¨ªtico y cultural de la Catalu?a del cambio de siglo, a la vez que formaba parte de la nueva generaci¨®n de catalanistas que deb¨ªa marcar el primer cuarto del nuevo siglo¡±. Con esta modesta carta de presentaci¨®n, Mad¨ª ocup¨® cargos en la Generalitat desde 1994 hasta 2003. Estamos ante un liberal autoconfeso, cansado del expolio fiscal al que le somete la Agencia Tributaria (¡°la nueva Inquisici¨®n¡±) , pero que se mueve con soltura en el mundo nebuloso de las consultoras.
Mad¨ª cultiva la idea de la superioridad moral por cuna. Y lo ejerce bien en instituciones culturales ¡ªcomo sucedi¨® con el ?mnium del abuelo, contra Jordi Porta¡ª o en pactos pol¨ªticos, en los que Esquerra Republicana es siempre el subalterno. A ERC le falta, dice el autor, el savoir faire y los modos adecuados para pisar las selectas moquetas del mundo empresarial.
El libro Mer¨¨ixer la vict¨°ria es un compendio de esa posici¨®n moral. Pero no s¨®lo. Mad¨ª hace un repaso cr¨ªtico de todo el Proc¨¦s, un reconocimiento de errores, una alabanza de la pol¨ªtica pujolista del peix al cove al por mayor y concluye con la idea de que la independencia no tiene mucho sentido en el mundo actual. El autor pasa cuentas, no tiene pelos en la lengua y comete algunos errores que chirr¨ªan con la finezza que pretende. Cuando repasa la historia del DVD que ide¨® ¡ªm¨¢s de un mill¨®n de copias repartidas gratuitamente¡ª para desprestigiar al tripartito forjado por Pasqual Maragall, dice: ¡°Volvimos a ganar [CiU] en diputados y votos¡±. En aquella ocasi¨®n (2006), CiU se impuso claramente. Pero en 1999 Pujol perdi¨® con Maragall por 6.000 votos, y en 2003, el candidato socialista se impuso a Mas por 7.000. La ley electoral le dio m¨¢s diputados a CiU. La campa?a del DVD del 2006 quiz¨¢s fue, como subraya Raimon Obiols, una de las primeras irrupciones del trumpismo avant la lettre en la pol¨ªtica catalana.
El autor de Mer¨¨ixer la vict¨°ria -que se confiesa admirador de Churchill, as¨ª como de Patton en la anterior Democracia a sangre fr¨ªa- carga contra el periodista Antonio Franco, al que califica de Savonarola. Dice Mad¨ª que Franco le pidi¨® 300.000 euros para frenar el ¡°peque?o esc¨¢ndalo¡± de unas encuestas manipuladas al alza desde el entorno de Mas para inflar al candidato incipiente. Desconozco la petici¨®n, pero el fallecido Franco poco pod¨ªa hacer con el ¡°peque?o esc¨¢ndalo¡± porque la historia fue destapada y seguida por EL PA?S, no por El Peri¨®dico, que Franco dirig¨ªa entonces y desde 1988. En virtud de las p¨¢ginas vividas, puedo asegurar que el esc¨¢ndalo muy ¡°peque?o¡± no era: comport¨® la dimisi¨®n de Mad¨ª como secretario de Comunicaci¨®n del Govern en la que Artur Mas era conseller en cap. En ese caso, el autor fue el triste fusible subalterno sustituido para evitar quemar todo el circuito montado por el querido l¨ªder en torno al entonces conseller en cap. Mad¨ª lo asumi¨®, pues sostiene que ¡°para hacer el bien hay que consentir el mal¡±.
El autor ignora el caso Palau, pasa de puntillas por el asunto judicial del 3% y achaca la imputaci¨®n de Jordi Pujol ¡ªde quien asegura que la historia absolver¨¢¡ª a una maniobra de origen pol¨ªtico. El Mad¨ª pujolista tiene dos malos reiterados en su historia: la CUP ¡ªpor haber enviado a Mas a la papelera de la historia¡ª y la Agencia Tributaria, para perseguirle a ¨¦l. Es un relato ¡°para adultos¡±, como dice el autor, al que le faltan algunas escenas picantes.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.